Bernal Díaz del Castillo
Verdadera Historia de los Sucesos de la Conquista de la Nueva-España (Tomos 1-3)
La obra histórica de la conquista de l’América
e-artnow, 2022
Contacto: info@e-artnow.org
EAN 4066338121073
Tomo I
Tomo II
Tomo III
Índice
Prólogo
Capítulo Primero
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII
Capítulo XXXIV
Capítulo XXXV
Capítulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capítulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XL
Capítulo XLI
Capítulo XLII
Capítulo XLIII
Capítulo XLIV
Capítulo XLV
Capítulo XLVI
Capítulo XLVII
Capítulo XLVIII
Capítulo XLIX
Capítulo L
Capítulo LI
Capítulo LII
Capítulo LIII
Capítulo LIV
Capítulo LV
Capítulo LVI
Capítulo LVII
Capítulo LVIII
Capítulo LIX
Capítulo LX
Capítulo LXI
Capítulo LXII
Capítulo LXIII
Capítulo LXIV
Capítulo LXV
Capítulo LXVI
Capítulo LXVII
Capítulo LXVIII
Capítulo LXIX
Capítulo LXX
Capítulo LXXI
Capítulo LXXII
Capítulo LXXIII
Capítulo LXXIV
Capítulo LXXV
Capítulo LXXVI
Capítulo LXXVII
Capítulo LXXVIII
Capítulo LXXIX
Capítulo LXXX
Capítulo LXXXI
Capítulo LXXXII
Capítulo LXXXIII
Capítulo LXXXIV
Capítulo LXXXV
Capítulo LXXXVI
Capítulo LXXXVII
Capítulo LXXXVIII
Capítulo LXXXIX
Capítulo XC
Capítulo XCI
Capítulo XCII
Capítulo XCIII
Capítulo XCIV
Capítulo XCV
Capítulo XCVI
Capítulo XCVII
Capítulo XCVIII
Capítulo XCIX
Capítulo C
Capítulo CI
Capítulo CII
Capítulo CIII
Capítulo CIV
Capítulo CV
Capítulo CVI
Capítulo CVII
Capítulo CVIII
Capítulo CIX
Capítulo CX
Capítulo CXI
Índice
Cuatro palabras nada más sobre el autor de este libro, y sobre las calidades de su obra.
En cuanto al autor, nació en Medina del Campo, sin que sepamos la fecha exacta de este suceso ni la menor particularidad de su niñez; bien es verdad que nada tiene de extraño este silencio respecto á un individuo que, nacido sin duda de padres pobres, emprendió la carrera militar en la humilde situacion de soldado. Pasó á América el año de 1514 en compañía de Pedrárias Dávila, á quien el Gobierno acababa de conceder la gobernacion del Darien; desde allí, despues de los sucesos ocurridos en aquel pais, se trasladó á la isla de Cuba, que gobernaba á la sazon Diego Velazquez. La situacion de aventurero en que se hallaba Bernal Diaz le obligó á tomar parte en cuantas empresas se ofrecian; así es que al emprenderse la expedicion del descubrimiento de Yucatan se alistó bajo las banderas de Francisco Fernandez de Córdoba, y se embarcó con él, haciéndose á la vela el dia 8 de Febrero de 1517; pasó luego á la Florida con Juan Ponce, y dió vuelta á Cuba con los pocos que se salvaron de aquella empresa desgraciada. Nuevamente se embarcó en la expedicion de Grijalva el 5 de Abril de 1518, y vuelto á Cuba, salió por tercera vez con la expedicion mandada por Hernan Cortés, embarcándose en la nave de Pedro de Albarado. Hizo en aquella conquista cuanto era de esperar de un buen soldado; y terminada que fué en todas sus partes, recibió, en recompensa de sus servicios, una encomienda en Goatemala, donde se estableció, siendo uno de los primeros pobladores de la ciudad de Santiago de los Caballeros, en la que ocupó el cargo de regidor.—El mérito y servicios militares de Bernal Diaz fueron muy distinguidos, como que Hernan Cortés le recomendó especialmente al Emperador en carta escrita en Méjico el año de 1540; la misma honra mereció despues del virey D. Antonio de Mendoza; y por último, habiendo él mismo presentado unas probanzas en el consejo de Indias, el Emperador se sirvió recomendarle por Real cédula expresa y expedida en su favor.
