IV
ESPACIOS DE LIBERTAD
El Diometric se detiene en el estacionamiento del Creative Lounge. Es el lugar más célebre de Dodaine, de arquitectura moderna y elegante. Se ubica sobre una plataforma a orillas del mar de Terran, rodeado por grandes árboles palmíticos y una cuidada selección de vegetación dodana. Cuenta con un innovador sistema que hace que la estructura de sus paredes cambie automáticamente cada treinta minutos, así como también su decoración.
El Gerente del lugar y un grupo de anfitriones se acercan para ayudarlos a bajar del Diometric.
—Bienvenidos al Creative Lounge —les dice uno de ellos—. Su mesa en la Terraza Cindente está preparada.
Gircelle le sonríe. Se trata de su área favorita. Se fija en el nombre escrito en la placa del anfitrión.
—Gracias, Ganpard —le dice—. Tienen una decoración muy bonita esta noche.
—El Chef Rand Trelondse ha creado un menú en su honor para esta noche. Felicidades por su graduación.
Gircelle y los demás le agradecen.
Los padres de Arkend y de las amigas de Gircelle, que acaban de llegar, abrazan fuertemente a sus hijos.
—Estamos muy orgullosos de ustedes —les dice Mardece, la madre de Arkend, a este y a Gircelle—. Son la pareja de la noche.
Ambos le sonríen.
—¡Esto amerita que les invite un vino del Lounge! —dice Jamilod Lotpar, el padre de Arkend—. Y Gircelle, espero que nos deleites con tu voz celestial esta noche.
Gircelle se ruboriza ante el elogio. Sus amigas la animan también para que cante.
—Gracias, tío Jami —dice—. Pensaré en una canción.
Janvie suspira y sonríe al ver feliz a su hija a las puertas del Lounge. No habían venido desde que los jóvenes terminaron los estudios intermedios.
Al entrar, Gircelle se deja invadir por la mezcla de olores agradables de la cocina dodana. Hay varios clientes sentados en la barra del bar. Sus conversaciones quedan diluidas en el sonido de la cascada artificial que sirve como decoración y le otorga al lugar una atmósfera encantadora.
La mesa reservada está a un lado del escenario en donde el grupo musical ameniza la noche con melodías instrumentales. Por detrás de este, puede verse el espectacular panorama del mar de Terran y de los edificios del centro de Dodaine.
Arkend ayuda a Gircelle a sentarse en la silla con mejor vista al escenario. También los demás se acomodan en sus asientos. Dos meseros colocan los platos y cubiertos. Otros asistentes encienden paneles con la historia del lugar y acercan la cubeta con el vino espumoso invitado por el padre de Arkend, producido en los viñedos del Lounge.
Arkend choca un tenedor contra su copa para llamar la atención de todos. Luego se pone de pie y la alza a media altura, tomando la palabra.
—Esta noche nos ha traído muchas sensaciones. Por un lado, la alegría de terminar la preparatoria, y por el otro, el hecho de que haya llegado el momento de encaminarnos hacia nuestras metas. Quiero agradecer a nuestros padres y amistades, pero en especial a la persona cuyo brillo nos ilumina a todos. Gracias, mi hermosa Gircelle, ¡Te Amo!
Gircelle sonríe y todos lo aplauden. Arkend se vuelve a sentar y la besa y abraza discretamente.
Momentos después, el Lounge cambia su decoración. El estilo neoclásico que tenía hasta hace un momento se transforma en un moderno minimalismo terráneo dodano, el favorito de Gircelle. Ella se sorprende gratamente. Es como si hubieran respondido a sus deseos.
Un hombre alto y robusto, vestido con el traje de gala de Chef de la Flota Tavet, se acerca a su mesa. Jaelian se levanta para saludarlo. El Chef lo reconoce.
—¡Jaelian! ¡Bienvenidos todos! —dice.
—Conozcan al Chef más famoso de Dodaine, Rand Trelondse, amigo mío desde nuestros tiempos como cadetes en la Flota —dice Jaelian, y todos lo saludan.
