En la primera de sus conferencias Indart desarrolla dos citas en las que Lacan a lo largo de su enseñanza plantea la cuestión del estrago, en la relación de la mujer con su madre y en la relación de la mujer con un hombre. El estrago es definido como un rapto, o una devastación que no tiene límites. Cuando se trata de un hombre, no hay palabras que logren detener ese estado amoroso que la transporta, que la devasta; cuando se trata de la madre, en la relación estragante aparece un pacto mutuo de rechazo y hostilidad al deseo masculino. Estas relaciones se caracterizan por una ausencia de límites a un goce, a un sufrimiento muy especial, más allá de la posición subjetiva de cada uno. Situaciones que plantean verdaderas encrucijadas en los análisis. El padre, ausente allí, es el que posibilitaría un límite a ese goce y al amor, en la medida en que ella quedaría ubicada en referencia a ese significante.
En su segunda conferencia aborda el tema del superyó y el ideal del yo a partir de los distintos desarrollos de Freud y de Lacan, haciendo hincapié en la diferencia entre ellos. Al ideal del yo lo piensa ligado a las identificaciones con el padre, mientras que al superyó lo liga al imperativo de goce, que también proviene del padre.
Avanzando más en el libro entramos en los desarrollos sobre el complejo de Edipo en Freud y el retorno que hace Lacan con la metáfora paterna y sus tres tiempos de efectuación; y por lo tanto la asunción de la identificación sexual y el ideal del yo. Luego, ubica los desarrollos de Lacan sobre la noción del padre muerto vinculado al goce a partir de los tres mitos freudianos. Allí se plantea su incidencia en los análisis y en el fin de análisis.
En la cuarta conferencia, y a partir de un caso clínico, nos lleva a pensar la decadencia de la función paterna en nuestra actualidad. Localiza la dificultad de los hombres, en estos tiempos, de instalar un “no” que posibilite articular la ley al deseo. Esta dificultad nos enfrenta con una clínica diferente.
¿Por qué no reflexionar sobre el psicoanálisis mismo y su vigencia, en la conferencia que sigue? Realiza un recorrido histórico-epistemológico del psicoanálisis. Nos dice que el psicoanálisis se ocupa del real que la ciencia deja por fuera, del real que es agujero de saber. La Escuela con su dispositivo del pase da cuenta de esto. Su vigencia la hace el deseo “militante” de los analistas y su política.
Para terminar, aborda como “broche retroactivo” o “punto de capitón”, la problemática de lo que Lacan llama en el Seminario 21 el “ser nombrado para”. Plantea que cuando una madre no “amoneda” del “no” del padre, no se produce el anudamiento del amor a la ley y de esta manera no se posibilita un amor ejercible. Esto es el “signo de una degeneración catastrófica”.
Para que este trabajo de publicación pudiera efectivizarse, un grupo de colegas del CID San Luis puso su deseo a trabajar. Eva Mallea, Patricia Rojo, Patricia Lucero, Laura Pizzuto, Patricia Gerbaudo, Norma Sierra, Marcela Finos y Nicolás
Katzer hicieron un trabajo minucioso de rastreo de las referencias bibliográficas presentadas en las conferencias, y acercaron preguntas, observaciones que faciliten al lector de este libro el recorrido realizado por Juan Carlos Indart. A ellos nuestro agradecimiento.
Finalmente, un agradecimiento muy especial a Luz Casenave, por ser pionera en San Luis y en Cuyo en la transmisión del discurso analítico; por su incansable labor, y por su deseo decidido por el desarrollo del psicoanálisis.
Mariel Robledo
Responsable de Secretaría de Biblioteca del CID San Luis.
Este libro es un reencuentro en muchos sentidos. Es volver a un momento inaugural para la formación de muchos de los analistas puntanos, ya que en simultáneo a la institución local que nos nucleaba, nos sumábamos a una red articulada y pensada por Jacques-Alain Miller para la enseñanza sistemática del psicoanálisis en el territorio nacional. Esa red tenía un significante que incluía un nombre propio: Instituto Oscar Masotta, de la que hoy festejamos sus primeros 20 años de existencia. Y lo hacemos con la publicación de este libro.
