De esta manera, las nuevas propuestas teóricas retoman las denominadas economías externas introducidas por Alfred Marshall, al referirse a las ventajas que tenía una industria de producir dentro la zona de Sheffield, caracterizada por la concentración espacial de las industrias de cuchillería. En este sentido, las ventajas de localizarse cerca de otros productores en la misma la rama industrial eran:
• Estar cerca de los proveedores especializados
• Mercado laboral especializado y disponible
• La circulación de la información con mayor facilidad al estar concentrada geográficamente esta rama industrial (Krugman, 1999)
En este orden ideas, las economías externas fueron introducidas en el análisis económico espacial para dar explicación a las concentraciones de actividades económicas en un determinado territorio, en alusión a ellas como un factor externo a las empresas que les permitía ganar en productividad al estar cerca de otras actividades ( Polèse, 1998).
Por esta razón, al industrial le resultaba más rentable buscar un lugar donde encontrarse con otros productores y contar, además, con el mercado laboral para el desarrollo de su actividad manufacturera, es decir, se presenta una lógica circular en que se autorreforzaba la concentración en el espacio de actividades económicas, y sobrevenían las denominadas economías de aglomeración, que corresponden a las ganancias en productividad por la existencia de economías externas ( Camagni, 2005; Krugman, 1994; Polese, 1998).
Como se puede evidenciar en la figura 1.2, la concentración espacial a través de las economías de aglomeración acarrea una serie de beneficios a las firmas que se emplacen en esos espacios, que van desde la reducción de los costos de producción hasta el acceso a información y tecnología a la que es difícil de adherirse si no se hace parte de este lugar. Algunos de los efectos positivos que acarrean las economías de aglomeración en el territorio son (Camagni, 2005):
Figura 1.2. Economías de aglomeración.
Fuente: Elaboración propia según Camagni (2005), García y Muñiz (2005), Krugman (1994), Méndez (1997)y Polese (1998).
• Reducción de los costos de transacciones debido a la proximidad geográfica de las diferentes empresas
• Difusión de los procesos de innovación
• Sinergias entre las diferentes actividades económicas que consolidan la economía local
• Incremento del stock del capital humano gracias a las dinámicas del mercado laboral
• Aparición de economías de escala en la prestación de los servicios públicos
Dentro de este análisis, se destaca el stock de capital e inversión pública con que cuenta un territorio (economías de urbanización) como uno los principales factores que inciden en las localizaciones de actividades económicas, al generar un ahorro privado para productores que quieren asentarse en un determinado territorio (Méndez, 1997) ( figura 1.3).
Figura 1.3. Stock capital público como factor de localización.
Fuente: Elaboración propia según Méndez (1997, p. 283).
Al reconocer la causación circular de la concentración de actividades económicas, en que las economías de aglomeración autorrefuerzan progresivamente los procesos de localización de actividades económicas, Krugman (1994)establece que este proceso tiene un límite, es decir, se llega a un punto de equilibrio entre “las fuerzas centrípetas, esto es, las que tienden a provocar una concentración espacial de la actividad económica, y las fuerzas centrífugas, que se oponen a dichas concentraciones” (p. 19), que termina por moldear la estructura económica del territorio.
En este sentido, Krugman (1994)reconoce como fuerzas centrífugas y fuerzas centrípetas los factores que se describen en la figura 1.4.
Figura 1.4. Lista de algunas fuerzas centrípetas y centrífugas de algunos modelos de crecimiento urbano según Krugman.
Fuente: Elaboración propia según Krugman (1994, p. 243).
Asimismo, lo reconoce Méndez (1997)al referirse a las deseconomías externas de aglomeración: “Al elevar los costes empresariales (encarecimientos del suelo, los inmuebles, los salarios, etc.), favorecen la relocalización de aquellas actividades no necesitadas de un alto nivel de centralidad, provocando movimientos de carácter centrífugo frente a las anteriores tendencias centrípetas, con la reducción de algunos contrastes” (p. 288).
La dinámica del sistema de localización: una mirada teórica a la desconcentración de actividades económicas
Según lo establecido en la sección anterior, algunos investigadores han reconocido que la desconcentración de actividades económicas asociadas a las ciudades primadas (principales) se realiza en zonas cercanas a estas aglomeraciones; en esta medida, los efectos o las economías de aglomeración siguen siendo un punto importante para la localización de actividades económicas, situación que coincide con el campo de externalidad metropolitana. García y Muñiz (2005)identifican tres factores que estimulan o ayudan a comprender esta desconcentración de la actividad industrial del centro de las ciudades:
• La planeación, pues muchas de estas propuestas políticas terminan por expulsar o desplazar las actividades industriales ante el rigor de las normativas por las externalidades que dichas actividades generan, además de darles prioridad a otros usos con más intensidad (sector servicios) de acuerdo con las nuevas demandas espaciales del mercado.
• Deseconomías de la aglomeración de la ciudad central: la congestión vial es uno de los factores que lleva a muchas industrias de ocupación extensiva a buscar otros espacios que les permitan realizar sus labores manufactureras de manera más eficiente.
• Abaratamiento de los costes de transporte o evolución en los medios de transporte y sistemas viales, que les permite desplazarse de la ciudad central sin dejar de estar relativamente cerca de las ventajas que traen las economías de aglomeración ( García y Muñiz, 2005).
En esta perspectiva, se destaca el modelo de crecimiento regional de Jerome H. Friedman (1966), que reconoce varias etapas del crecimiento espacial de la industria, coincidente con algunos de los planteamientos de Philippe Aydalot, pues ambos parten y terminan con la dispersión industrial, cuya última etapa se caracteriza por los procesos de desconcentración (Precedo y Villarino, 1992).
La primera fase es conocida como sociedad preindustrial, que tiene como característica la localización de la industria en centros locales independientes con muy poca interconexión. En la segunda, se empiezan aprovechar las economías de escala, por lo que recibe el nombre de industrialización inicial, que da lugar al surgimiento de algunos polos de desarrollo bajo la estructura de centro-periferia, mientras las regiones donde no se localizan las actividades industriales son succionadas de sus recursos, efecto conocido como backwash (Precedo y Villarino, 1992).
La tercera etapa es denominada madurez industrial, en la que el centro o polo de desarrollo sigue teniendo la importancia de la fase anterior gracias a las economías de aglomeración, pero al mismo tiempo surge un proceso de descentralización industrial (efecto spread ) hacia ciertas regiones de la periferia, donde llegan a localizarse filiales de las empresas que permanecen en el centro, todo justificado en la reducción de los costos de transporte. Es importante señalar que los corredores de transporte son los principales ejes de esta descentralización productiva (Precedo y Villarino, 1992).
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