Mineápolis (día de la marcha por el primero de mayo, 2010).
De acuerdo con el Census Bureau, el total de residentes de origen hispano en 2000 ascendía a 143 382 (lo que representa el 2.9% de la población), mientras que para 2010 este grupo creció de manera significativa hasta alcanzar la cifra de 250 258 (4.7%), lo que significa un aumento de 1.8%, como lo muestra el cuadro 2.
De estos hispanos, la mayoría son mexicanos. Según cálculos del Pew Hispanic Center, en 2009, 72% del total de los hispanos son de origen mexicano y la mayor parte de ellos ha ingresado al estado en los últimos veinte años, con lo cual Minnesota se ha convertido en un nuevo destino que se añade a los tradicionales como Chicago, California, Texas o Arizona. En sólo veinte años, Minnesota subió del lugar 22 al 20 en cuanto a los estados con mayor número de migrantes de origen mexicano, alcanzando los 128 607 en 2005 (véase el cuadro 8 del anexo estadístico).
La diversificación de las zonas de recepción de migrantes ha sido un proceso notable, que ocurre al menos desde la última década del siglo anterior. El caso de Minnesota (situado en la región de los Grandes Lagos) puede relacionarse con su ubicación cercana a una zona que ha sido considerada la segunda mayor receptora de los Estados Unidos, sobre todo por su proximidad con Chicago, que ha sido punto inicial tradicional de llegada de los migrantes de Morelos (Durand y Massey, 2003) y, al menos para los migrantes originarios de Axochiapan, constituye un destino relativamente reciente.
Cuadro 2. Población nacida en el extranjero e hispana residente en Minnesota, 2009
Fuente: Elaboración propia con datos del Pew Hispanic Center.
Desde una perspectiva más histórica, la presencia de migrantes mexicanos en Minnesota está documentada desde las primeras décadas del siglo XX (Roethke, 2007). Sin embargo, esta población procedía de diversas localidades de México y de otros estados de los Estados Unidos (reclutados como trabajadores temporales para la agricultura), y con el paso del tiempo se fue estableciendo hasta formar una pequeña comunidad que incluía mexicanos de primera y segunda generación, y que había creado organizaciones sociales, recreado sus tradiciones y establecido su vida social y su identidad desde lo latino y lo hispano.
Así, un pequeño porcentaje del total de las personas de origen mexicano que aparece en las cifras censales forma parte de un grupo que llega a trabajar como jornaleros agrícolas en la primera mitad del siglo XX (Valdés, 2005), atraído por la oferta de trabajo en las cosechas de betabel, o en las industrias locales como las empacadoras de carne y el ferrocarril. Unos ocho mil mexicanos entraron a Minnesota durante la década de 1940 a partir de contratos temporales enmarcados en el Programa Bracero. Estos primeros grupos se asentaron principalmente en Saint Paul, donde se estableció una pequeña comunidad que desde la década de 1930 se agrupó en un barrio mexicano localizado en el Lower West Side (Roethke, 2007).
La migración de axochiapanenses a Minnesota que estudiamos aquí, puede distinguirse de esa migración ya asentada, porque forma parte de una oleada que corresponde a la última década del siglo pasado; antes de esa época, aunque sí había expulsión de migrantes desde el municipio, eran relativamente pocos y se dirigían a destinos más tradicionales como California, Illinois, Nueva Jersey y Nueva York. En cuanto a la cantidad, si observamos los datos anteriores a la década de los noventa, podemos apreciar que Axochiapan no se había caracterizado por ser una zona de expulsión, mientras que para 2000 (según las cifras del Censo) ya tenía 1.13% de su población residiendo en los Estados Unidos. 13 Con respecto a sus lugares de destino, los primeros migrantes de este municipio se habían asentado en otras ciudades y se trataba, sobre todo, de trabajadores temporales que iban y venían de manera circular en función de los ciclos estacionales del trabajo. El relato de un habitante de Axochiapan, entrevistado en el curso de esta investigación, ilustra el modo en que se dio este proceso:
…la gente adulta, de tercera edad ahora, empezó a emigrar como braceros y los hijos de ellos se empezaron a interesar a llevar, pero no era tan fuerte, vamos a hablar de 50 personas alrededor de los años 55, 60, (sic) la gente se fue de bracera, trabajaba temporadas y se regresaba, pero después alguno que otro se fue quedado y la vida les cambiaba económicamente, y así es como se empezó a ir la gente mayor; de ahí salieron los hijos y se empezaban a llevar a su familia, como en los años ochenta, había nada mas como veinte familias de aquí del pueblo de Axochiapan, viviendo en los Estados Unidos, en diferentes ciudades, como California, Chicago y también en Texas.
