1.6 TEORÍAS DEL DESARROLLO DEL DEPORTE
El desarrollo del deporte se centra en la necesidad que tienen las organizaciones deportivas de garantizar un futuro sostenible mediante la atracción y promoción de la participación deportiva. Existe una creciente evidencia sobre los impactos positivos del deporte de altos logros sobre la sociedad (De Rycke y De Bosscher, 2019; De Rycke et al., 2019). “Los sistemas deportivos tienen como propósito establecer “caminos” para incentivar la participación deportiva, la identificación de talentos y su posterior promoción al deporte de élite” (Sherry et al., 2016, p. 219).
El desarrollo del deporte se trata de la promoción de las oportunidades y beneficios de la participación deportiva, la cual se extiende por una amplia variedad de contextos, incluyendo la salubridad, la libertad de juego, la modificación del deporte para incrementar su acceso y la identificación de los micro y macro determinantes que influyen en la participación deportiva (Phillips y Newland, 2014; Fahlen et al., 2015; Shilbury et al., 2008; Wang y Theodoraki, 2007; Rowe et al., 2013; Wicke et al., 2012).
El ciclo de la participación empieza en categorías juveniles, donde las normas, reglamentos y tradiciones de un deporte se convierten en el fundamento que protege la “institución del deporte”, seguido de competiciones de alto nivel para llegar al deporte de élite y profesional (Green B. , 2005; Green y Houlihan, 2005; Green, 2007; De Bosscher et al., 2010; De Bosscher et al., 2013; De Bosscher et al., 2015).
Los fundamentos sobre los cuales se ha construido la teoría del desarrollo deportivo han sido el efecto trickle-down (Frick y Wicker, 2016; Weed et al., 2009; Hogan y Norton, 2000), el ciclo virtuoso del deporte (Grix y Carmichael, 2012) y la teoría de la doble pirámide (Van Bottenburg, 2002).
El efecto trickle down es un proceso por el cual las personas se involucran en actividades deportivas debido a la función inspiradora de la performance de élite, la función de los atletas de élite (estrellas deportivas como personalidades) y el legado de los eventos de élite. El “ciclo virtuoso del deporte” sostiene que la inversión en el deporte de élite promueve la participación en el deporte de masas, que, a su vez, brinda beneficios evidentes para la salud de sus participantes y proporciona una mayor base, de la cual saldrán los campeones de élite del futuro. La teoría de la doble pirámide afirma que miles de personas que practican el deporte se encuentran en la base de la pirámide, lo que conduce a la formación de unos pocos campeones, y al mismo tiempo, la existencia de estos modelos motiva a más personas a participar en el deporte.
Existes diversos marcos teóricos que tratan de describir el proceso del desarrollo del deporte. Estas teorías se clasifican de acuerdo con su alcance ( Tabla 4). A nivel micro se encuentran las teorías centradas en los atletas. A nivel meso, las teorías centradas en los procesos organizacionales. Y a nivel macro, las teorías centradas en los sistemas (Sherry et al., 2016; Brouwers et al., 2015).
1.6.1 Teorías de desarrollo del deporte a nivel micro
Entre las teorías a nivel micro se tienen las teorías de la pirámide deportiva; del desarrollo de atletas de largo plazo; la teoría fundamentos, talento, élite, maestría para el desarrollo del atleta; del continuum deportivo; de la atracción; retención, transición y consolidación; y de la iglesia deportiva.
Una de las metáforas más antiguas para el desarrollo del deporte es la estructura piramidal (Green M. y Houlihan, 2005; De Bosscher et al., 2013). La base de la pirámide representa el nivel de entrada al deporte y se compone de un gran grupo de participantes en un nivel recreativo.
