No es nuestro objetivo ahora entrar en apreciaciones sobre los juicios anteriores 2. Su mención aquí tiene la única finalidad de destacar que, independientemente de la explicación o el matiz que cada cual le atribuya, los dos significados son claramente perceptibles y solo uno de ellos, el puntual, está claramente ligado a la negación llamada expletiva, que se convierte así en un instrumento útil para deshacer ambigüedades.
2.2 El no expletivo y la negación encubierta
A propósito de lo expuesto en el apartado anterior, conviene dedicar unas líneas la «negación encubierta o tácita» que, según la NGLE (RAE y ASALE, 2009) «es característica del español de México y Centroamérica, y con extensión desigual se atestigua también en ciertas áreas de Colombia, del Ecuador y de Bolivia» (48.11v). Se trata de ejemplos como Se levantó hasta que no tuvo más remedio o Ese tipo de negocios abren hasta que llega la noche , que en otras zonas, España entre ellas, se expresarían anteponiendo una negación al verbo principal ( no se levantó … , no abren …) y que aquí se supone que queda implícita. Estas oraciones han sido muy perseguidas desde el punto de vista normativo porque, además de violar aparentemente las reglas de la gramática, resultan sumamente incómodas desde el punto de vista práctico, puesto que no se sabe si, por ejemplo, los negocios antes mencionados abren o cierran al anochecer. Pero si uno repara en los contextos de la negación encubierta (los que NO incluyen en A un predicado de estado o actividad: NGLE , 48.11w), vemos que coinciden justamente con los propios de la negación expletiva. Su labor de desambiguación es, por tanto, especialmente útil aquí, lo que explica su frecuentísima aparición en los ejemplos. Véanse, por ejemplo, estos, procedentes de México y tomados de los corpus académicos:
19) Tenemos, como directiva, que ser cautelosos para no manosear al jugador y que lo utilicen. Hasta no existir algo concreto, nos pronunciaremos
20) Esto se ha convertido en una necesidad para cientos de bandas más que, hasta no ver las pérdidas ocasionadas por la piratería, recordaron que su público quería verlos en vivo, no sólo comprar sus discos
21) Hasta no convivir con ellos comprendió que no era justo que vivieran dentro de una pieza de escasos tres por tres metros, máxime siendo tantos.
Para resumir brevemente todo lo expuesto en 2.1. y 2.2., si al hablar de negación expletiva alguien entiende que el hablante puede ponerla y quitarla a voluntad, debe saber que solo puede hacerlo en realidad en los casos en que la construcción adopta el valor llamado «puntual», y aun en estos casos es una herramienta muy útil para deshacer ambigüedades, lo que restringe su carácter potestativo. Así ocurre en concreto cuando el predicado de A puede interpretarse o no con valor incoativo o terminativo, como en el ejemplo de la penitencia antes citado 3.
2.3 Las relaciones entre A y B en las construcciones de negación expletiva
Hay otra cuestión que conviene tocar antes de terminar este trabajo: no sé si en un ejemplo como el tren no entró hasta que la vía estuvo despejada la negación convierte, como se ha dicho, el predicado puntual de A, entró , en durativo y no sé tampoco si es el ámbito de esa negación el responsable de que en una oración como la (18) de arriba, Nadie hace penitencia hasta que cae enfermo , el significado se bifurque. Lo que sí parece fuera de discusión es que ese ámbito es diferente en la interpretación puntual y en la durativa de hasta . Si una madre le dice a su vecina
22) Mi hijo no anda por ahí hasta que cierran los bares [ hasta durativo].
no está negando que ande por ahí, sino que lo haga hasta el cierre de los bares; es decir, (22) equivale a (23):
23) Mi hijo anda por ahí, pero no hasta que cierran los bares.
Si, en cambio, le dice a su hijo:
24) Hoy no sales hasta que no me pidas perdón [ hasta puntual],
por el momento le está negando la salida, que, en todo caso, no se producirá antes de que ocurra lo que la oración de hasta señala.