En realidad, lo que hemos encontrado en nuestras entrevistas nos lleva a pensar que los migrantes axochiapanenses llegaron a Minnesota mucho después: hacia la década de 1990 y, en principio, desde esos otros estados de la Unión Americana, lo que marca una diferencia con otros migrantes transnacionales, ya que en la mayoría de estos casos estudiados en México se trata de comunidades con tradición migratoria de mayor antigüedad y cuyas trayectorias los llevarían de forma directa al destino actual. 14
Los primeros migrantes que arriban a Minnesota desde Chicago, Nueva York o Texas, constituyen lo que podríamos llamar los “pioneros” (Portes y Rumbaut, 2010) de la comunidad de Axochiapan en Mineápolis, aunque en un sentido diferente al de la definición de estos autores, ya que nuestros “pioneros” no se establecieron en Mineápolis por la cercanía geográfica con el lugar de origen, sino que llegaron procedentes de otros estados, atraídos por las ventajas y oportunidades que vieron en Minnesota, en comparación con las ciudades en las que se encontraban viviendo. En este sentido, se trata de un elemento que les confiere características peculiares que favorecieron su asentamiento en las Ciudades Gemelas, entre las cuales podemos destacar el hecho de contar con la ventaja de algún conocimiento previo sobre el país, más la posibilidad de realizar una travesía relativamente fácil y segura. Esto contribuiría a explicar, entre otras cosas, el hecho de que el arribo del grupo de los axochiapanenses coincida con un momento de mayores restricciones y controles migratorios en los Estados Unidos, así como de crisis económica.
Según hemos encontrado, los primeros axochiapanenses que llegaron a Minnesota son no son propiamente los de la cabecera municipal, sino de localidades pequeñas de los alrededores. Según nos relató uno de nuestros primeros informantes de Axochiapan:
…el municipio tiene algunos otros pueblos como Atlacahualoya, Tlalayo, Quebrantadero y muchos pueblos alrededor, y realmente los primeros que se fueron a vivir a la ciudad de Mineápolis fue la gente de Tlalayo, fueron las primeras personas que llegaron a Mineápolis, alrededor de 1990. Ya en los años noventas se congregaron más en la ciudad de Chicago y le calculo que había alrededor de unas sesenta familias de Axochiapan viviendo en Chicago, y conforme fue pasando el tiempo la gente se empezaba a llevar, como te digo, a sus hijos o a sus primos, a sus parientes; les decían que ahí habían mejores oportunidades de vida y pues se iban para allá.
Esta procedencia de los primeros inmigrantes nos fue confirmada, más tarde en las entrevistas que realizamos en Mineápolis “…la mayoría eran de Tlalayo, ni siquiera de Axochiapan, eran de Tlalayo y de pueblitos chiquitos; después empezó a aparecer la gente de Axochiapan…” o “…Antes aquí, antes del 95 no había gente de Axochiapan, toda era de Atlacahualoya, Tlalayo, eran la mayoría de personas; las personas de Axochiapan llegaron después del 95, pero llegaron a poner sus negocios, esto y lo otro”.
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