1 ...8 9 10 12 13 14 ...30 El filme del colectivo Terratrema, que a mi juicio conecta con el espíritu del 68, acaba poniendo en escena dos modos contrapuestos de resistencia contra la dominación neoliberal de nuestros días. El padre de Zé, un viejo comunista que participó en la revolución del 74, propugna la revuelta armada en una secuencia en la que desentierra unas viejas ametralladoras: «el pueblo —comenta el padre— tiene que luchar y no con claveles. Los claveles no funcionarían ahora». El hijo piensa que su padre está loco y que resulta preciso renunciar a la violencia armada. En la siguiente secuencia, Zé interviene en un enérgico concierto punk. Según Pinho, las guitarras eléctricas, el concierto, el arte, en definitiva, es la respuesta de su generación a «la cuestión que ya se planteaban nuestros padres, pero a la que hemos respondido de forma diferente». Esta contraposición entre violencia armada y violencia de la música o del arte es muy similar a la que ya ponía en escena Godard, en los meses previos al 68, en La chinoise. Pues aquí también se contraponía la violencia de la terrorista Véronique, cuyos atentados afectaban por igual a culpables e inocentes, a la del actor Guillaume que, con su «Teatro, año cero», con la crueldad sin sangre, dinamitaba las convenciones del teatro y del cine burgués. Con todo ello hemos querido mostrar que tiene razón Lazzarato cuando expone, a través de Duchamp, que la acción perezosa u ociosa del anartista, del hombre ajeno a los principios del mercado, se presenta como la más radical crítica del neoliberalismo. En concreto, supone un estilo de vida ajeno al control absoluto del tiempo que tiene lugar en la sociedad neoliberal, en donde, a diferencia de lo que sucedía en la sociedad disciplinaria, ya no existe ni siquiera un afuera que no esté marcado por las relaciones de poder.
6. Bibliografía
Balibar, Étienne (2014): Ciudadano Sujeto. Vol. 2: Ensayos de Antropología Filosófica. Buenos Aires: Prometeo.
Blumenberg, Hans (2011): Descripción del ser humano. México: FCE.
Brown, Wendy (2016): El pueblo sin atributos. La secreta revolución del neoliberalismo. Barcelona: Malpaso.
Deleuze, Gilles (1999): «Post-scriptum sobre las sociedades de control», en Conversaciones, 1972-1990. Valencia: Pre-textos, pp. 277-286.
Foucault, Michel (2007): Nacimiento de la biopolítica. México: FCE.
Heidegger, Martin (1944): El ser y el tiempo. México: FCE.
Laval, Christian y Dardot, Pierre (2013): La nueva razón del mundo. Ensayo sobre la sociedad neoliberal. Barcelona: Gedisa.
Lazzarato, Maurizio (2013): La fábrica del hombre endeudado. Ensayo sobre la condición neoliberal. Buenos Aires: Amorrortu.
— (2015a): Gobernar a través de la deuda. Tecnologías de poder del capitalismo neoliberal. Buenos Aires: Amorrortu.
— (2015b): Marcel Duchamp y el rechazo del trabajo seguido de Miseria de la sociología. Madrid: Casus Belli.
— (2017): Políticas del acontecimiento. Buenos Aires: Tinta Limón,
Nietzsche, Friedrich (1990): La genealogía de la moral. Madrid: Alianza.
Pasolini, Pier Paolo (1983): Escritos corsarios. Barcelona: Planeta.
Warhol, Andy (2007): Ma philosophie de A à B. París: Flammarion.
Žižek, Slavoj (2004): Amor sin piedad. Hacia una política de la verdad. Madrid: Síntesis.
— (2016): Problemas en el paraíso. Barcelona: Anagrama.
1«[…] nos dice Foucault: «En nombre de esta [la sociedad] se procura saber por qué es necesario que haya un gobierno», y es siempre en su nombre que los liberales dejan de hacerse la pregunta sobre la razón de Estado: “¿Cómo gobernar lo más posible y al menor costo?, y [se hacen], en cambio, esta […]: ¿por qué hay que gobernar?”.» (Lazzarato, 2015a: 111).
2Véase de Balibar (2014), además del capítulo «La invención del superyó. Sigmund Freud y Hans Kelsen, 1922», el titulado «Juzgarse a sí mismo y a los otros».
