El destino de los pequeños oligofrénicos en aquella época es realmente trágico: considerados irrecuperables y prácticamente abandonados por sus familias, son simplemente segregados de por vida en los psiquiátricos, donde la represión es la norma. Únicamente en los institutos médico-pedagógicos de reciente creación se intenta alguna forma de recuperación. Todavía no existe conciencia de la capacidad de destrucción de las «instituciones totales», como serán llamadas cerca de medio siglo después psiquiátricos y prisiones, colegios e internados. Tanto más cuanto que niños y jóvenes son encerrados a menudo junto con los adultos. A las puertas del siglo XX, apenas se empieza a distinguir el retraso de nacimiento de tantas otras formas de locura: el débil mental, es decir, aquel que ha perdido la razón. En cambio, se trata de dos categorías de enfermos que requieren lugares e intervenciones distintos. Uno de los méritos del grupo romano precisamente es el de llegar a diagnósticos diferenciados de los distintos tipos de trastorno y a las clasificaciones relativas. Además, De Sanctis, hombre muy culto e informado, se mantiene constantemente al día de los avances en las investigaciones llevadas a cabo en el extranjero en este ámbito. En particular, ha llegado a conocer, ya en 1895, los nuevos experimentos desarrollados por su colega inglés George Edward Shuttleworth, autor del libro Mentally-Deficient Children: Their Treatment and Training . 9Es posible que fuese de ese modo como el grupo romano llegase a descubrir el «método fisiológico» del francés Édouard Séguin, al que Shuttleworth había dedicado con entusiasmo un texto propio.
El propio De Sanctis es el primero que inaugurará, el 16 de enero de 1899, en Roma, en la via Tasso, 24, un asilo-escuela abierto desde la mañana hasta el atardecer, para los niños «retrasados» más pobres con los que se pudiera iniciar un mínimo de comunicación y por lo tanto intentar una verdadera acción pedagógica. 10A ese empeño de un alto valor educativo y civil se unirá, a lo largo del mismo año, un ambulatorio gratuito para la diagnosis de las «enfermedades mentales y nerviosas» infantiles. Lucha incansablemente por «la adaptación social de los discapacitados en una rehabilitación integral, completa, madura». 11Es bastante probable que la vocación específica de Maria se iniciase allí, siendo su asistente, mientras afinaba su capacidad de observación y desarrollaba sus intuiciones sobre el desarrollo infantil. Ciertamente, allí tuvo que comenzar a ver aquella realidad ya no solo en clave organicista.
LA LIGA NACIONAL PARA LA PROTECCIÓN DE LOS NIÑOS DEFICIENTES
A lo largo de los diez años que preceden a la experiencia de San Lorenzo –entre 1897 y 1907– la vemos participar de forma entusiasta, junto con Montesano, en la Liga que por fin Bonfigli había conseguido organizar entre 1898 y 1899 como consecuencia operativa de las batallas mantenidas en el Parlamento. 12La Liga –de la que forman parte señoras de la aristocracia como las hermanas Giacinte y Teresa Marescotti, así como otras feministas; la periodista Olga Ossani Lodi, conocida como Febea ; diputados; juristas; docentes universitarios ajenos al mundo de la medicina, entre los cuales se encuentra Giovanni Pascoli, y políticos como el príncipe Ruspoli, alcalde de Roma– tiene como objetivo favorecer la creación de institutos médico-pedagógicos y de clases para los niños menos graves a lo largo de Italia. Maria Montessori y Giuseppe Montesano están en la Liga en calidad de consejeros y asistentes de Bonfigli.
