Es así como en 1795, Constance es admitida como miembro del Liceo de las Artes, por entonces la única asociación de esta índole en París («qui était alors la seule réunion de ce genre qui existât à Paris, et même en France»), según afirma la propia Constance (Salm, 1842, Tomo II: 301), siendo la primera mujer en hacerlo. Así lo relata ella misma con ostensible satisfacción en la nota a su poema Amyntas , primera composición de las muchas que leería en dicha sociedad literaria. La nota se incorporó en la edición de sus Obras completas :
Este Liceo se componía de sabios, gentes de letras, artistas más o menos distinguidos, y principalmente de un gran número de académicos, para quienes se había convertido en un nuevo punto de encuentro tras la disolución de las academias, que había tenido lugar al comienzo de la revolución. (…) Fue este último [Sedaine] quien hizo el informe por el cual fui admitida; algo que, hasta entonces, no se había producido con ninguna mujer. 34
En la misma nota, Constance rinde homenaje al fundador del Liceo de las Artes, conocido posteriormente como el Ateneo de las Artes («connu aujourd’hui sous le nom d’Athénée des Arts»; Salm, 1842, Tomo II: 303), y destaca la relevancia de esta sociedad literaria, así como la talla intelectual de sus miembros («il est également remarquable par le grand nombre d’hommes et de femmes à talents qui en font partie»), cuya lista enumera tras rendir homenaje a sus fundadores: «Fue en 1791, y por los cuidados y el celo infatigable del señor Désaudray, antiguo militar y hombre de letras, cuando se formó esta sociedad. Sus fundadores son (…) el Sr. Désaudray, Mentelle, Sedaine y La Lande (…). Todos los hombres célebres de la época también fueron sucesivamente miembros del Liceo de las Artes». 35
Desde esta época en que regresa a París y entra a formar parte del Liceo de las Artes, Constance se codea con personajes ilustres del mundo del arte, de las ciencias y las letras. Su apasionamiento por la causa del estudio de las artes y las letras se traduce en la apertura de un salón literario en su casa: «Establecida en París por esta boda, la señora Pipelet de Leury pronto vio cómo todas las personalidades artísticas y literarias que se encontraban en la capital de Francia acudían a sus salones, atraídas por el atractivo de su espíritu y el esplendor de su belleza». 36 Este salón perduraría y aumentaría en prestigio tras el segundo matrimonio de Constance. Pero incluso en esta primera etapa marital de su vida, Madame Pipelet de Leury es ya una apreciada salonnière del momento en París:
En aquel momento su gloria literaria se elevó a su apogeo: varias Academias la solicitaron para acogerla en su seno; los hombres más considerados de la época se sentían honrados de apoyarla; no pedía ninguna distinción y las obtenía todas. Su salón se convirtió en lugar de cita, no sólo de hombres distinguidos por las letras y las ciencias, sino también de todas las eminencias extranjeras que la gloria de Francia atraía a los muros de París. Todos querían ver a esta mujer, acogida con entusiamo dondequiera que llevara el brillo de su talento. 37
Es el momento también de las composiciones que más celebridad le proporcionaron: sus aplaudidas epístolas ( Epístola a las mujeres , de 1797, Epístola sobre las disensiones de las gentes de letras , de 1798, Epístolas a Sofía , de 1801), así como su Elogio de Sedaine , de 1797, un Informe sobre Madame de Montanclos , también de 1797, y su celebrado Informe sobre una obra intitulada: De la condición de las mujeres en una república , de 1799. De entre todos estos escritos, aquel que enseguida proporcionaría a Constance el apelativo de «Boileau de las mujeres» («Boileau des femmes» 38 ) es su Epístola a las mujeres por cuanto en ella Madame Pipelet levanta su voz en defensa de los derechos de la mujer (el derecho a acceder al mundo de las letras y las artes, a la celebridad y a la gloria literaria, así como a una instrucción adecuada). La identificación de Constance («a quien los literatos del comienzo de este siglo [XIX] le pusieron el sobrenombre de «Boileau de las mujeres» 39 ) como reverso femenino de Boileau 40 se deriva del feroz ataque a las mujeres que plasmara este poeta en sus escritos.
