El 12 de febrero alcanzó los 76° » S - 28°17’ » O en el Mar de Weddell, cuando se topó con el primer campo de hielo muy espeso sin poder avanzar. La situación se presentaba particularmente complicada ya que se debía cumplir no solo con dejar en la base a todo el personal entrante y los materiales para la expedición al Polo Sur a fines de 1999, sino que debía relevarse a una dotación reducida y de emergencia (solo nueve hombres) que ya había consumido la reserva de víveres y combustible durante su invernada 1998, debido a que en su relevo, el año anterior, se había presentado una complicación de características glaciológicas similares, cuando se decidió dejar una dotación mínima para mantener la base activa, pero sin posibilidad de hacer descarga logística, con lo cual se hizo uso de la reserva prevista para estos casos.
Zona de descarga - Campamento base.
En este sentido, un fracaso en la operación actual significaría no solo la cancelación de la expedición, sino también —y más importante— el cierre de la base por falta de la logística necesaria. En vista de la situación presentada ya en varias oportunidades y previendo complicaciones futuras, la dotación 1998 tuvo la misión, durante el año, de instalar un refugio 90 kilómetros al noreste de la base, en Costa Confín, con el objetivo de tener un punto de referencia para posibles descargas en una zona cercana al mar, donde generalmente no se presenta congelado. La instalación se concretó el 14 de octubre de 1998 con el nombre de Refugio Córdoba en los 77°17’58’’»S - 31°59’44’’»O.
Estiba de cajones y carga general sobre barrera de hielo.
El 13 de febrero, luego de varios intentos de encontrar un pasaje viable para que el buque pudiese acercarse a Bahía Vahsel, sin obtener resultados positivos y habiendo ya sobrepasado la posición del Refugio Córdoba, se decidió buscar una zona accesible para los vuelos de helicópteros y a su vez operable por vía terrestre con vehículos desde Base Belgrano 2.
El lugar elegido se encontraba sobre barrera de hielo a 118 kilómetros de recorrido (70 kilómetros en línea recta) del Nunatak Bertrab y a 50 kilómetros del buque, en los 77°22’»S - 33°23’»O aproximadamente, donde se descargaría la totalidad de los materiales y parte de la dotación entrante.
Por otro lado, dos vuelos de helicópteros desde el rompehielos, situado a 120 kilómetros de la base, trasladarían un grupo mínimo de hombres de la dotación entrante y equipo personal directamente a la base para realizar el relevo técnico, la evacuación completa de la dotación saliente y la organización de las primeras patrullas mecanizadas hacia la zona de descarga.
La estiba de tambores representaba el volumen más importante.
Para concretar esta operación debieron armarse en tiempo récord las motos nuevas en la bodega del buque. Las mismas se encontraban con los embalajes de transporte de origen debido a que habían sido demoradas en los depósitos de la Aduana nacional antes de la partida, logrando su liberación recién un día antes de la fecha límite de carga del Almirante Irízar . En tales circunstancias se había decidido cargarlas en las condiciones en que se encontraban ya que esto aseguraría una buena protección para la travesía por los mares del sur.
Dos Sno-Cat Tucker 1543 y sus trineos integraban las patrullas pesadas.
La maniobra general de descarga se desarrolló a partir del 15 de febrero, fundamentalmente en dos frentes. Por un lado el incesante movimiento de los dos helicópteros SeeKing de la Armada que completaron más de 150 vuelos para trasladar 120 toneladas de carga general, 150.000 litros de gasoil y 35.000 litros de nafta en tambores de 200 litros de capacidad, que representaban la logística para dos años de funcionamiento de Base Belgrano 2.
Por otro lado, las lentas patrullas de acarreo que se organizaban desde la base y que debían recorrer los 118 kilómetros atravesando peligrosas zonas de grietas como el complicado acceso al Nunatak Bertrab, y que se materializaban en columnas formadas por vehículos Sno-Cat Tucker 1543 que tiraban de dos o tres trineos, con capacidad para 2000 kilos de carga cada uno y motos de nieve que tiraban de dos o tres trineos, con capacidad para 300/400 kilos de carga cada uno.
Cuatro o cinco motos y sus trineos integraban las patrullas livianas.
Para realizar las patrullas de acarreo, la base contaba en ese momento con tres Sno-Cat de más de veinte años de antigüedad, tres motos de cuatro años de antigüedad promedio, con capacidad operativa limitada y las ocho motos nuevas, llevadas ese año para ser utilizadas en la expedición al Polo Sur, pero que también fueron usadas para esta exigencia.
Debido a la diferencia de características de los dos tipos de vehículo antes mencionados, se conformaron también dos tipos de patrulla: las integradas por dos Sno-Cat y sus trineos de carga (que poseían una capacidad de transporte total aproximada de 10 toneladas, 5 por cada vehículo) y las conformadas por cuatro o cinco motos y sus trineos (con una capacidad de entre 2 y 3 toneladas).
Otra gran diferencia entre ambas patrullas era el tiempo empleado, ya que los Sno-Cat requerían aproximadamente 12 horas para unir los dos puntos geográficos, con lo cual —sumando a ello los tiempos de carga, descarga, mantenimiento, meteorología desfavorable y posibles imprevistos— un traslado completo demandaba aproximadamente un día y medio; mientras que las motos tardaban solo seis horas para llegar a la zona de la descarga, con lo cual la maniobra podía realizarse en una sola jornada.
Las grietas eran un problema latente en los viajes a la barrera de hielo.
Además de los datos de simple análisis sobre cantidad de carga trasladada y tiempo de ejecución de las patrullas, debe interpretarse que cada una de ellas significaba una salida al terreno con toda la preparación, previsión y puesta en marcha que significaba movilizar personal y medios en condiciones extremadamente hostiles a cualquier tecnología y forma de vida.
Solo basta con mencionar algunos de los aspectos relacionados con el mantenimiento y la correcta explotación de los vehículos, comunicaciones, vestuario, víveres, suministro de combustible, navegación, búsqueda y rescate, bragado de la carga, meteorología, sanidad, mantenimiento de la moral, coordinación operativa, disponibilidad de hombres sin descuidar el normal funcionamiento de la base, entre otras, para alcanzar el objetivo sin comprometer la seguridad del personal ni la integridad de la carga.
La carga se cubría de nieve en pocos días.
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