Fuente: Instituto Max Planck. Recuperado de: www.wbqu.de
El mapa 4 muestra las regiones más vulnerables frente a la abundancia o incremento de lluvias: las zonas tropicales de América del Sur, la región centro-occidental del África, el subcontinente asiático, Indonesia, Filipinas y el Caribe. En estas zonas, hay una elevada densidad poblacional y, además, en ellas viven poblaciones económicamente vulnerables, por lo que la migración forzosa será mayor en estas regiones. La abundancia de lluvias también afecta a los lagos y lagunas, los cuales incrementan su volumen e invaden los bordes y dañan los pastizales, las plantas y, en algunos casos, las viviendas con sus respectivas parcelas agrícolas. Esto sucede en épocas de lluvia, entre los meses de noviembre y marzo de cada año en el hemisferio sur, en particular en los países tropicales y subtropicales; y también en verano, cuando el Caribe y los países del Pacífico sur experimentan huracanes, tornados y ciclones que acumulan grandes cantidades de nubes y vientos. Los ejemplos del río Nilo y los deltas de Bangladesh son también representativos, porque desplazan todos los años poblaciones de manera temporal y, en algunos casos, de forma permanente. Los países de la cuenca del Amazonas —como Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela y Brasil— sufren inundaciones anuales como consecuencia de las lluvias en los Andes, las mismas que desplazan poblaciones de las riberas de los ríos hacia zonas más elevadas.
De igual manera, junto con las desglaciaciones, los ríos que desembocan en el mar contribuyen a la elevación de su nivel en algunos milímetros al año, como afirma el portal Swissinfo5, una organización dedicada al monitoreo de la subida del nivel marítimo. Esta misma organización afirma que unos 150 millones de habitantes residen por encima de 1 msnm y 600 millones, a menos de 10 msnm. Aquellos países más pobres son los que ya experimentan o experimentarán más impactos; sin embargo, los países ricos tienen medios de contingencia para mitigar los efectos de la subida del mar (por ejemplo, el caso de Holanda).
No hay consenso sobre el número de migrantes forzosos debido a la elevación del nivel de mar y tampoco sobre el número de desplazados por las inundaciones en las orillas de los grandes y medianos ríos, pues las cifras fluctúan de un año a otro. No obstante, lo cierto es que cada año hay más migrantes climáticos por ambas razones. Las inundaciones y la subida del mar, así como sus consecuencias, tienen otros efectos en la salud de la población (nuevas enfermedades, por ejemplo), a la vez que producen cambios en la productividad agrícola y pecuaria. A esto se agrega el poco interés de las Naciones Unidas y de los países en crear medios de alerta temprana, mitigación, adaptación y desplazamiento forzoso.
1.3. Estrés hídrico y sequías
El estrés hídrico es un fenómeno contrario a la abundancia de agua. Afecta a los países tropicales y subtropicales, así como los desiertos, debido al calentamiento global, en particular en épocas de sequía, como sucede en el Himalaya y los Andes, que son las principales fuentes de provisión de agua para ocho países, en el caso del Himalaya (India, Pakistán, Bangladesh, Birmania, Bután, Nepal, China y Myanmar), y siete, en el caso de los Andes (Argentina, Brasil, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Bolivia). En el caso de los países andinos, la escasez de lluvias afectó a sus puquios o bofedales y lagos, que proveen a la población de agua para los animales y para el consumo humano. En Bolivia y Perú, la falta de agua y la desaparición de pastos para la ganadería en alturas mayores a 3500 msnm ya es una razón para emigrar6.
Mapa 5. Distribución global del estrés hídrico
Distribución global del estrés hídrico, definido como la evacuación del 40% de las aguas renovables.
Fuente: WWAP, 2003.
El cambio climático altera los periodos de lluvia y seca, lo que causa que los primeros sean cortos y los segundos, más largos. En los Andes, la lluvia empieza en noviembre y termina en marzo, mientras que la seca se da entre abril y octubre.
Estas alteraciones afectan directamente la agricultura y los sistemas de producción y organización temporal para el trabajo. Entre marzo y abril, los campesinos de los Andes secan el maíz en tendales al aire libre, pero las lluvias súbitas malogran las cosechas. De igual manera, en las primeras épocas de crecimiento del maíz, una sequía prolongada inusual produce la muerte de las plantas. Situaciones como estas producen inseguridad alimentaria, a la que haremos mención aparte como una de las causas del desplazamiento humano. A nivel global, las áreas o países más afectados por la escasez de agua son los países saharianos (norte de África) y árabes (Asia central, el sur de la India, Nepal, Bután, África del Sur, Madagascar, el centro y sureste australiano, el norte de China y Mongolia), América del Sur (la costa peruana, las partes altas de la sierra sur, la costa norte chilena y el noroeste brasileño) y América del Norte (el norte de México y el suroeste norteamericano, los cuales sufren sequías desde hace más de una década). También están los llamados países con escasez de agua por razones económicas; es decir, aquellos que no tienen agua potable por pobreza y falta de inversión en saneamiento, como los andinos (como Ecuador, Perú y Bolivia) y centroamericanos (Nicaragua, Honduras y El Salvador).
El estrés hídrico también incluye la calidad del agua, amenazada por la contaminación ambiental en las grandes ciudades y por otros agentes no climáticos, como la actividad minera, que requiere mucha agua para su procesamiento. Además, están las actividades hidrocarburíferas y del gas en países andinos, las cuales no solo contaminan las fuentes de agua, sino también los ríos que atraviesan las cuencas y que terminan en el mar. De manera indirecta, la fauna marina se ve afectada de igual forma.
La pérdida de glaciares —fuentes de agua principalmente en épocas de estiaje— es otra causa de la lucha por el agua. Asimismo, cabe señalar que la desglaciación es un efecto directo del calentamiento global. El caso peruano es un ejemplo que muestra cómo la desglaciación está disminuyendo el volumen de los ríos en la costa peruana, que ocupa el 10% del territorio total, es desértica y alberga el 56% de la población total, pues las migraciones internas incrementaron considerablemente la población en esta zona. Esa población tiene en los glaciares el 80% de sus fuentes de agua. En la actualidad, debido no solo al incremento poblacional, sino también al boom de la agricultura comercial de exportación, el agua se ha convertido en un bien cada vez más escaso. Aun cuando se construyen grandes represas para almacenar el agua en épocas de lluvia, esta no será suficiente ni su conservación sostenible. Se cree que se ha llegado a un optimum poblacional e hídrico. En adelante, la lucha será por el agua y no por la tierra. Esto ocurre, por ejemplo, en el departamento de Ica en el Perú, una zona de gran producción agrícola para la exportación de uvas, espárragos y flores, los que requieren de gran cantidad de agua.
1.4. Inseguridad alimentaria
Hay una relación directa entre cambio climático, agua e inseguridad alimentaria. Un indicador global es el incremento del precio de algunos productos agrícolas, influenciado por el cambio de cultivos para consumo humano por aquellos para generar energía que sustituya al petróleo.
Mapa 6. Sostenibilidad agrícola y degradación del suelo
Vulnerabilidad de tierras agrícolas adecuadas para el sembrío de productos agrícolas.
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