Según Gutiérrez (2009), los indicadores son importantes para el proceso de conocer un fenómeno ya que posibilitan una teorización del objeto de estudio, permiten definir metodologías pertinentes para su estudio y representan la determinación de unidades de medición a partir de los contenidos teóricos del objeto. Igualmente, este investigador destaca la importancia de los indicadores por cuanto la producción de nuevos conceptos o de la teoría resignificada (al modo propuesto por Zemelman) depende no solo de los datos, sino de la reflexión que se hace de los resultados producto de la medición de los indicadores (p. 28). En sus palabras,
La cuestión de los indicadores en ciencias sociales constituye un problema fundamental en el proceso de generar explicaciones y conocimientos sobre fenómenos que se dan en el acontecer social […] los indicadores adquieren un sentido y una función de conocimiento, además de su utilidad como elementos para la medición y cuantificación (p. 23).
La importancia de los indicadores para la teorización, la resignificación y la relación de lo empírico con lo teórico, en forma de círculo hermenéutico virtuoso, es descrita magistralmente por Gutiérrez (2009) en los siguientes términos:
Los indicadores representan la apertura a lo indeterminado, a lo dándose, a la posibilidad de nuevas teorizaciones sobre y a partir de la información, datos y elementos empíricos producto de la aplicación de metodologías; es decir, teorizar a partir de los resultados de la medición, el análisis y sistematización de los indicadores. Esto es, pasar de lo abstracto a lo concreto y elevarse a lo abstracto, produciendo nuevos conceptos, resignificándolos (pp. 27-28).
Los indicadores tanto cuantitativos como cualitativos se utilizan para la comprensión y el análisis de características presentes en las categorías u objetos de estudio. Siguiendo con Gutiérrez (2009):
Los indicadores permiten mediciones matemáticamente precisas o análisis cualitativos, en tanto que lo que se mide o analiza, el dato o la opinión, tendencia, actitudes, etcétera, se plantea a partir de los indicadores. En otras palabras, lo que se cuantifica y analiza son los indicadores. […] Los indicadores le aportan orden al proceso de producir información y datos. Es decir, la realidad empírica se reconstruye a partir de los indicadores. Entonces hay una conexión epistemológica y metodológica entre lo abstracto-concreto, teórico-empírico al momento de reconstruir la realidad en su modo morfológico de presentarse. Esta es otra razón para destacar la importancia de los indicadores en el proceso de construir conocimiento (p. 27).
Los indicadores le aportan orden al proceso de producir información y datos con los cuales se toman decisiones de mejoramiento. Su éxito depende entonces de una adecuada definición, estructuración, validación, análisis y uso. Este manejo de la información mediante indicadores sistémicos se constituye entonces como un valioso aporte en las actividades y metodologías de autoevaluación, acreditación y certificación de la calidad en educación superior.
Gutiérrez (2009) afirma que “Necesariamente habrá que ver, entonces, a los indicadores y su construcción desde una lógica de ruptura-reorganización del pensamiento del sujeto” (p. 27). Esta ruptura-reorganización es importante para resignificar indicadores pues, si no existe, se caería en una situación conformista en la cual lo que existe como indicadores del CNA es “bueno” y no habría nada que mejorarles. Por supuesto que tal posición negaría o invalidaría la realización de cualquier investigación y llevaría a considerar lo existente como dogmatismo en contra de los estudiantes y de la sociedad en general, que espera una educación superior reflejada en indicadores cruciales y sistémicos. No obstante, tampoco se trata de anular las ventajas que tienen los indicadores del CNA y, desde una posición sectaria, ignorar sus bondades.
En síntesis, Gutiérrez (2009) plantea que los indicadores son importantes y útiles para: 1) conocer un fenómeno; 2) crear teorías, generar explicaciones y conocimientos o producir nuevos conceptos; 3) desarrollar metodologías; 4) determinar unidades de medición, cuantificación y cualificación; 5) reflexionar para teorizar sobre los resultados de la medición de los indicadores; 6) abrir perspectivas hacia lo indeterminado, a lo dándose, a la posibilidad de nuevas teorizaciones; 7) realizar mediciones matemáticamente precisas o análisis cualitativos; 8) dar orden al proceso de producir información y datos relevantes, y 9) reconstruir la realidad empírica. Adicionalmente, manifiesta que la construcción de indicadores requiere una lógica de ruptura-reorganización del pensamiento para lograr resignificación.
Precisamente la investigación descrita en este libro también se justificó por la necesidad de resignificar los indicadores con los cuales se evalúa la calidad de los programas académicos de pregrado en Colombia. Al respecto Misas (2004) afirma:
Infortunadamente, en Colombia la experiencia existente en construcción de indicadores de calidad para la educación superior es muy reducida, tanto por el limitado número de trabajos llevados a cabo sobre el tema como por la baja calidad de los mismos. Se hace necesario, a mediano plazo, construir un conjunto de indicadores sobre la calidad de la educación superior, dada su importancia para el futuro del país; […] un país claudica cuando sus universidades no representan instituciones de excelencia (p. 47).
Desde otro punto de vista, la investigación en indicadores de calidad de programas académicos en educación superior se justifica por las dificultades que se presentan en las IES en el momento de entender los indicadores, la elaboración de sus fórmulas cuando son indicadores cuantitativos, el establecimiento de sus metas y el análisis que permita su mejoramiento.
En términos prácticos, los indicadores contribuyen a mejorar la calidad y el desempeño de las organizaciones y, en consecuencia, el nivel de la calidad de sus procesos y resultados. Dicho mejoramiento ocurre por cuanto la definición, la medición, el análisis y la optimización de indicadores permite establecer prioridades y enfocarse en lo importante en organizaciones en las que por lo general hay excesiva información de situaciones, fenómenos y eventos que impiden diferenciar lo trivial de lo esencial.
Por lo demás, Fontalvo y Vergara (2010) indican que
Para que las organizaciones mantengan una ventaja competitiva es necesario contar con unos indicadores que permitan establecer la medida de la calidad en los servicios suministrados. Pero medir la calidad en los servicios no es fácil, por lo que la correcta gestión de la calidad del servicio consiste en saber medirlo. Para esto es importante apoyarse permanentemente en la retroalimentación del servicio prestado […] en la que los efectos generen información sobre las causas; de esta forma existirá retroacción entre acción y conocimiento en la prestación del servicio (p. 25).
Siguiendo esta línea, el presente libro también se justifica por la necesidad de conocer la retroalimentación que pueden entregar los propios actores universitarios y mantener relaciones de cooperación, para lo cual se requieren indicadores que permitan establecer la medida de la calidad de programas académicos. Igualmente, mediante los indicadores es posible hacer un manejo racional de los recursos y alcanzar con mayor efectividad los propósitos, lo cual genera mayor armonía, responsabilidad y bienestar entre los miembros de la organización y sus beneficiarios, mientras se obtiene mayor progreso individual y colectivo.
Dentro de los argumentos institucionales9 que dan cuerpo a esta investigación se encuentra que, después de 16 años de aplicación de los lineamientos para la acreditación del CNA, el principal escollo en términos de apreciación del estado real de la calidad de los programas académicos de educación superior podría ser la ausencia de información asociada a indicadores cruciales de cumplimiento, eficiencia, eficacia, efectividad, impacto, contexto y calidad. En consecuencia, este trabajo profundiza en el conocimiento que sobre indicadores de calidad tenemos en la educación superior colombiana.
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