Las personas que han ingresado legalmente a Colombia han debido incluirse como afiliados al sistema de salud colombiano, bien sea en el régimen contributivo o en el subsidiado. Para saber el impacto que este fenómeno ha tenido en el sistema de salud se le preguntó directamente al Ministerio de Salud, mediante un derecho de petición, cuya respuesta fue:
Con corte a 31 de diciembre de 2017, en la base de datos única de afiliados (BDUA) se encuentran afiliados, con permiso especial de permanencia en el régimen contributivo 7012 personas y 350 en estado de suspendidos. En el régimen subsidiado se encontraban afiliadas 370 personas, para un total de afiliados en el SGSSS de 7732 personas. Al corte del 31 de julio de 2018, la población afiliada con documento PEP en el régimen contributivo se incrementó el 280,3%, al pasar de 7362 a 28 004 personas. En el régimen subsidiado se incrementó en 121,6% al pasar de 370 a 4871 afiliados.
Los sitios con mayor número de afiliados venezolanos al SGSSS son Bogotá con 11 040, Antioquia con 8642, Valle del Cauca con 3024 y Cundinamarca con 2469 personas.
Con base en la última información de BDUA, es decir, con corte a 31 de julio/18, podemos concluir que el SGSSS se ha visto impactado con la afiliación de 32 875 nuevas personas de las cuales 28 004 están afiliadas al régimen contributivo y 4871 al régimen subsidiado. El mayor impacto se genera en el régimen subsidiado considerándose que la atención en salud a esas personas se garantiza plenamente, es decir, con todos los beneficios del plan de beneficios, mediante el pago por parte del sistema de salud de una upc promedio por persona que para el presente año corresponde a $719 690,40 al año. 18
Además de las cifras informadas por el Ministerio, el informe del Banco de la República demuestra una realidad más contundente frente a las implicaciones en materia de salud de la migración venezolana. Se indica que muchos emigrantes no se encuentran afiliados a ninguno de los regímenes, lo que implica un incremento de los costos de provisión para la atención de urgencias; además, debido a que en Venezuela existe un desabastecimiento de vacunas y medicinas, han reaparecido en Colombia enfermedades que antes se daban por erradicadas y han aumentado enfermedades controladas y crónicas. Así pues,
el reporte de atenciones del Sistema Integral de Información de la Protección Social (SISPRO) del Ministerio de Salud y Protección Social (MSPS) registró, al 30 de abril de 2018, un total de 102 174 migrantes venezolanos en urgencias, 5651 en hospitalización, 31 938 en consulta externa. En 2017 se registraron 1336 en atenciones maternas y entre agosto de 2017 y mayo de 2018 se aplicaron 302 088 dosis en vacunación. En cuanto a los eventos de interés en salud pública reportados por el Instituto Nacional de Salud, pasaron de 631 casos a 1928 casos (semana epidemiológica 21 de 2017 y 2018), siendo los de mayor notificación malaria, violencias de género, VIH, desnutrición aguda en menores de 5 años y tuberculosis. 19
Según el informe, el costo generado por la atención de salud a los inmigrantes es alto como consecuencia de que no se encuentren asegurados. Debido a la precaria atención de salud en Venezuela, a la fecha se han presentado
34 casos confirmados de sarampión, los cuales 23 provienen del vecino país, ocho casos de transmisión y tres relacionados con la importación. Adicionalmente, se han detectado 4 casos de difteria. También se han incrementado los casos de tuberculosis, hepatitis A, B y C y la tosferina. Por otra parte, en cuanto a ETV, la malaria fue el caso más significativo reportado hasta el 2 de junio de 2018, y se observa que el 95% (667 casos) corresponden a personas de nacionalidad venezolana. 20
Desde el punto de vista económico y en materia de salud, no cabe duda de que el incremento de los afiliados de origen venezolano, sobre todo en el régimen subsidiado, ha representado un gasto adicional para el Estado colombiano. Está claro que un incremento tan acelerado (1216% en siete meses) en la afiliación a este régimen, representa un aumento significativo de una población con limitados recursos económicos.