Tomamos estas noticias acerca de Bernal Diaz, de la breve reseña biográfica que le dedica el último editor de su obra en la Biblioteca de Autores Españoles que con tanto acierto y perseverancia sigue publicando el señor don Manuel Rivadeneira.
Del mismo documento sacamos la siguiente calificacion, con la cual nos hallamos conformes.—Respecto, dice, al estilo de Bernal Diaz, aunque poco culto y pulido,—respira la ruda franqueza de un soldado; Robertson calificó su mérito con las siguientes palabras: «Contiene (dice, hablando de este libro) una narracion confusa y llena de pormenores de todas las operaciones de Cortés, en el estilo rudo y vulgar propio de un hombre sin letras ni instruccion; pero, como refiere los hechos que presenció y en que tuvo tanta parte, su narracion lleva todo el sello de la autenticidad, y respira tal naturalidad y gracia, cuenta pormenores tan interesantes y demuestra un amor propio y vanidad tan graciosos, aunque disimulables en un soldado que, segun nos dice, asistió á ciento diez y nueve batallas, que su libro es uno de los más singulares que se pueden encontrar en lengua alguna.» Nada añadiremos nosotros al testimonio de un escritor tan ilustre y juez tan competente en la materia, y únicamente nos tomaremos la libertad de indicar á nuestros lectores que la relacion de la batalla de Tabasco, la de la prision de Montezuma en la estancia de los españoles, y otros trozos que seria fácil mencionar, son los que caracterizan perfectamente á Bernal Diaz como escritor de historia, y los que manifiestan su candor, naturalidad y sencillez.
Índice
EN QUÉ TIEMPO SALÍ DE CASTILLA, Y LO QUE ME ACAECIÓ.
En el año de 1514 salí de Castilla en compañía del gobernador Pedro Arias de Ávila, que en aquella sazon le dieron la gobernacion de Tierra-Firme; y viniendo por la mar con buen tiempo, y otras veces con contrario, llegamos al Nombre de Dios; y en aquel tiempo hubo pestilencia, de que se nos murieron muchos soldados, y demás desto, todos los más adolecimos, y se nos hacian unas malas llagas en las piernas; y tambien en aquel tiempo tuvo diferencias el mismo gobernador con un hidalgo que en aquella sazon estaba por capitan y habia conquistado aquella provincia, que se decia Vasco Nuñez de Balboa; hombre rico, con quien Pedro Arias de Ávila casó en aquel tiempo una su hija doncella con el mismo Balboa; y despues que la hubo desposado, segun pareció, y sobre sospechas que tuvo que el yerno se le queria alzar con copia de soldados por la mar del Sur, por sentencia le mandó degollar.
Y despues vimos lo que dicho tengo y otras revueltas entre capitanes y soldados, y alcanzamos á saber que era nuevamente ganada la isla de Cuba, y que estaba en ella por gobernador un hidalgo que se decia Diego Velazquez, natural de Cuéllar; acordamos ciertos hidalgos y soldados, personas de calidad de los que habiamos venido con el Pedro Arias de Ávila, de demandalle licencia para nos ir á la isla de Cuba, y él nos la dió de buena voluntad, porque no tenia necesidad de tantos soldados como los que trujo de Castilla, para hacer guerra, porque no habia qué conquistar; que todo estaba de paz, porque el Vasco Nuñez de Balboa, yerno del Pedro Arias de Ávila, habia conquistado, y la tierra de suyo es muy corta y de poca gente.
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