26. Con su magnífica fachada digna del nuevo estatus de su propietario, el edificio puede ser considerado como una de las iniciativas arquitectónicas más importantes del siglo XVII. Cervera Vera, L., El conjunto palacial de la villa de Lerma , Valencia, 1967.
27. Capaccio, G.C., Il Forastiero , t. III, p. 570. A pesar de que el palacio de Manlio había ya experimentado diversas modificaciones durante los gobiernos del cardenal Granvela, del marqués de Mondéjar, que erigió la capilla, o del conde de Miranda que comenzó la apertura de la gran plaza situada frente a él.
28. Capaccio, G.C., Il Forastiero , t. II, p. 342.
29. Costo, T., Memoriale delle cose piu notabili accadute nel Regno di Napoli , 1639, p. 76.
30. La relación simbólica entre el nuevo edificio y Castelnuovo ya fue percibida en su momento por Carlo Celano: “Da questi palazzi si può per la parte del giardino, passare per un ponte, che si alza, nel Castelnuovo (...) e per lo suolo di questo si servì del giardino che nel lato stava del Regio Palazzo”, Celano, C., Notizie del bello , vol. IV, pp. 599 y 595-596.
31. Verde, P.C., Domenico Fontana a Napoli, 1592-1607 , Nápoles, 2007, p. 97 y De Cavi, S., Architecture and Royal Presence. Domenico and Giulio Cesare Fontana in Spanish Naples (1592-1627) , Cambridge, 2009.
32. Fontana, D., “Dichiarazione del Nuovo Regio Palagio cominciato nella piazza di S. Luigi”, en Del modo tenuto di trasportare l’Obelisco Vaticano e delle fabbriche fatte da nostro Signore Sisto V. Libro Secondo in cui si raggiona di alcune fabbriche fate in Roma e a Napoli , Nápoles, 1604 (ed. de Adriano Carugo, Roma, 1978), fol. 29-30.
33. “perché si sbrigassero al piú presto”; Informe de Giulio Cesare Fontana al duque de Alba el 18 de octubre de 1623, en Strazzullo, F., Architetti e ingegneri napoletani dal ‘500 al ‘700 , Nápoles, 2ª ed. 1969, p. 148.
34. Ruotolo, R., “Documenti sulla Chiesa di S. Maria degli Angeli a Pizzofalcone”, en Napoli Nobilissima , vol. VII, fasc. V-VI, p. 222, nota 15.
35. Strazzullo, F., Architetti e ingegneri napoletani , p. 146.
36. Tiempo después, Capaccio la atribuiría, más bien con poca convicción, a la voluntad de la virreina de conservar los antiguos jardines, “la contessa consultò il disegno, ma con qualche emenda per che per nos guastare il Parco e scemar li giardini cagionò qualche picciolezza al cortile di mezzo”, Capaccio, G.C., Il Forastiero , t. II, pp. 501-502. Igualmente, parece poco creíble el argumento de Isabella di Resta según el cual Fontana estuvo forzado por la presencia del palazzo vecchio , Di Resta, I., “Sull’architettura di D. Fontana a Napoli”, en Quaderni dell’ Istituto de Storia dell’Architettura, II , 1992, p. 678.
37. De hecho Benavente renovó a Fontana el nombramiento de “Ingeniero mayor y superintendente de todas las fábricas que se hiciere en el dho reyno de Napoles por el servicio de V. Md.” Ver Simal López, M., “Don Juan Alfonso Pimentel, VIII Conde-Duque de Benavente, y el coleccionismo de antigüedades: inquietudes de un Virrey de Nápoles (1603-1610), en Reales Sitios , Año XLII, número 164, 2º trimestre de 2005, p. 33. Con el consiguiente enfado de los maestros de obras que vieron como sus recursos se cercenaban drásticamente. “Memoriale spedito dai capimastri”, en Strazzullo, F., Architetti e ingegneri napoletani , pp. 146-147.
38. Un estudio de la estrategia defensiva de Fontana ante las críticas que recibió, en Cavi, S. De, “Senza Causa et fuor di Tempo: Domenico Fontana e il Palazzo Vicereale Vecchio di Napoli”, en Napoli Nobilissima , pp. 187-208. Quinta Serie, vol. IV, fasc. 1-6 (2003), p. 196 y nota 54, p. 206.
39. Ioannu, P.K., “Documenti inediti sulle arti a Napoli tra Cinque e Seicento (seconda parte)”, en Ricerche sull’600 napoletano , 2002, p. 135. Casi con toda seguridad esta es la “estampa del palacio de Nápoles con cornisa dorada” a la que se refiere el inventario de bienes conservados en el camarín de la fortaleza de Benavente redactado en 1611 o los “tres cuadros que es la planta de la casa de Nàp(ole)s con marco dorado” que se encontraban en 1612 en la “sala del entampillado” de la villa El Jardín propiedad también de Benavente. Ver Simal López, M., “Don Juan Alfonso Pimentel”, p. 46, nota 48.