Como ocurre con las causales con por(que) , la negación desde el verbo principal de la oración con hasta durativo se debe a que se trata de complementos integrados en el predicado. Son indicio de lo mismo al menos los siguientes hechos:
a ) Las oraciones con hasta durativo negado suenan mucho más naturales con infinitivo y correferencia de sujetos, característica habitual en las subordinadas más ligadas al verbo regente.
b ) En las oraciones con hasta durativo hay una fuerte vinculación semántica entre la principal y la subordinada, de modo que esta o es una consecuencia (compárese Manolo estuvo estudiando hasta cansarse / *hasta irse a jugar con Pedro : Bosque, 1980: 153) o representa la culminación de una acción progresiva expresada en la principal ( La rambla se estrechaba hasta convertirse en un torrente : Hernanz, 1999: 2309). Ello no ocurre con el hasta puntual, en que la relación no tiene por qué sobrepasar la mera relación temporal: Manolo no empezó a estudiar hasta no haber telefoneado a Luisa (Bosque, 1980: 153).
c ) En las oraciones con hasta puntual la anteposición de la subordinada resulta mucho más sencilla y natural que con el hasta durativo, lo cual es indicio de menor trabazón sintáctica. Ayuda, además, a interpretar los ejemplos confusos originados por la ausencia de negación expresa en la principal, bien porque se trate de zonas de «negación encubierta» (véase 2.2.), bien porque la negación se efectúe por medios pragmáticos más que sintácticos: no es casualidad que de los cinco ejemplos recogidos para ilustrar arriba esta circunstancia (véase 2.1.), tres lleven la temporal delante. Tampoco lo es que en el Diccionario de Santos Río, 2003, alabado por la naturalidad de sus ejemplos, surjan con espontaneidad los antepuestos para el hasta puntual.
3. LAS RAZONES DEL NO EXPLETIVO
Más difícil que describir los contextos y valores del hasta puntual, el que admite la negación expletiva, es explicar satisfactoriamente la presencia de ese no. Es evidente que su papel no es negar, porque si negara se producirían las incoherencias que le han atribuido los normativistas. Dado que puede sustituirse por mientras no con valores muy cercanos ( No habló hasta que no / mientras no le dieron la palabra ), se ha pensado en un cruce con esta construcción ya desde Cuervo (Morera, 1986: 102; Santos Río, 2003; Bosque, 1980: 152; Gómez Torrego, 2002: 711, entre otros). Por otra parte, ya se ha mencionado más arriba (nota 3) que para Cépeda (2018) el no expletivo surge de la intención de marcar la finalización del evento denotado en B.
Sánchez (1999: 2630) apunta que la negación expletiva se deriva del carácter mutuamente excluyente de la oración principal y la subordinada en las construcciones con hasta puntual. Esta propuesta, que no excluye las razones aducidas por otros, resulta atractiva. La construcción está compuesta claramente de dos ramas interdependientes y, a la vez, contrapuestas, y las dos negaciones vendrían a ser como dos «balizas» que las delimitan a la vez que marcan su simetría. Sería una muestra más de la iconicidad en la gramática, que se pone de manifiesto en Borrego (2000), a propósito de las construcciones con ni...ni y o...o.
4. EL NO EXPLETIVO CON HASTA EN LOS TEXTOS
Lo que se ha pretendido mostrar en buena parte de este trabajo, ordenando lo que se sabe en torno al no expletivo con hasta , es que este no es ni contradictorio o totalmente inútil desde el punto de vista semántico, ni utilizable a la carta en cualquier contexto. Su aceptación o rechazo desde el punto de vista normativo debe atenerse a lo que es propio de este punto de vista: el uso social que de tal fenómeno se hace. Así lo entienden, por ejemplo, Gómez Torrego (2002: 711), cuando tacha su empleo de «frecuente» y encontrable «en documentos de nivel culto», o el DPD cuando lo considera «arraigado». Ninguna de las dos fuentes indica los datos concretos en que se basa tal afirmación, así que vamos a terminar el artículo aportando algunos. Se trata de una mera aproximación, bastante imprecisa por el momento, que convendría refinar en el futuro.
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