Del ZOLCANAUHTLI o ánade del color de las codornices mexicanas
Del ZOLCUICUÍLTIC
De algunos géneros de ZOLIN
Reptiles
Del ACUECUETZPALLIN o colote del agua
Del TEUHTLACOZAUHQUI o señora de las serpientes
Mamíferos
De algunas especies raras de perros
Del AYOTOCHTLI o conejo cucurbitino, llamado por otros tatou o armadillo
Del CITLI o liebre
Del COYÁMETL o quauhcoyámetl
Del QUAUHTECHÁLLOTL
Del MANATÍ
De los MAZAME o ciervos
Del TOCHTLI o de los géneros de dasípodos que llaman conejos
De los toros y vacas de la región de Quivira
Del TUZAN o cierto género de topos de Indias
Minerales
Del ÍZTATL o de la sal en general
Del TEOUÍXQUITL o nitro mexicano
Bibliografía
Aviso legal
La Historia natural de Nueva España de Fracisco Hernández fue publicada por la Universidad Nacional Autónoma de México en 1959 como parte de las Obras completas de este autor. Respecto de la Historia natural de las plantas , la comisión encargada de publicarla se basó en la edición conocida como matritense (Herederos de Ibarra, Madrid, 1790). La sección que corresponde a los animales y los minerales fue tomada de la versión llamada romana ( Rerum Medicarum Hispaniae Thesaurus , Roma, 1651). Fueron traducidas del latín por José Rojo Navarro. Para una historia detallada de las ediciones de Hernández, el lector puede acudir al tomo i de las Obras completas y en particular al excelente prólogo de Germán Somolinos D'Ardois. Los comentarios de la comisión aparecen en el tomo ii, volumen i.
El libro que presentamos al lector es una selección de las plantas, animales y minerales descritos por Francisco Hernández que están vinculados con la alimentación y que se encuentran en los tomos ii y iii de las Obras completas . Están agrupadas bajo el título general de Historia natural de Nueva España . El orden no coincide con el de las Obras completas . Las plantas se han dividido en raíces, tallos y hojas, flores, frutos, vainas, semillas; por separado se reúnen las entradas referentes al tlaolli (maíz), a los magueyes, a los hongos y a las algas. Los animales se han ordenado así: insectos, crustáceos, batracios, peces, aves, reptiles y mamíferos. Dentro de cada grupo se usa el orden alfabético.
Aunque era posible hacer una transcripción de los capítulos seleccionados de la Historia natural de Nueva España , se optó por la reproducción del original en todos los casos a fin de conservar la armonía entre tipografía y dibujos. Las ilustraciones de las entradas correspondientes a: Tallos y hojas, Flores, Frutos, Vainas, Semillas, Magueyes, Insectos, Crustáceos, Batracios, Peces, Aves y Reptiles fueron compuestas a partir de la gráfica original.
El propósito fundamental de este libro es hacer llegar a los especialistas en historia de la cocina mexicana, un material de gran importancia para reconstruir diversos aspectos de la cultura alimentaria de los antiguos mexicanos, difícil de conseguir hoy incluso en bibliotecas institucionales.
Cristina Barros
Marco Buenrostro
Leer la Historia natural de Nueva España de Francisco Hernández es, de alguna manera, viajar por México y recuperar una etapa de su historia. Con un poco de imaginación podemos acompañarlo en sus largos recorridos por Morelos, Tlaxcala, Puebla, Veracruz, Guerrero, Oaxaca, Michoacán y Colima. A lo largo de seis años visitó numerosas poblaciones a las que se trasladó desde la ciudad de México en una litera sostenida por dos mulas.
Las motivaciones de Hernández eran sobre todo dos: cumplir con la encomienda de Felipe II que lo instruyó para que recuperara los conocimientos de los médicos indios y satisfacer su propia curiosidad científica, pues evidentemente Hernández mostraba interés por todo lo que veía y en su intento de conocer a fondo lo que se presentaba ante sus ojos preguntaba, olía, degustaba e incluso aplicaba en sí mismo muchos de los remedios indígenas. Su actitud en general era abierta, aunque inevitablemente tiñó con su propia manera de ver el mundo y ejercer la medicina, muchos de los conocimientos que le transmitían los médicos indios.
Si la iniciativa de Felipe II al nombrar a Francisco Hernández protomédico y enviarlo a México era sobre todo económica, práctica, las descripciones que nos ha dejado el protomédico de la Corte española muestran un verdadero interés por el conocimiento. Con un método similar al que utilizó Bernardino de Sahagún para reconstruir la vida de los antiguos mexicanos en la Historia general de las cosas de la Nueva España e incluso, según algunos, consultando en varios casos a los mismos informantes, describió cientos de plantas y animales, así como algunos minerales. Considera Germán Somolinos D'Ardois, en su importante estudio preliminar a la Historia natural , que “el tipo de español preguntón, indispensable para el conocimiento del nuevo país, llegó a ser tan popular entre los indígenas que en alguna ocasión cuando representaron a las autoridades españolas incluyeron entre ellas al preguntador”. 1
Además de los numerosos conventos que habían fundado franciscanos, agustinos y dominicos, debió de utilizar para hospedarse o detenerse a comer, los alojamientos llamados tecpan . Éstos formaban parte de “la red de los que pudiéramos llamar hosterías y mesones utilizados por los viajeros y comerciantes precortesianos durante sus viajes". 2
Para que la transmisión fuera lo más exacta posible, dejó además numerosas imágenes, pues Hernández no viajó solo; iba acompañado de pintores, escribanos, traductores, guías y en especial de médicos indígenas que le informaban y podían aclarar sus dudas. De cada planta hacía una ficha en la que anotaba su descripción botánica, sus aplicaciones y, en un buen número de ocasiones, el lugar en el que se había localizado. Los pintores copiaban luego la imagen, incluso de aquellas plantas que no recogía Hernández directamente, sino que le hacían llegar sus informantes. También hay ilustraciones en el caso de la fauna. Muchas de las plantas están dibujadas con su raíz, como era la tradición india, aunque en algún dibujo aparecen las iniciales del dibujante que debió de ser europeo, pues firmar no era usual entre los antiguos mexicanos, cuyo trabajo se considera colectivo.
De los dibujos queda constancia en la edición que hizo la Universidad Nacional Autónoma de México y que es la que se utiliza para este trabajo; sin embargo debe saber el lector que sólo se incluye una mínima parte de los dibujos originales. El manuscrito de Hernández había sido entregado a Felipe II tras no pocas vicisitudes, pero en 1671 un incontrolable incendio en El Escorial que duró 15 días, al parecer lo convirtió en cenizas. Sólo quedan los comentarios de algunos que pudieron verlo antes de su destrucción. Francisco de Santos narra al referirse a la biblioteca del monasterio:
[...] hay una curiosidad de grande admiración y estima que es la historia de todas las medicinales plantas de las Indias Occidentales, con sus mismos nativos colores y propias hojas pegadas en las de los libros y su misma raíz, tronco, ramas, venas, flores y frutos. Fue el autor de esta curiosidad un gran herbolario llamado Francisco Hernández. [Hay otros libros] donde puso pintadas esas mismas hierbas y plantas y animales y los estilos y traje de los indios con otras observaciones gustosas de por allá y variedad de aves. 3
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