Lisa Smith - Despertar

Здесь есть возможность читать онлайн «Lisa Smith - Despertar» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Despertar: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Despertar»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Stefan Salvatore, el nuevo alumno de Fell’s Church, arrastra con él un misterioso pasado y también a alguien que sólo desea venganza, su hermano Damon: su odio excede las barreras del tiempo… Ahora tratan de reproducir un mortífero triángulo amoroso que tiene en su centro a Elena, la chica más popular del instituto.

Despertar — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Despertar», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Entonces, bruscamente, las manos lo soltaron y cayó al suelo, sobre un lecho de hojas de roble húmedas y en descomposición. Dando boqueadas, consiguió izarse sobre las manos y las rodillas.

– Como ves, hermanito, soy más fuerte que tú. Lo bastante fuerte para tomar tu sangre y tu vida si lo deseo. Déjame a Elena, o lo haré.

Stefan alzó los ojos. Damon estaba de pie con la cabeza echada hacia atrás y las piernas ligeramente separadas, como un conquistador colocando el pie sobre el cuello del conquistado. Aquellos ojos negros como la noche ardían triunfales, y sus labios mostraban la sangre de su hermano.

El odio embargó a Stefan, un odio que nunca había conocido. Fue como si todo su odio anterior hacia Damon hubiese sido una gota de agua comparado con aquel océano estrepitoso y espumeante. Muchas veces en los pasados e interminables siglos había lamentado lo que había hecho a su hermano y había deseado con toda su alma cambiarlo. En aquellos momentos sólo deseaba volver a hacerlo.

– Elena no es tuya -chilló, poniéndose en pie mientras intentaba no mostrar el esfuerzo que le suponía-, y jamás lo será.

Concentrándose en cada paso, poniendo un pie delante del otro, empezó a alejarse. Le dolía todo el cuerpo y la vergüenza que sentía era aún mayor que el sufrimiento físico. Había pedazos de hojas mojadas y trozos de tierra adheridos a sus ropas, pero no se los sacudió. Luchó por seguir moviéndose, por resistir a la debilidad que lamía sus piernas.

«Nunca aprendes, hermano.»

Stefan no volvió la cabeza ni intentó responder. Apretó los dientes y mantuvo las piernas en movimiento. Otro paso. Y otro paso. Y otro paso.

Si sólo pudiera sentarse un momento, descansar…

Otro paso, y otro paso más. El coche ya no podía estar lejos. Crujieron hojas bajo sus pies, y entonces oyó crujir hojas detrás de él.

Intentó correr de prisa, pero sus reflejos casi habían desaparecido. Y el violento movimiento fue demasiado para él. La oscuridad le invadió, ocupó su cuerpo y su mente, y sintió que caía. Cayó sin fin en la oscuridad de la noche absoluta. Y luego, por suerte, ya no supo nada más.

Capítulo 16

Elena marchaba a toda prisa hacia el instituto Robert E. Lee, sintiendo como si llevara años sin aparecer por allí. La noche anterior parecía igual que algo de su lejana infancia, apenas recordado. Pero sabía que ese día tendría que enfrentarse a sus consecuencias.

La noche anterior había tenido que enfrentarse a tía Judith. Ella se había sentido terriblemente trastornada cuando unos vecinos le hablaron sobre el asesinato, y más trastornada aún por el hecho de que nadie parecía saber dónde estaba su sobrina. Cuando Elena llegó por fin a casa, cerca de las dos de la madrugada, su tía estaba muerta de preocupación.

Elena no había sido capaz de dar una explicación. Sólo podía decir que había estado con Stefan, que sabía que lo habían acusado y que sabía que era inocente. Todo el resto, todo lo demás que había sucedido, tuvo que guardárselo para sí. Incluso aunque tía Judith la hubiera creído, jamás lo habría comprendido.

Y esa mañana Elena se había dormido, y ahora llegaba tarde. En las calles no había nadie más que ella, que avanzaba presurosa en dirección al instituto. En lo alto, el cielo era gris, y empezaba a soplar viento. Deseaba desesperadamente ver a Stefan. Toda la noche, aunque había dormido de forma muy pesada, había tenido pesadillas sobre él.

Un sueño había sido especialmente real. En él veía el rostro pálido de Stefan y sus ojos furiosos y acusadores. Sostenía en alto un libro ante ella y decía: «¿Cómo pudiste, Elena? ¿Cómo pudiste?». Luego dejaba caer el libro a los pies de ella y se alejaba. Ella le llamaba, suplicante, pero él seguía andando hasta desaparecer en la oscuridad, y cuando ella bajaba la mirada hacia el libro, veía que estaba encuadernado en terciopelo azul. Era su diario.

Un estremecimiento de ira la recorrió mientras volvía a pensar en cómo le habían robado el diario. Pero ¿qué significaba el sueño? ¿Qué había en su diario para que Stefan mostrara aquella expresión?

