Este libro explora las formas comprensivas emergentes que ofrecen condiciones de posibilidad y esperanza para la vida por fuera de las imposiciones de la monocultura dominante. Con ello, las expresiones culturales, creativas, participativas, telúricas, identitarias, organizativas y ontológicas de los sujetos sociales afronortecaucanos abren preguntas y formas de indagar que desnaturalizan las versiones de los vencedores y las formas de poder enquistadas en el territorio. No obstante, ante el riesgo de idealizar o romantizar las acciones colectivas e individuales de los pobladores, este libro intenta problematizar las formas reivindicativas agenciadas por los actores sociales.
La investigación que aquí se presenta se origina en el territorio y bajo la perspectiva de las identidades que recogen la categoría afro de los nortecaucanos. Este no es un estudio sociodemográfico, un tratado de ciencia política, una monografía de historia o geografía, un análisis económico ni un tratado de filosofía u observación antropológica. Sin embargo, su perspectiva es eminentemente social; su contenido político reivindica y visibiliza a sujetos y colectivos sociales explotados y despojados, que luchan por sus derechos en pos de su autonomía; para ello, incorpora fuentes documentales y avanza en procesos de activación de memorias y nociones de patrimonio, a través de encuentros, conversaciones y recorridos por el valle geográfico del río Cauca: se estudian formas topográficas, climáticas, coberturas vegetales y asentamientos. Así, este trabajo parte de una forma productiva arraigada y elabora las categorías de trabajo y desarrollo, en función de bienes comunes en buena parte del contenido, para presentar una comprensión ontológica de las formas de vida y sus alianzas para la existencia.
Este libro constituye una aproximación crítica y esperanzada al territorio afronortecaucano y a las formas injustas de la explotación del territorio, en sentido económico, ecológico, simbólico, político y humano, que reflexiona sobre las formas naturalizadas de despojo, de expoliación de cultura y de vida ante la imposición de poderes homogeneizantes y estandarizantes. Su aproximación es crítica de los esquemas positivistas de saber-poder disfrazados de neutralidad técnica y pretende superar las formas idealistas de sistematización originadas en los dogmas e incorporar procesos afectivos en la comprensión de las realidades territoriales nortecaucanas, sin por ello justificar a ultranza las acciones de los actores sociales, con lo que mantiene una condición de objetividad en la no-neutralidad.
Lo que aquí se presenta articula la razón con la emoción. Si bien las condiciones de objetividad se mantienen en la lectura e interpretación de la realidad nortecaucana, se rescatan el conocimiento sentipensante y las relaciones en dimensión afectiva y empática. La comprensión del mundo y sus circunstancias, a partir de la propia responsabilidad y capacidad de saber, intervenir y participar, transforma con las acciones cotidianas los encuentros y las construcciones colectivas. Así, se posibilitan otras maneras de contar historias y de hacer memorias, mudar de puntos de vista e indagar en las “verdades” para aprender de los pobladores invisibilizados en las versiones oficiales, que construyen su propia visión de mundo e incluso sus orígenes para alimentar la esperanza por el futuro.
Este libro es una versión reducida, incompleta e inconclusa de la realidad histórica y cotidiana del territorio y de la vida de sus protagonistas; sin embargo, también es un desafío que involucra el posicionamiento afectivo y político frente a las heterogeneidades del territorio nortecaucano, con todo lo que ello implica. Dado que es imposible dar cuenta de todo en una realidad dinámica y sujeta a múltiples interpretaciones, acá se muestran algunos elementos relevantes que cobran especial significación a nivel colectivo. En la perspectiva del sur, la identificación de rupturas de los esquemas de pensamiento euro y nortecéntrico explica que este trabajo no tenga intenciones de neutralidad o de esterilización valorativa. Por el contrario, las elaboraciones que se presentan en torno a las luchas de los afronortecaucanos pretenden contribuir a su fortalecimiento emancipatorio.
La necesidad de reconocer las diferencias entre individuos y grupos sociales de manera inteligible exige evidenciar las disputas, luchas y reciprocidades entre las sociedades y los espacios, a través de la participación. En este orden de ideas, para superar los universalismos abstractos, este libro es también un estudio psicogeográfico (Debord, 1955), una mirada íntima de los agentes sociales, de las dimensiones sensibles de la vida cotidiana y de las prácticas territorializantes en la construcción social de su realidad. Dicha realidad, entendida como sentidos y significaciones sociales, culturales y de carácter político de la subjetividad de los actores sociales aliados al proceso.
El diseño metodológico de la investigación que da origen a este libro permite descubrir, describir, analizar y problematizar lo singular de las expresiones territorializantes afronortecaucanas, para desentrañar lo no evidente de ellas. En tal sentido, la participación y el reconocimiento de los sujetos y colectivos sociales del territorio permite dar cuenta de sus iniciativas contrahegemónicas y resistencias manifiestas.
Un propósito fundamental de esta obra es mostrar que la realidad no se reduce a lo evidente, por cuanto existen otras formas posibles de sentipensar y vivir distintas a las impuestas por el capitalismo neoliberal, pues el pensamiento emancipado abre las fronteras de lo existente para innovar, experimentar y desafiar la realidad imperante con el saber popular. La ecología de saberes (Santos, 2009) construye otras formas de poder, en la medida en que valora tanto la experiencia popular como los diálogos críticos y rigurosos, de un lado, y de otro, potencia y fortalece teorías y prácticas bajo el supuesto de que “lo diverso no es necesariamente desunido, lo unificado no es necesariamente uniforme, lo igual no es necesariamente idéntico, lo diferente no es necesariamente inferior o superior” (Santos, 2012, p. 9).
En consonancia con estas ideas, promover una ecología de saberes permite problematizar formas monoculturales y perseguir lo invisible, lo marginal, lo silenciado y lo desacreditado (figura 1), ampliar las fronteras e identificar las emergencias para reconocer la diversidad de lo alternativo que existe en el territorio.

Figura 1. Formas comprensivas aplicadas al territorio
Fuente: Elaboración propia, a partir de la epistemología del sur de Boaventura de Sousa Santos
Lo alternativo, desde esta perspectiva, se resiste a la homogeneización, es creativo, diverso y expande la realidad del territorio al plano de lo intangible. Por eso, la ecología de saberes exige movimiento y la activación de la razón sensible para lograr un giro epistemológico sentipensante que propicie y construya dialogos entre iguales y diferentes.
La aproximación al territorio afronortecaucano como un desafío epistemológico social y político comprende el movimiento en tres acepciones: 1) como desplazamiento o vibración; 2) como organización acción colectiva y 3) como rebelión o levantamiento. Estos sentidos del movimiento se corresponden con las dimensiones fundamentales de la investigación: epistemológica, política y social; dimensiones imbricadas, en el sentido de un giro comprensivo sentipensante (figura 2). Con esto, en la aproximación a la noción territorial de las comunidades afronortecaucanas, las situaciones sociales singulares dignas de conocimiento y reconocimiento serán las que toman mayor protagonismo.
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