La investigación disciplinaria se lleva adelante dentro de una única disciplina académica reconocida, a través de la actividad de investigadores académicos disciplinarios que intercambian conocimientos entre sí. La investigación multidisciplinaria implica dos o más disciplinas académicas que abordan un problema común. Es posible que haya en este tipo de vinculación cierto flujo de información e ideas entre los distintos socios de disciplina. Sin embargo, en ella los participantes suelen aún enmarcar sus objetivos y resultados de investigación en referencia a sus disciplinas de origen.
Por el contrario, la investigación interdisciplinaria requiere la articulación de objetivos de investigación comunes y un trabajo activo de integración teórico-cognitiva de las disciplinas participantes. La investigación transdisciplinaria también se esfuerza por lograr la integración de los conocimientos, pero de forma distinta a la interdisciplina. En la transdisciplina cada una de las disciplinas aporta partes de conocimiento a un problema común, pero no todo su cuerpo disciplinario como en la interdisciplina. De allí que en la investigación interdisciplinaria resulte clave desarrollar vocabularios y entendimientos compartidos (dialectos y metáforas) desde lenguajes disciplinarios especializados, con el fin de identificar interfases fructíferas y procesos de construcción de confianza en el investigador y con el proceso de la investigación. Esto supone la negociación de los supuestos y valores sobre el proceso de hacer la investigación y/o ser un investigador. Para esto, los investigadores interdisciplinarios deben primero saber cómo son disciplinariamente diferentes y, por ende, reflexionar sobre los límites de cada especialidad (Hinrichs, 2008).
En términos de ct, para la visión de nbic el fenómeno de convergencia supone un proceso evolutivo cuyas etapas afectan a empresas, mercados, tecnologías, industrias y productos convergentes. En el marco de sistemas productivos crecientemente complejos, la participación de las empresas en tecnologías emergentes depende de factores internos y externos.
A nivel interno, influyen los modos en que las empresas buscan nuevo conocimiento, liderazgo creativo y/o nuevas tecnologías. En este contexto, es central el rol que cumplen las propiedades relacionales de los saberes que definen la base de conocimiento de una empresa, y que, por ende, determinan el desempeño innovador de la firma. Las propiedades relacionales de conocimiento refieren a cuán sustituibles o complementarios son los elementos del conocimiento que caracterizan la composición estructural de la base organizacional de conocimiento de la empresa (Dibiaggio et al. , 2014).
Los factores externos incluyen demandas de clientes especializados respecto a las nuevas funcionalidades o mejoras de productos. Estas demandas pueden presentarse como nuevos tipos de tecnologías disponibles por medio de empresas nacientes, de aquellas ya existentes que manejan tecnologías emergentes a través de las que mejoran un determinado producto (Larsen et al. , 2009) o de conocimientos científicos desarrollados por grupos científicos y sus organizaciones de I+D. La idea de ampliación de la base de conocimiento de las empresas como estrategia competitiva decisiva en los procesos actuales de innovación no dista de otras nociones de capacidades de las firmas que dan cuenta del fenómeno relacionado con la necesidad de incorporar conocimiento externo, ante la mayor tasa de cambio tecnológico y los menores ciclos de vida de los procesos y productos.
Como se desarrollará en las próximas secciones, la visión de nbic sobre el carácter convergente de la innovación destaca, ante todo, los procesos vinculados a la ct y los efectos de la convergencia a nivel técnico-productivo. Y da, como contraparte, una menor relevancia a la cc y a los procesos cognitivos y epistemológicos que supone toda construcción de nuevos paradigmas científicos.
Convergencia científica y convergencia tecnológica en relación con la biotecnología
Esta sección busca exponer qué implica la convergencia en el sector biotecnológico. Para ilustrar lo anterior, se presentan en primer lugar las nuevas dinámicas cognitivas y de aprendizaje biotecnológicas con el fin de ilustrar los elementos constitutivos del sector en términos tecnológicos y de mercado. En segundo lugar, se dan como referencia algunos campos que muestran visos de procesos de convergencia que involucran directamente a la biotecnología. En distintos recuadros se ofrecen ejemplos empíricos específicos de avances significativos en esos campos.
Dinámicas de conocimiento y aprendizaje en el sector biotecnológico
La evolución reciente del sector ha estado marcada por transformaciones en su base cognitiva propiciados por las revoluciones del adn y la genética molecular, el advenimiento de la biología molecular y avances significativos en la fisiología, la farmacología, la enzimología y la biología celular (McKelvey et al. , 2004: 89). Estos cambios impactaron al campo farmacéutico y luego también al sector agropecuario.
Estas modificaciones cognitivas se acompañaron de variaciones en otros dos ámbitos. Por una parte, innovaciones institucionales [5]facilitaron, desde la década de los años ochenta del siglo xx, la consolidación de un modelo global de negocios e innovación biotecnológico al estilo estadounidense. Basado en una fuerte investigación científica pública licenciada a empresas privadas, la creación de nuevas empresas, fuertes derechos de propiedad intelectual establecidos y un alto protagonismo de los inversores de riesgo para financiar nuevas empresas (Sztulwark, 2012).
A la vez, se transformó el régimen de aprendizaje de la biotecnología, cuya manifestación más ilustrativa es el surgimiento de un nuevo tipo de agentes: las empresas especializadas o nuevas empresas biotecnológicas que, junto a las grandes firmas verticalmente integradas, son los principales actores empresariales del sector.
Las empresas de biotecnología especializadas se concentran en el desarrollo del potencial comercial de desarrollos en ciencia y tecnología de investigadores de universidades y hospitales. La función de estas firmas ha sido la transformación del conocimiento científico básico de origen público en técnicas y productos comercialmente útiles (McKelvey et al. , 2004: 92). [6]
En cambio, en el modelo dominante de la gran firma verticalmente integrada la empresa se involucra en la mayoría de las actividades para desarrollar y comercializar un nuevo producto o proceso biotecnológico, incluyendo I+D, producción, distribución y marketing . Estas empresas, que reciben ingresos de la venta de productos de la biotecnología y del desarrollo de sus propios productos, proporcionan además un mercado para los descubrimientos de las empresas especializadas en biotecnología (oecd, 2009: 164-167). [7]
En este contexto, la vinculación del sector biotecnológico está pautada por una combinación de relaciones horizontales y verticales. Por una parte, la dependencia de la biotecnología hacia su base científica y un know-how común (Joly y De Looze, 1996) lleva a que la formación de redes de colaboración estructuradas a partir del apoyo de programas públicos para el sector de investigación (fondos a proyectos, infraestructuras y formación de capital humano) sea un factor de impulso a la biotecnología (Webber, 1995). Por otra parte, como fenómeno opuesto presenta una creciente importancia la compra y absorción de empresas biotecnológicas especializadas por parte de las grandes empresas verticalmente integradas. El fenómeno ha favorecido, desde la década de los años ochenta del siglo pasado, la conformación de grandes actores que concentran la mayoría del mercado, especialmente en el sector farmacéutico y agrobiotecnológico.
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