1 ...8 9 10 12 13 14 ...17 9V. Babini y L. Lama: Una «donna nuova» , op. cit., p. 38.
10También merece ser recordada la hebrea siciliana Virdimura, a quien en un acto oficial del 7 de noviembre de 1376 cuya documentación se conserva en el Archivio di Stato de Palermo se le otorga la licencia médica, habiendo demostrado la idoneidad en el ejercicio de la profesión por todo el Reino de Sicilia. El diploma certifica que la mujer fue sometida a un meticuloso examen por una comisión de físicos según las disposiciones dictadas por Federico II en 1224. Cf. B. Lagumina y G. Lagumina: Codice diplomatico dei Giudei di Sicilia , Palermo, Tip. de M. Amenta, 1884, vol. I, p. 99.
11Para poner remedio a los estragos producidos por la malaria en el campo pontino, por iniciativa del parlamentario Federico Garlanda el 4 de julio de 1895 fue aprobada la llamada «Ley sobre la quinina de Estado», que preveía la distribución del bisulfato de quinina a precios preestablecidos en todos los comercios de sal y tabaco del país.
12Cf. R. Kramer: Maria Montessori. A Biography , G. P. Putnam’s Sons, 1976, p. 35.
13Entre los diversos estudios que aparecieron en la época sobre los años universitarios de Maria, es relevante el interesante texto de Ignazio Lai, estudioso en Pedagogía de las Ciencias de la Salud, titulado Maria Montessori: gli anni della formazione medica (1893-1896) e loro influenza sullo sviluppo di una concezione scientifica della pedagogia . El texto está disponible en internet, en la dirección < http://people.unica.it/ignaziolai/2011/05/09/maria-montessori/> (consulta: 25/04/2018). Aparte de la errata inicial, que indica como lugar de la muerte de Maria La Haya en lugar de Noordwijk aan Zee, el texto reconstruye con mucha precisión su sólida formación de base y la red de grandes maestros que conoció en la facultad romana.
14En aquella época el salario de un maestro era de alrededor de noventa liras y el de un director de empresa de trescientas. La del premio Rolli era realmente una suma considerable: alrededor de diez mil euros de nuestros días.
15Sante De Sanctis, médico de origen umbro, también alumno de Sergi, es considerado uno de los fundadores de la psicología infantil en Italia. Fundó los primeros asilos/escuelas para niños con dificultades mentales, partiendo de los más pobres.
16Se puede encontrar una breve nota sobre Giuseppe Ferruccio Montesano al final del capítulo III.
17Sobre este reconocimiento fallido pudo haber pesado el prejuicio hacia ella como mujer. Es la hipótesis formulada por V. P. Babini y L. Lama: Una «Donna Nuova» , op. cit., p. 49.
18Breve estudio basado tanto en la literatura existente, como en las observaciones personales, y publicado en calidad de «adjunta de medicina en los hospitales de Roma».
19La comunicación, de trece páginas, describe las investigaciones llevadas a cabo con el líquido de enfermos, extraído con nuevas técnicas del todo inocuas y detalladamente explicadas, y después inoculado en cobayas y en conejos, en busca de etiologías más precisas de la enfermedad mental.
20Robert Koch, director del Instituto para las Enfermedades Infeccionas de Berlín, docente e investigador de gran prestigio, recibió en 1905 el Premio Nobel por sus decisivos descubrimientos sobre la tuberculosis.
Los años de la juventud de Maria coincidieron con el resurgir y la formación progresiva del movimiento feminista en Italia. Ya se habían producido algunos acontecimientos en el extranjero: en Estados Unidos, en 1888, algunos grupos femeninos habían fundado en Washington D. C. el International Council of Women, mientras que, en algunas naciones europeas, particularmente en Inglaterra, el desarrollo industrial y las tradiciones histórico-religiosas habían dado lugar a una mayor libertad de expresión, lo que ofrecía un terreno fértil para tales reivindicaciones. Es la época de las sufragistas, llamadas irónicamente «sufragette» y durante mucho tiempo ridiculizadas, que piden con sus manifestaciones el derecho al voto (¿cómo no pensar en Winifred, la madre de los dos niños Banks, en Mary Poppins , de 1964?).