Es también el reencuentro, 20 años después, con ese joven entusiasta que era quien escribe estas líneas, quien reproductor en mano desgrababa uno a uno los casetes donde una voz quedaba registrada. Y es también reencuentro con esa voz, que aun me acompaña, y me estremece como la primera vez. La voz de ese maestro llamado Juan Carlos Indart, y al que muchos –pese a no frecuentarlo ni constituir su grupo de cercanos– de forma cariñosa llamamos Juanqui.
En este reencuentro libidinal, y cuyo producto resulta ser este libro, queremos agradecer a Juanqui el trabajo epistémico y político que supo desplegar en San Luis, y a través suyo a esa maravillosa articulación transferencial que hoy llamamos IOM2.
Jorge R. Rodríguez
Responsable Local del CID San Luis
Seminario
El estrago en la relación madre-hija y en la relación con un hombre (1)
LUZ CASENAVE: Quisiera ante todo agradecerles la tolerancia por la hora de comienzo, que no depende de nosotros sino del tiempo, un inmanejable, por lo menos para algunas situaciones.
Me parece oportuno, antes de darle la palabra a Juan Carlos Indart, hacer algunas referencias sobre nuestro camino recorrido, para llegar a este punto de la invitación a una persona tan prestigiosa, de quien además tengo el honor de ser su colega y amiga. Hace más o menos unos diez años empezamos a trabajar acá en San Luis, nos organizamos en pequeños grupos de estudio sobre Freud con los avances dados por Lacan, siguiendo la propuesta lacaniana del retorno a Freud.
Todo ese camino de trabajo de seminarios en grupos culminó en la formación de un curso de postgrado, que era en realidad el primer curso de postgrado en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de San Luis que hemos ofrecido, y diría que marcó el punto inicial del camino que se iba a recorrer hacia la formación de la Biblioteca de Psicoanálisis Eugenia Sokolnicka. En este camino escuchamos y nos nutrimos de la transmisión de otros colegas, y entre ellos quiero nombrar a Roberto Mazzuca, Jorge Bekerman, Mabel Grosso, Liliana Cazenave, que nos ayudaron a profundizar y alentaron nuestra adhesión al pensamiento y a las problemáticas del psicoanálisis.
Juan Carlos Indart sostiene muchos seminarios en Buenos Aires, es autor de muchas publicaciones, es un trabajador tenaz, de deseo decidido por el psicoanálisis de la orientación lacaniana, es un amigo, y es alguien que nos alienta en el trabajo siempre. Es AME (Analista Miembro de la Escuela de la Orientación Lacaniana); incluso participó, por supuesto, de su fundación; en este momento es presidente del Comité Consultivo de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP), y presidente de la Fundación de la Casa del Campo freudiano.
Creo que aquel inicio que tuvimos en el seminario de 1992 y la fundación de la Biblioteca en 1993 culmina hoy con la posibilidad de invitar a alguien que seguramente nos va a enriquecer, y al que yo, como presidenta de la institución, quiero agradecer personalmente en nombre de todos los miembros por su respuesta a nuestra convocatoria.
JUAN CARLOS INDART: Agradezco las palabras de Luz Casenave, y a través de ella también a los colegas residentes aquí en San Luis, que han posibilitado este encuentro para hablar de cuestiones del psicoanálisis.
En efecto, la idea surgió en Mendoza el año pasado, en ocasión de las Jornadas de la Asociación Cuyana de Estudios Psicoanalíticos (ACEP); allí fue la primera vez que conocí a colegas de San Luis, quienes me ofrecieron la posibilidad de venir a trabajar con ellos. No pudo ser durante el año pasado, y por fin, esta vez sí, aunque con problemas técnicos en el avión por suerte descubiertos unos segundos antes de despegar, así que disculpen todos, pero efectivamente les agradezco que no se hayan ido directamente a la media hora como hubiese correspondido.
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