1) La culpa no es un producto cultural del cristianismo
2) Las diferencias entre pecado y culpa
3) Los sentimientos en la culpa moral: arrepentimiento versus remordimiento
2. Ricoeur: la hermenéutica de los símbolos del mal
a. Breve referencia al método y el pensamiento de Ricoeur
1) La hermenéutica en Ricoeur
2) ¿Por qué una hermenéutica de la culpa?
a) Los niveles de especulación del mal
b) El mal como problema ontológico: unde malum faciamus
c) La falibilidad del hombre: la culpa no es ontológica
d) La simbología en Ricoeur
b. La interpretación de la culpa a través de los símbolos
1) La interpretación de la mancilla
2) La interpretación del pecado
3) El simbolismo de la culpabilidad
a) Diferencias entre culpa y culpabilidad: los estadios
b) Las diferencias entre culpabilidad, mancilla y pecado
c) Las expresiones de la culpabilidad
d) La culpabilidad en san Pablo
CAPÍTULO TERCERO NUESTRO PUNTO DE VISTA
I. La diferenciación entre culpa y vergüenza. Perspectivas psicológica y filosófica
II. La diferenciación entre culpa y vergüenza en el ámbito de la antropología: la mirada retrospectiva
III. La dimensión filosófica: culpa normal versus culpa mórbida
A. La idea de alienación: la culpa como lo externo, que ata
B. La idea de la culpa normal: sus elementos
C. El siervo arbitrio
IV. Las notas comunes con la culpa jurídica
A. Algunas aproximaciones a las relaciones culpa moral-culpa jurídica
B. La relación profunda de la culpa filosófica y la culpa jurídica: la relación dialéctica
C. Unas notas sobre la culpa jurídica: ¿infracción de un deber?
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
NOTAS AL PIE
Quiero agradecer a la Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia por el honor de publicar este libro en su prestigiosa editorial. En especial, quiero agradecer a los profesores y amigos Carlos Alberto Chinchilla Imbett y José Félix Chamie. Gracias infinitas por su amistad, por su fe en mi persona, por su generosidad y por convencerme de publicar este trabajo, cuya edición estimaba improbable. Mi gratitud, también, a los árbitros de la publicación por sus inestimables apreciaciones. Así mismo, a mi casa de estudios, la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, a sus directivos y a mis colegas, por el apoyo y por los espacios abiertos para el desarrollo del pensamiento crítico y la reflexión, tan necesarios en nuestros días. En particular, a mis amigos Carlos Céspedes, Gonzalo Montory, Rodrigo Fuentes y Renzo Munita. Gracias a ellos y sus consejos, la “llegada” a la Facultad y el fruto del trabajo han sido más dulces. A los amigos que la academia me ha dado la fortuna de conocer, en especial a Álvaro Vidal, Patricio Carvajal, Alexis Mondaca, Pamela Mendoza, Lilian San Martín y Darío Parra, quienes me han permitido crecer como académico, pero sobre todo como ser humano. Al Conicyt, por el apoyo a la labor investigadora, especialmente a través del proyecto Fondecyt Regular 1191729, denominado “Delimitación de regímenes de responsabilidad. Bases para una parcial asimilación”. Una parte de esta obra es fruto de la tesis doctoral que defendí en Bilbao en el año 2010. El libro, sin embargo, es el resultado del trabajo posterior de todos estos años y del proyecto antes reseñado. No puedo dejar de agradecer eternamente a mi maestro, Ricardo de Ángel Yágüez, quien iluminó el sendero por el que terminé trabajando. Finalmente, a mi familia: a mi mujer, Yenny, y mis niñas, por el tiempo robado.