Pero será también el momento en que tiene lugar el único fracaso literario de Constance: el de su tragedia Camille , 41 o Amistad e imprudencia ( Amitié et imprudence ), drama en cinco actos que sólo fue representado una única vez en el año 1800 y que fue retirado por la propia autora antes de su segunda representación. La fecha proporcionada por Tisseron para la representación de Camille es la misma que ofrece Constance de Salm en el Prólogo de sus Obras completas (ambos la sitúan en 1799). Con todo, esta fecha no parece ser la correcta si nos atenemos a las dos cartas de Constance Pipelet a Mademoiselle de Salis, fechadas el 5 y el 15 de marzo de 1800, en las que se alude respectivamente al antes y al después de la representación, con lo que la fecha de representación se debe situar a caballo entre ambas cartas (por tanto, entre el 5 y el 15 de marzo de 1800). De esta manera, la fecha también coincidiría con la de la carta enviada por Constance al Diario de París ( Journal de Paris ) y fechada el 7 de marzo de 1800, anunciando que retiraba la obra de la escena tras su primera representación. Comoquiera que esta última carta –que mencionan, entre otros, Quérard 42 y Michaud 43 –se envió al día siguiente de la primera representación de Camille , según afirma la autora en el Prólogo de sus Obras completas , se puede establecer como fecha de representación el 6 de marzo de 1800.
En cualquier caso, Constance se mostrará contrariada ante el rechazo de esta tragedia por parte del público. Su irritación se pone de manifiesto en el hecho mismo de que Camille sea una de las pocas obras de peso que la autora no incluirá en los cuatro volúmenes de sus Obras completas que reúnen la práctica totalidad de su producción literaria. Con todo, la dama pone especial cuidado en mencionarla en el Prólogo de las mismas para tratar de justificar y explicar su fracaso, así como para encomiarla y señalarla como punto de inflexión en su decisión de dedicarse al género poético de las epístolas, género bien acogido por el público y por lo mismo el más indicado para proporcionarle la celebridad que ambicionaba:
Sólo diré unas palabras de un drama en cinco actos intitulado Camille , o Amistad e imprudencia , que escribí poco después y que se representó en 1799. El desenlace trágico de este drama, algo que por aquel entonces era completamente nuevo, sobre todo en la Comedia francesa, había perjudicado el efecto que debía producir, por lo que tomé al momento la resolución de retirarlo del teatro, lo que anuncié al día siguiente, mediante una carta que apareció en los periódicos. La mayoría hizo sobre esta obra artículos muy favorables y desde entonces me han presionado a menudo para que la hiciera representar de nuevo; pero me he negado constantemente a ello, por cuanto la acogida que el público brindaba a mis epístolas me había decidido a dedicarme a este tipo de poesía, que me pareció más favorable aún para la celebridad que una obra de teatro. 44
A pesar de esta protesta en defensa de su Camille , señalando que la mayoría de los periódicos le dedicaron artículos «muy favorables», no cabe duda de que hubo un buen número de críticos que arremetieron contra la obra, tal y como recogen sus biógrafos: «Este drama en cinco actos y en verso se representó en el Teatro Francés (en 1799), pero ciertas críticas injustas indujeron a la autora a tomar la determinación de retirarlo del teatro en el acto, aunque ya se hubiera anunciado la segunda representación». 45 Otros contemporáneos se esforzaron por dejar constancia de la valía de la obra, como Michel de Cubières-Palmézeaux, que calificó Camille de drama donde había una belleza de primer orden («drame où il y avait des beautés du premier ordre»). El fracaso que obtuvo la obra lo achaca a los prejuicios por parte del público frente este género más natural y verdadero (Cubières-Palmézeaux, 1812: 5).
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