Brusasca, Juan José
La ruta del Sastrugi / Juan José Brusasca. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2020.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-87-0709-9
1. Historia Argentina. 2. Antártida Argentina. 3. Expediciones Científicas. I. Título.
CDD 982.7
Editorial Autores de Argentina
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Corrección de estilo y coordinación: Julián Chappa | www.julianchappaeditor.com.ar
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
A mis hijos: María Laura y Juan Martín.
«Sastrugi» proviene de la palabra rusa zastrugi y alude a las irregularidades topográficas en forma de crestas que presenta la superficie nevada, modeladas por agudos surcos y afilados bordes que son tallados por la erosión del viento y la deposición. Estas formaciones son siempre paralelas a la dirección del viento predominante.
Al lector
Siempre pensé que había material suficiente para que cada uno de los siete hombres que formaron parte de esta expedición escribiese su propio libro, no solo por la experiencia del evento en sí mismo, sino por todos los hechos ocurridos durante el año de la invernada previa a la partida, que representan un importante compendio de acontecimientos poco conocidos pero determinantes para lo que vendría, lo cual los convierte en una trama que amerita ser plasmada aquí.
La historia de la exploración antártica tiene en nuestro país a un actor importante que ni la propia nación ni su sociedad conoce en detalle, a pesar de contar con más de cien años de vida. Hubo una época de oro de la actividad antártica desarrollada por la Argentina, reconocida internacionalmente y que parece haber pasado sin pena ni gloria para la memoria colectiva.
En aquel período nació casi inadvertidamente una escuela donde se forjó el espíritu antártico , donde una simple participación en las tareas antárticas era suficiente para abrazar un compromiso de por vida con esta fascinante actividad. Esta legión de voluntarios se sucedió durante décadas con renovada abnegación, a diferencia del interés institucional que, por distintas circunstancias, en los últimos años ha reducido su acompañamiento y poco a poco fue retaceando su apoyo.
Quienes conocen o se han ilustrado sobre los hechos históricos que nuestros compatriotas han desarrollado en este continente, reconocen el valor de estos acontecimientos —algunos casi heroicos o memorables— que en la mayoría de los casos no ha tenido la trascendencia o la deferencia de haber sido transcriptos al papel como ciertamente merecen.
Considero este un pequeño y humilde aporte a esta casi oculta biblioteca. Para ello, y tratando de llegar a la mayor cantidad posible de lectores, he buscado con esta publicación divulgar con un lenguaje claro y sencillo, despojado de términos y vocabulario técnico específico, las vivencias y experiencias de un grupo de soldados que, más allá de cumplir con la misión encomendada por sus superiores, tuvieron la suerte de concretar un sueño propio y quizás el de muchos de sus compañeros, camaradas y amigos, que con sana envidia siguieron la marcha y que a través de estas líneas podrán aproximarse y conocer los pormenores de una empresa en la que hubo riesgos, sacrificios y mucha dedicación.
Paralelamente a mi convencimiento respecto a encarar este libro, siempre he abrigado un sentimiento de deuda para con los que esperaron un relato preciso de lo ocurrido y así satisfacer la necesidad de saber y conocer detalles.
Por otra parte, desde que regresamos de esa invernada —y viendo la baja repercusión del hecho y el poco interés de la sociedad por este tipo de actividad en especial, y sobre las actividades que nuestro país desarrolla en la Antártida en general—, consideré importante transmitir y compartir mi experiencia con quienes poco conocen del tema pero gustan de la lectura sobre cuestiones novedosas. Aquí encontrarán una interesante y atractiva descripción de nuestra historia.
No fueron muchos los observadores de la travesía, la mayoría conocidos o cercanos a la actividad antártica. A todos ellos, entusiastas o afines a la actividad, que de alguna manera siguieron atentamente los acontecimientos, puedo asegurarles que siempre comprendimos la responsabilidad que se nos estaba delegando y lo que se esperaba de nosotros.
Nunca dudamos de la importancia que esta misión también tenía para los actores pasivos, más allá de lo institucional, y así lo demostramos entregando todo lo que nuestra capacidad humana y profesional nos permitió, asumiendo el reto sin pensar en el fracaso, a pesar de los pronósticos que no siempre fueron favorables.
Asimismo también consideré oportuno incluir brevemente cierta información adicional para introducir a los lectores en el conocimiento histórico y geográfico sobre el continente antártico, especialmente acerca de la importante actividad que nuestro país viene desarrollando en ese territorio desde hace más de un siglo.
Tampoco dejé de mencionar los detalles del relevo de la dotación del año 1999, ya que fueron particularmente atípicos y de alguna manera determinaron y establecieron las características generales de la invernada posterior y de la propia expedición.
Finalmente, aseguro al lector que en esta obra hallará un relato sincero y detallado de la visión personal de los hechos basados en mis experiencias y anotaciones personales, sensaciones y emociones vividas en esa gran aventura que fue la segunda expedición argentina al Polo Sur geográfico por vía terrestre en ese todavía lejano y misterioso territorio.
El autor
Capítulo 1
La noticia
Flasou ( ΦΛΑΣΟΥ ) es un pequeño pueblo al oeste de la ciudad de Nicosia, capital de la República de Chipre en el Mar Mediterráneo, ubicado sobre la margen derecha de la ruta principal hacia el Monte Trodos y a 35 kilómetros del mismo, donde se encuentra la vía de acceso, que por tratarse de la más importante y una de las pocas asfaltadas del poblado vuelve a desembocar en la ruta unos kilómetros más arriba. Esta senda de ancho variable atraviesa zigzagueante el ondulado terreno que ofrece la cercanía a la cumbre y constituye un derrotero turístico excelente, ya que desde sus lomas puede verse casi la totalidad de la villa y aún más allá.
El caserío, en una desordenada urbanización, revela una amplia variedad de aspectos pero con un mismo estilo de grandes ambientes y patios con huerta en todos los casos, donde podemos encontrar desde construcciones de barro y paja (adobe) de más de cien años de antigüedad, todavía ocupadas, hasta modernas residencias de dos plantas con detalles decorativos de estilo clásico, que manifiesta la descendencia cultural de la población greco-chipriota.
Un admirable canal de riego, entre la calzada y la acera, baja desde lo alto de la isla y llega hasta los barrios más costeros, para suministrar agua al consumo local en sembradíos, plantaciones y animales, ya que la escasez del líquido elemento ha creado allí verdadera conciencia sobre su óptima utilización.
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