10) Constituir los grupos por separado, es decir, en hombres y mujeres, ya que hasta no lograr el empoderamiento de las muchachas, el unirlos las colocaría en desventaja [ el unirlos claramente equivale a el no separarlos ]
11) Hasta no efectuar estudios en seres humanos, los científicos recomiendan a los pacientes diabéticos continuar con las prescripciones [con continuar se quiere decir aquí no interrumpir ]
12) Yo decía que hablaba francés, y realmente me lo creí... hasta no vivir en Francia [= no salí de mi error hasta no vivir en Francia ]
13) [El entrenador] dejó ver que hasta no recibir gol se fiaría del contragolpe [= no cambiaría de táctica ]
14) Nos reservamos el diagnóstico hasta no consultar con los especialistas [ Nos reservamos equivale aquí a no revelamos, no emitimos ].
Creo que merece la pena destacar no solo la presencia del no expletivo en oraciones como (12) o (13), donde es difícil señalar alguno de los AANN habituales, sino también el hecho de que en algunos de los ejemplos se hace difícil la interpretación si se suprime el no , aquí aún más paradójicamente tildado de expletivo. Pruébese a hacerlo, por ejemplo, con los de Bosque. En los aportados por mí la supresión es posible, pero la presencia de la negación resulta más natural que su ausencia.
2. El ejemplo (2a), * La sesión de pilates no dura hasta que no se agota la gente , resulta agramatical por otro requisito, este no mencionado en todos los trabajos, pero sí en los que han entrado en la cuestión de forma más meticulosa. Podríamos enunciarlo brevemente diciendo que la parte A de la construcción debe contener un predicado télico , entendiendo por A la considerada oración principal, La sesión de pilates no dura , y por B la oración de hasta . Dicho en los términos de Vendler, la parte A debe ser un logro o una realización, y durar no lo es. La oración «se arregla» de dos maneras: bien cambiando el verbo por otro con telicidad ( La sesión de pilates no termina hasta que no se agota la gente ), bien suprimiendo el no expletivo, como en (2b): La sesión de pilates no dura hasta que se agota la gente . En este caso, no obstante, a costa de un cambio en el significado, puesto que lo que ahora se indica es que su duración no llega hasta el punto de agotar a la gente. Como se verá más adelante, este es el contexto normal de las oraciones con hasta que no admiten no expletivo: un predicado durativo y no télico en desarrollo, cuyo límite final se indica en la subordinada:
15) La sesión de pilates se prolongará hasta que termine el invierno.
3. El carácter no del todo natural o satisfactorio de (3a), ?La conferencia no empieza hasta que la gente no permanece en la sala , se debe a la ruptura de otro requisito simétrico del anterior y necesario para la presencia del no expletivo: la parte B también tiene que tener carácter télico. Esto es común a todas las construcciones con hasta , presenten o no la negación que ahora nos ocupa 1. Por eso cualquier verbo durativo colocado en esa posición o es agramatical o recibe automáticamente una interpretación incoativa o terminativa que le da carácter télico. Ello afecta incluso a verbos tan típicamente estativos como ser o saber , como puede comprobarse en las oraciones que siguen, en que eran españoles se interpreta como ‘habían adquirido la nacionalidad española’, y sabían español como ‘aprendían español’, es decir, como verbos de cambio de estado y, por tanto, télicos:
16) No conseguían trabajo hasta que no eran españoles / hasta que no sabían español.
Incluso verbos inherentemente atélicos como permanecer no son del todo inmunes a esta interpretación, y por eso no acaba de sonar mal (3a), interpretable, aunque de modo algo forzado, y de ahí la interrogación, como ‘La conferencia no empieza hasta que la gente deja de entrar y salir en la sala’.
4. Los casos de (4a,b) y (5a,b), que repito ahora como (17) y (18), son los más interesantes porque permiten individualizar, por contraste, la característica más destacada de la negación que estamos tratando, así como su utilidad para la interpretación de la oración, utilidad que socava de manera notable los argumentos normativos tradicionales en contra de su empleo.