EN LOS ALBORES DEL FEMINISMO
Hacia finales del siglo XIX, Italia emprende el camino de la emancipación femenina lentamente, a pesar del valiente compromiso de Ersilia Bronzini Majno, promotora en Milán del Asilo Mariuccia –una institución laica que alberga a niñas y mujeres jóvenes solas para protegerlas del riesgo de la prostitución y educarlas en un clima de libertad y de reconocimiento de sus derechos–, 1Anna Maria Mozzoni, Emilia Mariani, socialistas que luchan por el respeto a la mujer y la defensa de sus derechos, y Anna Kuliscioff, que denuncia con arrojo las injusticias de las que son víctimas las trabajadoras. 2Con todas ellas Montessori mantendrá, más adelante, contacto directo. Las dificultades que es necesario superar, a pesar de la creciente urbanización, que cambia sensiblemente la condición del mundo femenino, provienen sobre todo de la obcecación del mundo rural, marcado por la ignorancia, por un analfabetismo muy extendido y por supersticiones funcionales del predominio masculino. 3Todos, aspectos arraigados desde siglos atrás que reducen a las mujeres a una condición de degradante subalternidad, sometiéndolas a fríos planes de incremento patrimonial y sofocando cualquier protesta que puedan alumbrar. 4
A caballo entre los siglos XIX y el XX –y puede que a causa de la proximidad del nuevo siglo–, el movimiento feminista manifiesta nuevas energías y se expande y organiza. 5Participan mujeres de la alta burguesía y de la aristocracia más ilustrada junto con numerosas intelectuales: periodistas, escritoras, científicas. Entre ellas, nuestra joven licenciada, que ya ha tenido tiempo de experimentar de cuántos obstáculos está plagado el camino para poder afirmarse y de cómo se impone, para cualquier mujer, la necesidad de sobresalir si pretende obtener un reconocimiento justo de sus méritos. La escolar de antaño ya es una estudiosa capaz, que une a la voluntad y a la determinación gracia y fascinación. Pequeña de estatura, posee una figura sutil dotada de elegancia natural, suaves cabellos negros, mirada directa y penetrante, modales reservados y una cara harmoniosa cuya belleza antigua será todavía visible a los ochenta años. Ante los otros parece una mujer fuerte, decidida, llena de curiosidad y de inquietudes. También su voz es muy agradable, como relata Anna Kuliscioff en una carta a Filippo Turati. 6
En el marzo de 1896 –pocos meses antes de licenciarse– entra a formar parte de un grupo femenino y dos años más tarde participará en la fundación de la asociación Per la Donna. La iniciativa parte de Rose-Mary Amadori, la responsable de Vita Femminile , revista que presenta un programa valiente orientado a la paridad de los derechos dentro de la familia y en la sociedad, el derecho al aborto o la laicidad en la escuela. Así mismo, se alinea con firmeza contra cualquier tipo de guerra (acaba de concluir de un modo desastroso la aventura africana defendida por Crispi en Abisinia). En pocos meses Maria será apreciada dentro de la asociación, tanto que en junio las socias deciden enviarla como delegada al Congreso Internacional de las Mujeres –el primero en Europa–, que tendrá lugar en Berlín del 20 al 26 de septiembre del mismo año.
Las compañeras están convencidas de que no hay persona más adecuada que ella: con su notable capacidad oratoria sabrá ilustrar con claridad y un tono convincente las nuevas vías abiertas por la medicina experimental. Los hechos les darán la razón. Para los gastos, se abre una colecta pública a la que concurren con entusiasmo mujeres de cualquier clase social y de distintas regiones y ciudades italianas, incluso de su Chiaravalle, donde un comité femenino apoya a la propia conciudadana y el Ayuntamiento destina cincuenta liras para el viaje.
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