Otra contribución importante tiene que ver con los tres principios de E. M Rawstron (Precedo y Villarino, 1992), que explican cómo la elección de localización se restringe por una viabilidad económica, sustentada en los principios de restricción física, restricción económica y restricción técnica, los cuales determinarán un costo total de localización, que al mismo tiempo fijará unos márgenes especiales de beneficio. En otras palabras, en “la teoría de Rawstron está explícita la idea de las restricciones espaciales, e implícitamente la elección locacional a partir del establecimiento de los márgenes de beneficio” (pp. 27-28).
El modelo del geógrafo inglés David Smith es otra de los aportes más importantes en el campo teórico de la localización industrial, su mode-lo recibe el nombre de teoría espacial de coste-beneficio, y en ella expresa que “la localización óptima de una empresa es aquella donde el beneficio es máximo” (Precedo y Villarino, 1992, p. 29). Es decir, que, como los costos y los ingresos varían de un lugar a otro, se debe buscar, por tanto, aquella localización donde los ingresos sean los máximos y los costos sean los mínimos.
Finalmente, otro aporte desde la geografía fue el modelo que introdujo el método comportamental, ya que para este el hombre económico completamente informado no existe, por lo que las decisiones de localización son en realidad subóptimas.
Las teorías clásicas de localización de actividades económicas
Las teorías clásicas de localización han desarrollado su investigación especialmente para la actividad industrial, reflejadas en la búsqueda de soluciones óptimas que dan mayor peso a variables, como: el costo de transporte del producto final, el precio y la cercanía de los insumos y las relaciones con los productores y el mercado; en otras palabras, minimizar costos de producción, todo sobre la base de la competencia perfecta, de la racionalidad económica del individuo metodológico.
Algunos autores han distinguido los principales aportes de esta teoría en tres grupos, lo cual permite entender mejor el alcance y los límites que tiene cada una ( tabla 1.1):
1. Los aportes del modelo de Von Thünen (1820), pionero en este campo teórico para la economía, relaciona la localización de los usos agrarios de acuerdo con la distancia del mercado urbano, de modo que es la renta de suelo uno de los factores que ayudaría a explicar el emplazamiento de las actividades económicas, dado que aquellas que requieren estar más cerca de la ciudad estarán dispuestas a pagar un precio más alto.
Al reconocer los limitantes de esta teoría, por estar fundada en la competencia perfecta, esta ayuda a comprender la instalación de los establecimientos manufactureros en la corona metropolitana, puesto que, al tener una ocupación de carácter extensivo, no estarían dispuestos a pagar los elevados precios del suelo de los espacios centrales si no se hace necesario.
2. La teoría del mínimo coste, cuyo principal representante es Alfred Weber (1905), quien basa su análisis en la minimización de los costos de transporte tanto para acceder a los insumos como al mercado (demanda), es decir, esta teoría permitiría inferir que aquellas industrias cuyas materias primas tengan un peso importante en sus costos se orientarán hacia esta fuente, como es el caso de las actividades extractivistas.
Al igual que con el modelo de Von Thünen, es claro lo limitado de esta teoría por los supuestos que maneja, pero da luces para entender la desconcentración industrial en la búsqueda de reducir los costos de producción de acuerdo con su sensibilidad a las economías de aglomeración.
3. El tercer grupo analiza la localización industrial desde las áreas de mercado, pues defienden que el lugar óptimo de una empresa es aquel en el que pueda acceder a un mayor número de consumidores. Los principales representantes de este pensamiento son August Lösch, y otros autores que contribuyen a estos temas, tal como lo señalan Precedo y Villarino, (1992). En otras palabras, estos autores trataron de explicar el alcance del mercado para cada una de las empresas, ya que estas se encontraban protegidas por los accidentes geográficos.
Estos modelos se basan en el supuesto de la distribución de la demanda, a diferencia de Weber que establece un solo mercado, los representantes de esta corriente defienden la existencia de varios consumidores concentrados en el espacio, por lo que la localización óptima será aquella en la que el productor se acerque más a esta demanda (Precedo y Villarino, 1992).
Precedo y Villarino (1992)reconocen otros análisis, como la teoría de coste-beneficio de Smith, y los aportes de Walter Isard, que centran su análisis en la variación en el tiempo y en el espacio de los costos y de los ingresos, en busca de la maximización del beneficio a través de la sustitución de los factores para obtener la mejor combinación.
Tabla 1.1. Modelos económicos en las teorías de la localización
Fuente: Elaboración propia según Camagni (2005), Krugman (1994), Méndez (1997), Polese (1998)y Precedo y Villarino (1992).
Esquema gráfico. Localización de actividades agrarias de Von Thünen
Esquema gráfico. La teoría del mínimo coste de Weber
Esquema gráfico. Las áreas de mercado de Lösch y Christaller
Como se puede observar en la tabla 1.1, muchas de las limitaciones de los modelos clásicos de localización están dadas por los supuestos de competencia perfecta en los que se fundamentan, pero aun así siguen teniendo validez interpretativa para analizar la geografía económica. Ejemplo de ello es la importancia de los costos de transporte en la localización de actividades económicas, pero ya no asumidos como estáticos, sino desde los costos de transbordo y centros intermodales que permiten reducir los costos de transporte de las mercancías, por lo cual se consolidan en muchas regiones grandes corredores industriales y de logística ( figura 1.1).
Figura 1.1. Coste de transporte como factor de localización en la actualidad.
Fuente: Elaboración propia según Méndez (1997, pp. 279-280).
La teoría de localización de actividades económicas desde la economía espacial o nueva geografía económica (economías de aglomeración)
Aclarada esa perspectiva histórica, y reconociendo las limitaciones de los supuestos que fundamentan las teorías clásicas de localización, desde la década de 1970, como se mencionaba, han surgido nuevas propuestas para entender la relación entre las variables espaciales y las económicas, a partir del avance en las herramientas técnicas que permitieron incorporar los rendimientos crecientes y la competencia imperfecta, supuestos más cercanos a la realidad.
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