40. Sobre las caracteristicas de los dibujos de Fontana y las vicisitudes de ambos grabados, Verde, P.C., Domenico Fontana a Napoli , pp. 38-41.
41. En palabras del canónigo Celano la Reggia se convertiría, en lo sucesivo, en “il primo edificio che si presenti in aspetto maestoso a’ riguardanti che vengono per la via del mare”, Celano, C., Notizie del bello , p. 1575.
42. Raneo, J., Etiquetas de la corte de Napoles (1634) , edición de A. Paz y Melia, en Revue Hispanique , tomo XXVII, 1912, (reimpreso en 1965), pp. 163-169 y Porzio, A., “Arte e Storia in Palazzo Reale”, en De Cunzo, M. de (coord.), Il Palazzo Reale di Napoli , Nápoles, 1994, p. 52.
43. Aunque tanto uno como otro aspecto distaran de estar concluidos, su nombre quedó asociado a la culminación de las obras y la decoración de la planta real. Así, en el breve comentario de las principales aportaciones de cada virrey que Alessandro Baratta incluyó en su Fidelissimae Urbis Neapolitanae al llegar los condes de Lemos, escribió: “E da D. Ferra(n)te Ruiz de Castro Conte di Lemos si fabricò il nuovo e Mag.(nifi)co Regal Palazzo servendosi del’insigno Archite/tto del Cavalier Dominico Fontana. E da D. Pietro su(o) figliuolo pur Conte di Lemos il quale sucede nel governo à D. Alonzo Conte di Beneve(n)to fu detto Regal Palazzo del frontistipio co(m)pito e di dentro ornato di bellissime pitture.” Cit. en Pane, G., “Napoli Seicentesca nella veduta di A. Baratta”, en Napoli Nobilissima , IX (1970), pp. 118-159, apéndice, p. 148.
44. Barrionuevo, G. de, Panegyricus ill.mo et ex.mo. d.no Pedro Fernandez a Castro Lemensium et Andrade Comiti , 1616, pp. 151-153.
45. De Dominici, B., Vite de’ Pittori, scultori ed architetti napoletani , Nápoles, 1724 (edición de 1844), “Vita di Giuseppe di Ribera”, tomo segundo, p. 4, y Spinosa, N., Ribera. L’opera completa , Nápoles, 2003, pp. 82-91.
46. La carta del monarca solicitando la paralización de las obras en curso, en BNM: ms. 988, f. 335, transcrita en Hernando Sánchez, C.J., “Teatro del honor y ceremonial de la ausencia. La corte virreinal de Nápoles en el siglo XVII”, en Alcalá Zamora, J. y Belenguer E. (coords.), Calderón de la Barca y la España del Barroco , vol. I, Madrid, 2001, p. 654.
47. Cit. en Pane, G., “Napoli Seicentesca nella veduta”, p. 148.
48. “Memoriale spedito dai capimastri al Duca d’Alba per la revisione dei patti circa la fabbrica del nuovo palazzo reale (1623)”, transcrito en Strazzullo, F., Architetti e ingegneri napoletani , pp. 146-147.
49. Capaccio, G.C., Il Forastiero , t. II, p. 369 y Parrino, D.A., Teatro eroico e politico de’ governi dei viceré del Regno di Napoli. Dal tempo del re Ferdinando il Cattolico fino al presente , Nápoles, 1692-1694, vol. II, p. 178.
50. Sobre los mecanismos de pago, ver Verde, P.C., Domenico Fontana a Napoli , p. 107, nota 183. A pesar de su importancia simbólica, este proyecto apenas ha dejado un tenue rastro documental en forma de contratas o pagos. Ciertamente, la documentación de los antiguos bancos de la ciudad, posteriormente concentrada en el Archivio del Banco di Napoli todavía requiere un estudio más sistemático. Pero los trabajos llevados a cabo por E. Nappi dan a entender que no existe un bloque de información importante referida a la contrucción del palacio, Nappi, E., “I viceré e l’arte a Napoli”, Napoli Nobilissima, XXII , 1983, 1-2, pp. 41-57. En comparación con la gran cantidad de testimonios generados por la construcción del Buen Retiro, iniciada veinticinco años más tarde, el palacio napolitano resulta documentalmente invisible. Brown, J. y Elliott, J.H., Un palacio para el rey. El Buen Retiro y la Corte de Felipe IV , Madrid, 1981, capítulo IV, y en especial los epígrafes sobre la construcción del palacio y los pagos.
Читать дальше