Yendo a esa época, durante muchas mañanas lluviosas en las que las tareas escaseaban justamente por tales condiciones climáticas, debatíamos con Diego (compañero de facultad, también) respecto de la teoría lacaniana y nuestra futura inserción como psicólogos.
Y nuestras posiciones eran casi tan variables como la meteorología misma. A veces, parecíamos los mismísimos escuderos de Lacan. Otras, lo defenestrábamos por ser un erudito que no aportaba nada a la clínica, y por ende, tampoco era útil para paliar el sufrimiento humano.
Graciosos resultaban ciertos dichos de esa época. Por ejemplo: “Yo, para ser panelista de TV, tengo que cobrar un montón de plata” [2] [2] Durante un año fui panelista de un programa de interés general emitido en un canal de aire, que por estar fuera de las señales de cable, era visto prácticamente solo por mi hermano y diez personas más, según mi cálculo. Obviamente que lo hice absolutamente ad honorem. [3] Había ciertas frases de tono algo escatológico que nos causaban mucha risa en este texto, y que no sería pertinente comentar aquí. Para explicarlo brevemente, este es el caso princeps que ayuda a comprender la Neurosis Obsesiva. Y con Diego siempre nos autodiagnosticamos esta estructura psíquica. Para los interesados dicho caso puede leerse en Obras completas de Sigmund Freud. «De la historia de una neurosis infantil» (Caso del «Hombre de los lobos»). [4] En realidad, los encuentros a los que aludo eran de él y no míos, ya que por ese entonces yo vivía en pareja, lo que me impedía cualquier affaire. El caso puede encontrase en Obras completas de Sigmund Freud «Fragmento de análisis de un caso de histeria» (Caso «Dora»). [5] Uno de los principales problemas que observo en este rubro es la enorme oferta de pensadores extranjeros, en su mayoría estadounidenses. Los mismos hablan desde su práctica, lo que es valioso para ser tomado bajo dichas coordenadas. Es decir, trabajar en consultoría en Argentina es muy distinto a hacerlo en Estados Unidos. Y si bien contamos con prestigiosos autores latinoamericanos, no abundan aquellos que cuenten sus reales y específicas formas y métodos de trabajo. [6] Es el Hospital General que atiende todas las emergencias de la ciudad de Santa Fe.
o bien algunas referencias al caso del Hombre de los Lobos [3] [3] Había ciertas frases de tono algo escatológico que nos causaban mucha risa en este texto, y que no sería pertinente comentar aquí. Para explicarlo brevemente, este es el caso princeps que ayuda a comprender la Neurosis Obsesiva. Y con Diego siempre nos autodiagnosticamos esta estructura psíquica. Para los interesados dicho caso puede leerse en Obras completas de Sigmund Freud. «De la historia de una neurosis infantil» (Caso del «Hombre de los lobos»). [4] En realidad, los encuentros a los que aludo eran de él y no míos, ya que por ese entonces yo vivía en pareja, lo que me impedía cualquier affaire. El caso puede encontrase en Obras completas de Sigmund Freud «Fragmento de análisis de un caso de histeria» (Caso «Dora»). [5] Uno de los principales problemas que observo en este rubro es la enorme oferta de pensadores extranjeros, en su mayoría estadounidenses. Los mismos hablan desde su práctica, lo que es valioso para ser tomado bajo dichas coordenadas. Es decir, trabajar en consultoría en Argentina es muy distinto a hacerlo en Estados Unidos. Y si bien contamos con prestigiosos autores latinoamericanos, no abundan aquellos que cuenten sus reales y específicas formas y métodos de trabajo. [6] Es el Hospital General que atiende todas las emergencias de la ciudad de Santa Fe.