Luego de haber realizado numerosos estudios históricos y dogmáticos sobre la culpa civil, el autor emprende ahora la tarea enorme de estudiar la culpa desde los puntos de vista más extremos. Se trata de la incursión de un jurista por territorios que nos suelen ser desconocidos. Así, nuestro modesto concepto civil de culpa es enmarcado en un universo intelectual que va de la antropología al psicoanálisis, de la filosofía de la sospecha a las reflexiones de matriz cristiana más profundas –de Agustín de Hipona a la hermenéutica simbólica de Ricoeur–.
Este libro ha sido escrito por un jurista de inquietudes abiertas a todas las dimensiones del actuar humano. Ha realizado por años estudios histórico-dogmáticos de la culpa civil, desde su investigación histórico-dogmática de doctorado hasta reconocidos trabajos sobre la naturaleza funcional de la culpa como criterio de distribución de riesgos contractuales. Ahora muestra una gran audacia y pasión intelectual para descubrir el sentido de la culpa y de la sanción en las dimensiones científicas y filosóficas más diversas.
La noción de culpa participa de juegos de lenguaje tan variados que no hay disciplina que trate del hombre que no deba enfrentarla en algún momento. ¿Cuándo surge el sentimiento de culpa en un niño?, ¿qué conlleva ese sentimiento?, ¿cuáles son las conexiones entre el sentido moral más primigenio e interno de lo incorrecto con la sensación de rechazo que recibe el infractor de sus padres y amigos?, ¿cómo se relacionan con la culpa conceptos parientes entre sí como el desprecio, la vergüenza, el rechazo social?, ¿tienen algo en común la teología del pecado y la filosofía de la culpa?
En ese inmenso territorio incursiona esta obra con una erudición asombrosa y siguiendo una estrategia adecuada a quien no es filósofo ni etnólogo, como es la de penetrar en las obras que analiza por medio de otros especialistas secundarios. El método es apropiado porque permite focalizar la atención en autores que tienen ámbitos de interés que trascienden el objetivo de esta investigación.
Se comienza con los estudios etnográficos que apuntan a un relativismo de la culpa, que estaría construida por la práctica de convivencia, a partir de los modelos conductuales aprendidos que conducen a una cultura de la vergüenza (Mead, Benedict); se llega luego a las aproximaciones hermenéuticas modernas al pensamiento griego y a la cultura homérica de la vergüenza. En tales acercamientos culturales queda claro que la culpa es socialmente asociada a una sanción social que tiene códigos externos formales, los cuales también explican que la responsabilidad civil sea estricta en los primeros tiempos de la cultura.
Desde estas miradas antropológicas, que muestran que existe una base biológico-natural que prepara para juzgar los actos como buenos o malos, la obra avanza hacia la psicología de la culpa. Siguiendo estudios acerca del juicio moral temprano, muestra que la separación entre la culpa y la vergüenza se manifiesta como contrapunto entre el juicio moral interno y la reacción externa a nuestros actos reprobables. Esta dualidad de culpa y vergüenza es un Leitmotiv que recorre todo el estudio.
El análisis filosófico se remonta al desarrollo de las grandes orientaciones filosóficas de la cristiandad: al realismo moral de Tomás de Aquino y al voluntarismo de Agustín de Hipona, que persisten como base, respectivamente, de la teología católica y de la protestante. ¿Son la razón o la voluntad, lo racionalmente justo o el amor, los elementos constitutivos de la moral? Hurga entonces el autor en la tradición nominalista de Duns Scoto y en la ética protestante para encontrar las fuentes primeras del positivismo moral y luego jurídico.
La secularización posterior del derecho aloja la culpa en la razón individual y la somete a las reglas de la lógica formal, las cuales orientan un deductivismo argumental que tiene como axioma la voluntad, característico de la doctrina jurídica del siglo XIX, que hasta hoy demanda primacía en alguna teoría del derecho. Cuánta importancia tienen estos desarrollos filosóficos para entender la historia del derecho de contratos radicalmente voluntarista, que adopta como modelo científico un sistema formal de conceptos, pero que ha sido moderado por el realismo característico de desarrollos contemporáneos.
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