No lo sabía. Todo lo que sabía era que necesitaba verle, oír su voz, sentir sus brazos a su alrededor. Estar lejos de él era como estar separada de su propia carne.

Subió corriendo los escalones del instituto y penetró en los pasillos casi vacíos. Marchó en dirección al aula de idiomas extranjeros, porque sabía que la primera clase de Stefan era latín. Si podía verle sólo un momento, se sentiría bien.

Pero él no estaba en el aula. A través de la ventanita de la puerta, vio su asiento vacío. Matt estaba allí, y la expresión de su rostro hizo que se sintiera más asustada que nunca. El muchacho no dejaba de echar ojeadas al pupitre de Stefan con una mirada de angustiada preocupación.

Elena se apartó de la puerta maquinalmente. Como una autómata, subió la escalera y fue a su aula de matemáticas. Al abrir la puerta, vio que todos los rostros se volvían hacia ella y se deslizó apresuradamente en el pupitre vacío que había junto a Meredith.

La señorita Halpern detuvo la lección un instante y la miró; luego continuó. Cuando la profesora se hubo vuelto de nuevo hacia la pizarra, Elena miró a Meredith.

Su amiga se inclinó hacia ella para tomarle la mano.

– ¿Estás bien? -susurró.

– No lo sé -respondió Elena estúpidamente.

Sentía como si el mismo aire a su alrededor la asfixiara, como si fuera un peso aplastante. Los dedos de Meredith tenían un tacto seco y caliente.

– Meredith, ¿sabes qué le ha sucedido a Stefan?

– ¿Quieres decir que no lo sabes?

Los ojos de Meredith se abrieron de par en par, y Elena sintió que el peso se volvía aún más aplastante. Era como estar sumergida a mucha profundidad en el agua sin un traje presurizado.

– No le han arrestado…, ¿verdad? -dijo, obligando a las palabras a salir.

– Elena, es peor que eso. Ha desaparecido. La policía fue a la casa de huéspedes a primera hora de esta mañana y él no estaba allí. También vinieron al instituto, pero hoy no se ha presentado. Dijeron que habían encontrado su coche abandonado junto a la carretera de Oíd Creek. Elena, creen que se ha ido, que se ha largado de la ciudad porque es culpable.

– Eso no es cierto -dijo Elena, hablando entre dientes.

Vio cómo algunos alumnos volvían la cabeza y la miraban, pero ya nada le importaba.

– ¡Es inocente!

– Sé que tú piensas eso, Elena, pero ¿por qué iba a irse si no?

– No lo haría. No lo hizo.

Algo ardía en el interior de Elena, un fuego rabioso que hacía retroceder el aplastante miedo. Respiraba entrecortadamente.

– Jamás se habría ido por su propia voluntad.

– ¿Te refieres a que alguien le obligó? Pero ¿quién? Tyler no se atrevería…

– Le obligaron, o peor -interrumpió Elena.

Toda la clase las miraba en aquellos momentos, y la señorita Halpern estaba abriendo la boca. Elena se puso en pie de improviso, mirándolos a todos sin verlos.

– Que Dios le ayude si le ha hecho daño a Stefan -dijo-. Que Dios le ayude.

Luego dio media vuelta y se encaminó a la puerta.

– ¡Elena, regresa! ¡Elena!

Oyó gritos a su espalda, de Meredith, de la señorita Halpern, pero siguió andando, cada vez más rápido, viendo únicamente lo que tenía justo delante, con la mente fija en una sola cosa.

Pensaban que iba tras Tyler Smallwood. Estupendo. Que malgastaran el tiempo corriendo en la dirección equivocada. Ella sabía qué debía hacer.

Abandonó la escuela, sumergiéndose en el frío aire otoñal. Avanzaba de prisa, las piernas devorando la distancia entre la escuela y la carretera de Oíd Creek. Desde allí giró en dirección al puente Wickery y el cementerio.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Despertar»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Despertar» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Lisa Smith - The Struggle
Lisa Smith
Lisa Smith - The Awakening
Lisa Smith
Lisa Smith - L'Attaque
Lisa Smith
Lisa Smith - Le reveil
Lisa Smith
Marina Marlasca Hernández - Siempre tú. El despertar
Marina Marlasca Hernández
Rosa Castilla Díaz-Maroto - El despertar de Volvoreta
Rosa Castilla Díaz-Maroto
Ignacio Tapia Torres - Introspecciones para despertar
Ignacio Tapia Torres
Ayelet Gundar-Goshen - Despertar leones
Ayelet Gundar-Goshen
Nico Serna - Despertar
Nico Serna
Angélica Santa Olaya - Feisbuqueo, luego existo
Angélica Santa Olaya
Отзывы о книге «Despertar»

Обсуждение, отзывы о книге «Despertar» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x