El modelo de la pirámide deportiva se basa en el desarrollo de los atletas y consta de tres tareas fundamentales: (1) reclutar deportistas, (2) mantenerlos involucrados en el deporte y el aumento de su compromiso con el mismo y (3) la asistencia a los mejores deportistas en cada nivel de la transición con éxito al siguiente nivel de competencia. A medida que se asciende en la pirámide, el número de participantes disminuye y las habilidades exigidas y niveles competitivos aumentan. El camino hacia la excelencia, entonces, comienza en la base de la pirámide y avanza hacia arriba a través de ajustes cada vez más selectivos.
Otra teoría es la del desarrollo de los atletas a largo plazo (LTAD) (Balyi et al., 2013), la cual, en esencia, se utiliza para especificar cuatro etapas (para los deportes de especialización temprana) o cinco etapas (para los deportes de especialización tardía) de formación que un atleta debe dominar para llegar a niveles de élite.
El modelo descompone estas etapas según la edad y el género, con el fin de tener en cuenta la disposición del atleta para pasar al siguiente nivel. Cote y Lidor (2013) también describen las etapas de desarrollo de los atletas basados en los principios del desarrollo infantil, y determinan sus etapas sobre la edad, suponiendo que las vías del atleta comienzan con los niños más pequeños.
Por otro lado, la teoría fundamentos, talento, élite, maestría (FTEM) para el desarrollo del atleta (Gulbin et al., 2013) amplía las cuatro o cinco etapas del LTAD a diez etapas, aunque las etapas reales no son diferentes a los modelos antes mencionados; el FTEM no clasifica por etapas, edad o el sexo, sino por el hándicap de cada deportista.
Las teorías del continuum del desarrollo deportivo (Hylton, 2013) han sido promovidas por diversas instituciones deportivas para proveer un marco de referencia para sus políticas, planes y estrategias. Esta teoría se basa en una escala vertical u horizontal que en su base tiene el aprendizaje, seguido de la participación comunitaria, la recreación, el desempeño deportivo y, finalmente, la excelencia deportiva. La metáfora de la casa del deporte (Cooke, 1996) y la del marco activo (Sport England, 2000) se utilizan para describir cada uno de los niveles y cómo estos conducen a la excelencia deportiva.
La teoría de la atracción, retención, transición y consolidación (Sotiriadou et al., 2008) identifica los caminos de desarrollo del deporte, teniendo en cuenta los procesos a nivel intermedio, que son necesarios para atraer a las comunidades a participar en el deporte, generar incentivos para mantener los niveles de participación, propiciar las condiciones para el desarrollo de los atletas y, en consecuencia, consolidar sus niveles de rendimiento.
Finalmente, se encuentra la teoría de la iglesia deportiva (Scheerder, 2007), la cual indica que el deporte competitivo y el deporte recreativo coexisten sin orden jerárquico entre ellos, y de manera conjunta conforman el cuerpo de la “iglesia”, siendo responsables de promover la participación deportiva, y solo una parte del deporte competitivo puede ser considerado como la base que sustenta el deporte de alto rendimiento, que sería entonces la torre de la “iglesia”.
1.6.2 Teorías de desarrollo del deporte a nivel meso
Las teorías a nivel meso se fundamentan en los recursos y capacidades que las organizaciones deportivas deben desarrollar para mejorar el desempeño en sus procesos y obtener como resultado el aumento de los niveles de participación y éxito deportivo (O’Boyle y Hassan, 2014); entre estas tenemos: 1. basadas en los recursos organizacionales y 2. en el desempeño de las organizaciones.
Entre las teorías basadas en los recursos organizacionales se encuentran las que estudian el papel de los recursos humanos sobre el éxito o fracaso del desempeño organizacional (Frisby, 1986; Bayle y Robinson, 2007); las teorías de reclutamiento y retención de voluntarios frente al desempeño de directivos y empleados que reciben salarios (Byers, 2005; Wicker y Hallmann, 2013); y las teorías basadas en los recursos organizacionales (recursos humanos, finanzas, comunicación institucional, relaciones interinstitucionales, volumen y calidad de los servicios, atletas y desempeño internacional) (Madella et al., 2005).
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