4.2.2. Laboral
El mayor impacto en materia laboral se ha dado en las zonas receptoras, pues los venezolanos inmigrantes cuentan en dichas zonas (generalmente las limítrofes) con un nivel de educación y de competencias superior en comparación con los colombianos. Asimismo, han aumentado las actividades informales y algunas empresas se han visto forzadas al cierre.
Adicionalmente, el costo de la mano de obra inmigrante es menor y es una práctica habitual que los empleadores paguen menos, así esto implique una contratación irregular. A pesar de esto, “algunos segmentos de las economías locales se han dinamizado como producto de la inmigración, incluyendo la venta de víveres, los servicios de llamadas internacionales e internet y los servicios de transporte terrestre nacional e internacional”. 21En algunos casos, como los salarios son tan bajos, los venezolanos han decidido retornar a su país de origen. Al respecto,
el venezolano Carlos García asegura que conseguir un trabajo en Colombia no es tan fácil como piensan la mayoría de los emigrantes que llegan hasta acá. “Es muy difícil conseguir trabajo y nos quieren pagar menos de lo establecido por la ley acá en Colombia. Si un día de trabajo vale $30 000 a nosotros nos quieren pagar $15 000”. 22
Ahora bien, uno de los trabajos más fácilmente accesibles para los venezolanos en Colombia está relacionado con plataformas tecnológicas como Uber o Rappi. La poca formación requerida y el hecho de que no sea necesario contar con instrumentos de trabajo propios facilitan el ingreso. El único requisito que se exige es contar con permiso especial de permanencia o visa de residencia. Este tipo de trabajo es considerado precario, pues no tiene acceso ni siquiera a un sistema integral de seguridad social (con el agravante de no ser titular de una póliza de cubrimiento de riesgos laborales ni de sobrevivencia en caso de invalidez y vejez). La falta de regulación nacional (e internacional) frente a estos nuevos fenómenos laborales ha sido aprovechada tanto por empleadores como por trabajadores. Las nuevas formas de trabajo fruto de las disrupciones tecnológicas implican desafíos para el derecho del trabajo y de la seguridad social; 23en la actualidad, un grueso de la población venezolana que se encuentra en el mercado laboral ha encontrado en estos trabajos una oportunidad.
4.2.3. Acceso a vivienda y agua potable
El éxodo venezolano ha ocasionado en Colombia el aumento de la demanda de albergues temporales y vivienda. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el país presenta un alto déficit habitacional que impide cubrir toda esa demanda. Por consecuencia, los venezolanos han optado por construir sus propias viviendas en espacios públicos afectando significativamente la seguridad y las condiciones de salud. De igual forma, puesto que la mayoría de venezolanos tiene el estatus de irregulares no pueden arrendar una vivienda por lo que los asentamientos informales en zonas de riesgo han aumentado. Por otra parte, la demanda de agua potable y de servicios de saneamiento también ha crecido. Así pues, “teniendo en cuenta que algunos municipios no cuentan con planes de albergue temporal, muchos hogares están ocupando asentamientos informales y en zonas de riesgo. Bien sea en predios públicos o privados, estos se ubican en sectores sin suministro de agua, alcantarillado y energía eléctrica”. 24
4.2.4. Culturales
Se denomina integración al “proceso a través del cual los migrantes se involucran en diversos ámbitos de la sociedad receptora. Se refiere a todas aquellas acciones por las cuales la sociedad de destino acoge a la población ‘extranjera’ —no nativa— y facilita su participación en dinámicas económicas, culturales, sociales, políticas que se desarrollan en esa sociedad”. 25En este sentido, y a partir de la perspectiva de la integración, la incorporación a la sociedad de los inmigrantes es un proceso de doble vía, ya que sus dinámicas en las sociedades de destino, “constituyen complejos procesos de interacción entre establecidos e inmigrantes, que conllevan a la modificación en pautas de comportamientos no solo en la población inmigrante sino también en la sociedad receptora”. 26En otras palabras, se exige que los visitantes se “acomoden” a la cultura y a las normas del país, y las respeten, así como la entera sociedad deberá aceptar el fenómeno de la inmigración y cambiar sus eventuales prejuicios.
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