Urge organizar conferencias en varias ciudades italianas sobre la cuestión de los niños con dificultades. Nadie es considerado más adecuado que Maria para esta labor: la precede la fama del éxito obtenido en Berlín y la simpatía que cosecha entre las señoras de familias ricas y poderosas que desean comprometerse en la acción a favor de los niños más desafortunados, con una postura a medio camino entre la beneficencia y la conciencia de justicia y de responsabilidad social. De ese modo, Maria Montessori recorre Italia para dar a conocer la Liga y los proyectos relacionados con esta. 13
En 1898, Bonfigli y Baccelli le confían el cometido de participar en el Primer Congreso Pedagógico Nacional, que tiene lugar a comienzos de septiembre en Turín, con la finalidad de abordar el tema de la situación pedagógica en las escuelas y discutir también en aquel foro el problema de los oligofrénicos. Algunos meses después escribirá:
Yo, empujada por una pasión nueva, como la que me hacía intuir la misión y la transformación de una selecta clase social, orientada hacia una redención grandiosa: la clase de los educadores, participé en el congreso. Entonces era una intrusa porque la feliz unión entre la medicina y la pedagogía seguía siendo en ese momento, en el pensamiento de la época, insospechada. 14
Estamos en plena belle époque : una foto de estos años la muestra en una postura de tres cuartos, elegante y sobria, con un bello peinado alto, el vestido bordado y el escote cuadrado, con mangas largas abullonadas en la parte superior, la cintura fina y un pequeño libro en la mano derecha. Puede que se trate de una foto para celebrar la licenciatura y la primera docencia. De ese modo, el público empieza a conocerla en las conferencias y en los congresos dedicados a la pedagogía en los que participa.
Maria Montessori recién licenciada. Según la indicación que se lee en la parte inferior, se trata de una copia impresa por Adolf Eckstein Verlag, Berlín-Charlottenburgo, realizada por el fotógrafo Michele Schemboche en Roma.
El 10 de septiembre, a punto de finalizar el congreso, Isabel de Austria –la célebre Sisí– es asesinada en Ginebra por el anarquista italiano Luigi Lucherini. El hecho desencadena violentas acusaciones de la prensa contra la escuela italiana. 15Maria se pronuncia sobre el tema con una intervención incisiva, en la que denuncia el hecho de que demasiados individuos pasen por la escuela sin recibir educación alguna:
Jóvenes que, mediante castigos y persecuciones, acabarán siendo expulsados sin haber aprendido nunca […] La reforma que se impone es la de la escuela y la pedagogía, que nos conduzca a proteger en su desarrollo a todos los jóvenes, incluidos aquellos que se muestran refractarios al ambiente social. Así coloqué la primera piedra relativa a la educación de los jóvenes deficientes y a la organización de sus escuelas especiales. 16
¿Y EN EL EXTRANJERO, QUÉ SE HACE POR LOS NIÑOS MÁS DÉBILES?
De otros países llegan noticias estimulantes: lo mejor es comprobarlo en persona. Así, en 1899, con ocasión de su viaje estival a Londres con motivo del II Congreso Feminista, sus maestros animan a Maria a visitar escuelas y hospitales. En julio, en el camino de vuelta, se detendrá en París. Ella misma cuenta: «Siendo asistente en la Clínica Psiquiátrica [de Roma] había leído con mucho interés la obra francesa de Édouard Séguin». Se refiere a Teoria e pratica dell’educazione degli idioti , de 1846, porque añade: «Pero la inglesa, publicada en Nueva York veinte años antes, aunque fuese citada en las obras de educación especial de Bourneville, no existía en ninguna biblioteca». 17
Entonces comienza a buscarla. En Bicêtre, donde viaja para estudiar las intervenciones educativas con oligofrénicos, Bourneville le dice «que conocía su existencia, pero que el libro nunca había entrado en Europa».
¿Qué había pasado?
Séguin había empezado a ocuparse de los deficientes mentales a la edad de veinticinco años, más o menos la misma que tiene Maria cuando se interesa por sus escritos. Observador agudo, meticuloso y paciente, había desarrollado una vía de educación y de cura moral, el llamado «método fisiológico», basado en una refinada educación de los sentidos. Generoso y genial, pero también de carácter áspero y difícil, había despertado tanta hostilidad entre sus colegas que tuvo que dejar el hospital parisino donde trabajaba y abrir una pequeña escuela en la calle Pigalle. Después de los acontecimientos de 1848, obligado a huir a América con su familia por oponerse a Napoleón III, que incluso había sido muchos años atrás compañero de colegio, retomó al otro lado del océano la investigación médica, perfeccionó su método y publicó un extenso volumen en inglés 18que tuvo gran repercusión: es justamente el que Maria estaba buscando con tanto afán y que al final encontró, contando con ayuda para traducirlo. 19
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