17) a. # Aquella vez los gladiadores no lucharían hasta no morir
b. Aquella vez los gladiadores no lucharían hasta morir
18) a. Nadie hace penitencia hasta que no cae enfermo. (Entonces se acuerda de la divinidad y empieza a hacer penitencia)
b. Nadie hace penitencia hasta caer enfermo (Se detiene antes de llegar a ese extremo)
Las construcciones con hasta que admiten negación expletiva, es decir, las propias de los contextos télicos descritos en 1-3 de arriba, tienen siempre un significado que suele denominarse puntual (véase, por ejemplo, Bosque, 1980: 146). Ello significa que en una secuencia como No grit ó hasta que (no) sintió el pinchazo la acción descrita en A (gritar) no sucede antes de que ocurra la descrita en B (sentir el pinchazo): entonces empieza a suceder. Por contra, cuando el predicado de A no es télico, como en Normalmente no corría hasta agotarse , la negación expletiva no es posible, como hemos visto, y la secuencia adquiere un sentido llamado durativo: lo que se indica es que la actividad de A (correr) sí sucede, pero no se prolonga hasta el punto de agotar a la persona, sino que se detiene antes.
Pues bien, hay muchos predicados que designan estados o actividades, como hacer penitencia en el ejemplo (18b), pero que pueden adquirir también un sentido incoativo o terminativo y convertirse entonces en télicos, como sucede en (18a). Eso explica que la oración Nadie hace penitencia hasta que cae enfermo , sin otro contexto, sea ambigua, de modo que el hasta puede interpretarse como puntual o como durativo. En tal tesitura la negación expletiva puede resultar de utilidad: (18a), que la lleva, solo puede interpretarse como ‘No hace penitencia, pero empieza a hacerla cuando cae enfermo’, es decir, con un significado puntual. Por el mismo mecanismo se explica que (17b) Aquella vez los gladiadores no lucharían hasta morir sea perfectamente natural y que no lo sea (17a) #Aquella vez los gladiadores no lucharían hasta no morir: en el mundo que conocemos, los gladiadores no luchan cuando mueren, y de esta interpretación solo ese no pleonástico, innecesario, redundante, inútil y expletivo es el responsable. Es verdad, por tanto, que no niega, como dicen los lingüistas más cautos, pero no lo es que no aporte nada a la interpretación.
Se ha discutido mucho, y con muy variados y sutiles argumentos, la forma de explicar el sentido puntual y el durativo de hasta , que confluyen en (18) (véase Bosque, 1980: 146-156; García Fernández, 2000: 109-115). Por ceñirnos a las dos posturas principales, para unos se trata de dos hasta distintos; para otros hay solamente un hasta , y las diferencias de interpretación tienen que ver con el ámbito de la negación de A, es decir, con los elementos afectados por ella, que no coinciden en las dos versiones de (18). Volveremos sobre esto más adelante.
También ha habido debate en relación con otros matices del contenido: se ha dicho, por ejemplo, que las dos interpretaciones son en realidad dos «efectos de uso» contextuales derivados del significado único ‘extensión que va a terminar a un punto final absoluto’ (Morera, 1986: 104); se ha señalado que el hasta puntual forma unidad con el no de A, es decir, que en realidad en No se levanta hasta las 12 el nexo es no…hasta , y este nexo actúa como un exclusor de los momentos previos en que se suponía que tendría que levantarse, lo que explica de paso la impresión de ‘tardanza’ que se percibe (García Fernández, 2000: 113-115); se ha atribuido a la parte B de las construcciones con hasta puntual un valor irreal o virtual, derivado del sentido excluyente mencionado, «lo que a su vez explica que esta oración tenga un sentido implícitamente negativo que puede manifestarse explícitamente en forma de negación expletiva» (Sánchez, 1999: 2630); el valor puntual se ha relacionado, por otra parte, con el condicional, dado que «Los equipos de rescate no actuarán hasta que no sea seguro» equivale a «Los equipos de rescate no actuarán si no es seguro» (Rodríguez Muñoz, 2011: 83).
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