3El movimiento obrero, explica Lazzarato (2017: 111), está en decadencia porque se ha limitado a sustituir el trabajo, «la pieza maestra de las sociedades disciplinarias, por el empleo, una de las formas principales de regulación de las sociedades de control».
La última neutralización: Ordoliberalismo y Foucault
José Luis Villacañas Berlanga
1. Introducción
El objetivo de este trabajo es cuestionar el concepto de «Ordoliberalismo» desplegado en las lecciones de Foucault tituladas Nacimiento de la biopolítica. Su presentación del ordoliberalismo no logra establecer una adecuada diferencia entre el sentido de esta corriente de la económía política y eso que se llama «neoliberalismo» en la actualidad. Esto es perturbador porque impone una falsa genealogía del presente y dignifica al neoliberalismo actual desde teorías del pasado que respondían a otro contexto histórico. El manierismo de la vida académica actual muestra aquí su peor consecuencia: la ausencia de un método reflexivo adecuado. Esta ausencia tiene que ver con una comprensión aurática de la autoridad intelectual, que no ha cambiado en los últimos cincuenta años. Pero la aceleración de nuestro tiempo histórico es de tal índole que no puede ser apresada mediante las anteojeras de una autoridad intelectual cosificada. Lo que veía Foucault a finales de los años 70 del siglo pasado, cuando pronunció sus lecciones, no es lo que vemos nosotros en el primer tercio del siglo xx. En medio queda algo más que la evolución lógica inmanente de un diseño ordoliberal. Este trabajo desea impulsar un cambio de perspectiva que muestre las debilidades del análisis de Foucault. Su finalidad, que no podemos cumplir, es reclamar una mejor comprensión de nuestro presente.
2. Ensayo de contextualización
Foucault estaba situado ante una realidad sin cristalizar, en movimiento. No tratamos de disminuir la genialidad de su mirada, sino sugerir que era a menudo sesgada. Foucault se centró en explicar la genealogía de la técnica del gobierno biopolítico neoliberal exclusivamente desde el ordoliberalismo. Este método determinó que solo estuviera interesado en aquellos rasgos del ordoliberalismo que cuadraban con ese gobierno biopolítico neoliberal que se dibujaba en el horizonte. Nunca aspiró a entender el ordoliberalismo desde el punto de vista de su especificidad histórica. Para ello se basó casi por entero en el libro de François Bilger (1964) y su mirada fue selectiva, restrictiva y reductora. Así, acabó mostrando el ordoliberalismo como una economización general de la sociedad que cuadraba bien con el sentido del gobierno neoliberal que se comenzaba a definir. Con ello destacó solo el aspecto económico del complejo sentido doctrinal del ordoliberalismo. Por supuesto, Foucault percibía, en el tiempo en que pronunciaba sus lecciones, que esa economización completa de la sociedad era el futuro. Retrospectivamente, entendió que ya era el efecto previsto por el ordoliberalismo. Esta representación se ha cosificado como la imagen adecuada para el presente. Con esa operación, la actualidad queda entendida como resultado necesario de un telos histórico perfectamente proyectado. Los ordoliberales serían los diseñadores de este presente.
Esta perspectiva tiende a eliminar los aspectos sobrevenidos de la situación actual, su radical novedad, sus decisiones políticas, el sentido imprevisto respecto de las proyecciones ordoliberales. El problema que encierra esta perspectiva genealógica reside en que no es capaz de entender a qué respondía el ordoliberalismo, su condición epocal. Este ensayo argumentará que el problema al que respondía el ordoliberalismo no tiene nada que ver con el problema del presente. Utilizar las teorías ordoliberales (diseñadas para impedir el Estado totalitario antes y después de la II Guerra Mundial) para pensar el presente que comienza con el final de la Guerra Fría, nos impide comprendernos hoy de forma adecuada. Con ello no sugiero que sea una urgente necesidad hacerle justicia a los pensadores ordoliberales. Lo urgente es pensar el presente de una forma adecuada. Foucault no pudo hacerlo cuando se comenzaba a avistar el final de la Guerra Fría, el contexto geopolítico que enmarca nuestro presente. Si repetimos su pensamiento, nos cerramos el camino a una genuina comprensión de la cristalización del mundo posterior a la Guerra Fría.
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