Repolitizar la vida en el neoliberalismo
Mauricio Bedoya Hernández
Ciencias Sociales / Interés General
Editorial Universidad de Antioquia®
Colección Ciencias Sociales / Interés General
© Mauricio Bedoya Hernández
© Editorial Universidad de Antioquia®
ISBN: 978-958-714-994-4
ISBNe: 978-958-714-995-1
Primera edición: febrero de 2021
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Para Martín.
Que crezcas en un mundo donde todos importen
Agradecimientos
Para que la política aparezca, son imprescindibles dos experiencias: enfrentarnos a nuestra condición vulnerable y reconocer que los lazos con lo viviente son los que nos permiten persistir. Vulnerabilidad e interdependencia, dos términos satanizados en una cultura que, como la nuestra, vive embebida en la ilusión de la ilimitación, la omnipotencia y el individualismo. Pero, al fin y al cabo, dos experiencias que, hoy más que antes, nos dicen qué somos como humanos y qué podemos construir para lograr el difícil cometido de vivir juntos.
Reflexionar sobre esto, lo que plasmo en las páginas que siguen, ha alimentado en mí un profundo sentimiento de gratitud. Agradezco a Vicky, a Mauricio Arango, a Alberto Castrillón y a Fredy Lenis, interlocutores prolijos; a mis amigos, porque su vida y sus luchas me han dado las fuerzas para afrontar las mías; a mis estudiantes, los cuales me siguen enseñando a ser maestro con su presencia, su palabra y sus interpelaciones; a los autores que me han donado su razonamiento y me han provisto de los medios para desarrollar el mío.
De manera muy especial doy las gracias a la Universidad de Antioquia, mi alma mater, sin la cual este proyecto no hubiera visto la luz, pues me aportó los recursos necesarios para lograrlo.
Introducción
Muchos diagnósticos acerca de nuestro presente se han hecho en las últimas décadas. Ellos han coincidido no solo en reconocer que estamos ante una nueva manera de conducir la vida de los individuos y las poblaciones, sino en señalar que otra forma de capitalismo se ha impuesto en nuestro mundo. El neoliberalismo ha emergido seductor en todas las capas de la sociedad y ha transformado a los individuos, quienes parecen absorbidos por la fe ciega en la promesa de una vida llena de éxito y bienestar ilimitados. En este proceso son modificados los estilos relacionales que los sujetos entablan, los cuales, más que relaciones humanas, están siendo vividos como vínculos empresariales. Más aún, vemos un cambio profundo en la relación que el sujeto establece consigo mismo, la cual ha hecho del individuo un empresario de sí mismo que asume toda su vida como un activo y cada una de sus acciones como una inversión, pues, como lo muestra Wendy Brown (2017), su existencia total ha sido economizada. El efecto de todo ello ha sido la despolitización de la vida. Este es el punto de partida de nuestro estudio.
Si bien hemos aceptado los hallazgos que Michel Foucault (2007) hizo en el Nacimiento de la biopolítica, curso impartido en el Collège de France entre los años 1978 y 1979, también acudimos a una serie de estudios más contemporáneos sobre el neoliberalismo. Christian Laval y Pierre Dardot, Wendy Brown, Isabell Lorey, Mark Fisher, Richard Sennett y Byung-Chul Han, entre otros, han iluminado el camino para comprender lo que es el neoliberalismo, cuarenta años después de que Foucault lo diagnosticara. En este contexto, nuestro punto de partida es que —como Laval y Dardot (2013) plantean en La nueva razón del mundo y en otros de sus estudios— el neoliberalismo no es una ideología, un capitalismo desorganizado o un sistema caótico e irracional, sino toda una racionalidad de gobierno de los individuos y las sociedades, que involucra no solo la vida económica, sino también lo social y la manera en que los individuos se subjetivan.
En su diagnóstico de la racionalidad neoliberal, estos autores indican sus cuatro características básicas. Primero, en vez de concebir el mercado como una realidad natural, se lo considera un proyecto constructivista que requiere de la intervención del Estado y la implantación de un sistema legal específico; segundo, su eje no es, como otrora, el intercambio mercantil y el consumo, sino la competencia entre empresas; tercero, el Estado mismo comienza a funcionar como empresa que debe someterse, también, a la norma de la competencia; y cuarto, esta norma excede la esfera del Estado y alcanza al sujeto en su relación consigo mismo. En este contexto emerge un nuevo agente, el sujeto emprendedor que hace de su vida una empresa y se conduce según ella. Este sujeto emprendedor es el empresario de sí, sujeto fabricado y adaptado a las condiciones del mercado, creativo y flexible. En otras palabras, “la empresa es pues promovida a la categoría de modelo de subjetivación: cada cual es una empresa a gestionar y un capital que hay que hacer fructificar” (Laval y Dardot, 2013, p. 385). El neoliberalismo destruye al ciudadano de derechos y enarbola al empresario con derechos; además, convierte la contingencia y la discordancia propias del vivir en posibilidades de negocio, de formación de empresa y de ampliación del mercado.
Como una estrategia para gobernar de manera más expedita, el neoliberalismo hace que cada individuo se haga cargo de las seguridades ontológicas que hasta hace poco eran objeto de protección por parte de los Estados (educación, salud, pensión, etc.). De este modo, mercantiliza la totalidad de ámbitos de sujetos y sociedades, con lo que termina precarizando la vida de los individuos, introduciendo formas de distribución inequitativa de los recursos y privilegiando la protección de unos grupos en detrimento de las condiciones de vida de otros. Así, precarizar se convierte en toda una estrategia para el logro de los objetivos de gobierno dentro del neoliberalismo.
En el presente texto ha resultado de gran utilidad metodológica y conceptual la distinción que hace Judith Butler y que Isabell Lorey replica (ampliándola) entre precariedad, precarización y condición precaria, todas estas dimensiones de lo precario. Ambas autoras hacen un llamado a no confundir estas tres nociones y, por lo tanto, a no temerle, como antes se hacía, a la condición precaria, pues esta se constituye en la base de una nueva forma de construir la política. Nosotros vamos más allá y proponemos que la noción de precarización también tiene un potencial político importante. Estas ayudas conceptuales y metodológicas que ofrece lo precario, como categoría general, nos han ofrecido las herramientas para proponer nuestra idea de una política de mínimos, asentada en dos nociones asimismo creadas en el presente estudio: política contra la precarización y política desde la condición precaria.
Por otra parte, puesto que hemos considerado el neoliberalismo una racionalidad de gobierno, este se define como un conjunto de prácticas que funciona dentro de un campo de poder y que, por lo tanto, tiene unos objetivos, unos medios para alcanzarlos y una serie de estrategias (Castro-Gómez, 2010). Esto significa que la comprensión sobre el funcionamiento del poder la da la analítica de las prácticas, su funcionamiento, el tipo de realidad que buscan configurar y la forma de individuo que quieren fabricar. Pero los conjuntos de prácticas no son dirigidos por una racionalidad preexistente, sino por una que acontece en el acto. De este modo, el neoliberalismo elabora un conjunto heterogéneo de prácticas que pretenden erigir al empresario de sí como figura clave de la subjetividad de nuestro presente.
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