A Gircelle le alegra que uno de los mejores amigos de su padre sea el encargado de la cena en una noche tan especial.
Trelondse les explica el menú, mostrándoles las imágenes en su panel.
—Será una cena de tres tiempos. Fue creada tomando en cuenta que los estudiantes, por lo general, acostumbran degustar recetas sencillas, pero sin olvidar que la buena nutrición debe acompañar la satisfacción por los grandes logros.
Los jóvenes asienten.
—Supongo que parte de esa satisfacción se verá reflejada en los postres, Chef —dice Madania de forma pícara.
Todos ríen ante la ocurrencia.
—Es correcto —contesta Trelondse—. Señorita...
—Lyntar. Madania Lyntar.
El Chef asiente.
—El postre será colorido, y contendrá sabores inteligentes y pícaros como usted.
La rubia amiga de Gircelle le sonríe, ruborizada.
El grupo musical interpreta los primeros acordes románticos de la noche, acompañados por una iluminación en tonos azules que contrasta con la nueva decoración del Lounge.
Poco después les traen el primer plato. Gircelle se alegra al ver que se trata de su ensalada favorita desde pequeña. Un platillo que probó por primera vez en Promend a los cinco años, en casa de sus abuelos. Arkend nota su sonrisa y la observa intrigado.
—Hacía años que no lo veía —le explica ella mientras come la ensalada, compuesta por frutas y vegetales de Dodaine y Promend—. La historia de este platillo es tan fascinante como su sabor.
—Ahora entiendo, hermosa —dice Arkend, después de probar también la ensalada—. Sus condimentos no parecen actuales.
Gircelle asiente.
—Acertaste, amor. Es una receta de nuestros antepasados de Yamchem.
—¡Cierto! —exclama Arkend—. ¡Es flor de Tulmunia, de las playas de Promend!
—Veo que eres todo un conocedor de las tradiciones yamchanas —dice Gircelle, sorprendida.
—A mi papá siempre le han interesado las culturas ancestrales dolgias, en especial la yamchana. Nos han heredado un gran lugar para vacacionar.
—Sí, amor. Tengo muchos recuerdos de Promend, ¿sabes? Sueño con nadar de nuevo en sus aguas turquesa y volver a explorar Tulmun.
Janvie, que escuchó las palabras de su hija, interviene.
—Estarás ahí muy pronto, mi flor del cielo. En la temporada vacacional de la Universidad puedes ponerte de acuerdo con tus amigos para ir.
Tanto Gircelle y Arkend como el resto de sus amigas se muestran felices ante dicha posibilidad.
El grupo musical, casualmente, se pone a interpretar una pieza de raíces yamchanas. Los clientes de las otras mesas acompañan el ritmo con sus palmas. La iluminación cambia a una más cálida y la decoración del Lounge vuelve a modificarse. Esta vez recrea el mítico santuario de Tulmun, la antigua ciudad sagrada de los yamchanos.
El Chef Trelondse supervisa la logística de las mesas al servir el plato fuerte. Se acerca a Gircelle y le sirve personalmente. Cuando aleja la tapa del platillo, la joven se sorprende. Se trata de su comida preferida, una ancestral receta yamchana que su abuela Marekd le enseñó en Promend. La favorita de los grandes gobernantes de Tulmun, quienes creían que era capaz de despertar cualidades especiales en quien la probase. La llamaban Lokpok Ik, que en antiguo yamchano significa pasta prodigiosa.
Feliz, Gircelle levanta su copa y toma la palabra.
—Me siento muy afortunada. Es una gran noche. Mi lugar favorito, mi comida favorita, las personas que más quiero... gracias. Hoy y siempre.
Todos la aplauden y la vitorean. Gircelle hace una pausa y luego prosigue.
—Me anticipé para decir lo que siento antes de probar este plato y el postre. No me tardaré, esto pide a gritos ser devorado —los demás se ríen y ella también, pero luego su semblante cambia a uno más serio—. Arkend, Madi, Vol, Giro y yo queremos agradecerles a nuestros padres por darnos la oportunidad de seguir nuestro camino en Dolgiavit.
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