para explicar algunos de nuestros padeceres. Y también citábamos mucho a Dora [4] [4] En realidad, los encuentros a los que aludo eran de él y no míos, ya que por ese entonces yo vivía en pareja, lo que me impedía cualquier affaire. El caso puede encontrase en Obras completas de Sigmund Freud «Fragmento de análisis de un caso de histeria» (Caso «Dora»). [5] Uno de los principales problemas que observo en este rubro es la enorme oferta de pensadores extranjeros, en su mayoría estadounidenses. Los mismos hablan desde su práctica, lo que es valioso para ser tomado bajo dichas coordenadas. Es decir, trabajar en consultoría en Argentina es muy distinto a hacerlo en Estados Unidos. Y si bien contamos con prestigiosos autores latinoamericanos, no abundan aquellos que cuenten sus reales y específicas formas y métodos de trabajo. [6] Es el Hospital General que atiende todas las emergencias de la ciudad de Santa Fe.
, cuando se trataba de dar cuenta de algún fallido encuentro amoroso con una mujer.
Más allá de estos debates de un vuelo intelectual tan elevado como antipráctico, lo más jugoso de mi experiencia en el lavadero fue el primer contacto directo con la relación de dependencia, lo que implicaba entre otras cosas el hecho de tener que lidiar con mis jefes, compañeros y con los usuarios. Respecto de estos últimos, a decir verdad en esa etapa nuestra competencia en “Orientación al Cliente” dejaba mucho que desear. Los lavados eran francamente mejorables si bien, hay que reconocerlo, lográbamos cordiales vínculos con aquellos que nos confiaban su coche.
Sin lugar a dudas que para poder luego hablar de todas las consecuencias que tiene el trabajo en sentido amplio, resulta indispensable haber experimentado varias de sus implicancias. Es decir, hoy en día cuando doy capacitaciones o diseño alguna estrategia de cambio para una empresa, tengo muchos elementos que me permiten pensar en el impacto que tendrá en quienes se desempeñan en ella. Creo que resulta clave para dedicarse a las actividades de consultoría no sólo un bagaje teórico que permita operar; sino también una experiencia de vida que sitúe tales contenidos en la realidad [5] [5] Uno de los principales problemas que observo en este rubro es la enorme oferta de pensadores extranjeros, en su mayoría estadounidenses. Los mismos hablan desde su práctica, lo que es valioso para ser tomado bajo dichas coordenadas. Es decir, trabajar en consultoría en Argentina es muy distinto a hacerlo en Estados Unidos. Y si bien contamos con prestigiosos autores latinoamericanos, no abundan aquellos que cuenten sus reales y específicas formas y métodos de trabajo. [6] Es el Hospital General que atiende todas las emergencias de la ciudad de Santa Fe.
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Luego de dos años de desempeño en el lavadero, decido regresar a la ciudad de Santa Fe, y a posteriori de un año de viajar dos días por semana a Rosario, finalmente obtengo mi título. A partir de allí, comienzo a transitar los caminos de todo profesional recién graduado.
Así fue que en simultáneo era psicólogo concurrente en el área Salud Mental del Hospital Cullen [6] [6] Es el Hospital General que atiende todas las emergencias de la ciudad de Santa Fe.
; atendía pacientes en una clínica, en mi consultorio particular; y también gracias a un amigo inicio mi actividad en Human Touch ®.
Con el transcurso del tiempo, cierto tedio en la práctica clínica se volvía más frecuente. Me cuestionaba el hecho de que varios pacientes “Me aburrían”. Que la gente real es menos espectacular y sus casos no tienen la luminosidad ni el interés que los libros ofrecían. Mi estantería estaba frágil. Ya no había pipa ni intelecciones sofisticadas. Estar a cargo de un diván era como un trabajo cualquiera. Eso me decía mi analista de esa época…
Y yo, que siempre me consideré un idealista, pretendía más. Me resultaba muy difícil pensar en un trabajo que fuese nada más que eso. Que no brindase las condiciones suficientes para que uno se apasione y para que todas las semanas uno deba cambiar su rutina. Necesitaba, precisamente, algo que cambie . Algo desafiante. Algo verdaderamente motivador.
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