John Norman - Los nómadas de Gor

Здесь есть возможность читать онлайн «John Norman - Los nómadas de Gor» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Los nómadas de Gor: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los nómadas de Gor»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El terráqueo Tarl Cabot, ahora guerrero de la Contratierra, se aleja de los Montes Sardos llevando la misión de recuperar un misterioso objeto, fundamental para los destinos de los reyes sacerdotes. Los nómadas de Gor, los salvajes y peligrosos pueblos de las Carretas, conservan ese objeto.
Tarl Cabot, solo, intentará rescatarlo.

Los nómadas de Gor — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los nómadas de Gor», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—¿Y eso por qué? —pregunté.

—Es algo que le debemos a nuestra importancia.

Finalmente llegó la noche, y seguíamos juntos por las calles de Turia. A menudo bordeábamos edificios en llamas.

Llegamos a un recinto amurallado y empezamos a caminar a su alrededor.

Hasta nosotros llegaban gritos lastimeros procedentes del interior, así como también gemidos y sollozos de mujer.

—¿Qué sitio es éste? —pregunté.

—El palacio de Phanius Turmus —me respondió Harold.

—Oigo llorar a mujeres.

—Son mujeres turianas capturadas por los tuchuks. La mayor parte del botín de Turia está tras estas paredes.

Quedé muy sorprendido cuando en la puerta del recinto los cuatro guardianes tuchuks que allí se encontraban golpearon sus escudos con las lanzas tres veces. La lanza golpea el escudo una vez ante el comandante de una decena, dos veces ante el de una centena y tres veces ante el comandante de un millar.

—¡Pasad, comandantes! —dijo el jefe de los cuatro guardianes mientras se hacían a un lado.

Naturalmente, le pregunté a Harold por qué motivo nos habían saludado de esa manera. Yo había esperado que los guardias nos dieran el alto, y que luego quizás pasaríamos gracias a alguna estratagema ideada por Harold sobre la marcha, pero en ningún caso pensé que entraríamos tan fácilmente.

—¿Que por qué nos han saludado así? —dijo Harold mientras observaba el patio por el que avanzábamos—. Pues porque tienes el rango de comandante de un millar.

—No lo entiendo.

—Es un regalo de Kamchak. Le sugerí que sería apropiado recompensarte con este honor después de los esfuerzos que has hecho en la puerta aunque, todo hay que decirlo, tu actuación no fue demasiado hábil.

—Gracias.

—Como podrás suponer, también le he sugerido que me otorgase ese rango a mí, sobre todo teniendo en cuenta que el auténtico responsable de toda la acción fui yo.

—¡Oh, claro! ¡Naturalmente!

—Como podrás también suponer —añadió Harold—, no tienes a ningún millar que mandar.

—De todas maneras, es un rango con considerable poder por sí mismo.

—Sí, eso es cierto.

Por supuesto que era cierto: en los Pueblos del Carro, el rango inmediatamente superior al de comandante del millar era el de Ubar.

—¿Por qué no me lo habías dicho antes? —pregunté.

—No me parecía demasiado importante —respondió el joven guerrero.

Apreté los puños y consideré la idea de darle un puñetazo en las narices, uno que fuera lo suficientemente fuerte.

—Lo que pasa —añadió Harold— es que los korobanos le dan más importancia a estas cosas que los tuchuks.

En ese momento llegaba con Harold a un rincón del muro del jardín en el que se amontonaban los metales preciosos. Allí había de todo: bandejas, copas, cuencos repletos de joyas, collares, brazaletes, pulseras... También pude ver cajas de monedas, y otras cajas amontonadas una encima de otra repletas de barras de oro y de plata, cada una de las cuales llevaba una marca en la que constaba su peso. El palacio del Ubar es también la fábrica de moneda de la ciudad; allí acuñan las monedas, una por una, por medio de un martillo que golpea sobre la superficie plana de un troquel. Hay que decir que las monedas goreanas no se fabrican con el propósito de luego almacenarlas. Consecuentemente, el relieve puede tener mayor o menor prominencia, con lo que aumenta la libertad del artista. Por esta razón, la moneda goreana es casi siempre más bella que las de la Tierra, tan uniformemente fabricadas. Por último, cabe decir que algunas monedas de Gor son perforadas para permitir unirlas con una cuerda, como las de Tharna, por ejemplo; pero eso no ocurre con las monedas turianas, ni con la mayoría.

Más allá, y también contra el muro, había enormes montones de prendas, casi todas de seda. Eran Vestiduras de Encubrimiento. Al lado, también en un amplio montón, había numerosas armas, así como sillas y arneses. Por último vi numerosos tapices y alfombras, enrollados y listos para su transporte.

—Como comandante —dijo Harold—, tienes derecho a apropiarte de lo que se te antoje de entre todas estas cosas.

Asentí.

Siguiendo nuestro camino, entramos en un patio interior, situado entre el muro del patio exterior y el palacio.

Allí, junto al muro, había una larga fila de mujeres turianas, desvestidas, arrodilladas, y atadas unas a otras de varias maneras, algunas con correas, otras con cadenas. Lo que sí era uniforme era el modo en que tenían atadas las muñecas: alternativamente delante y detrás de sus cuerpos. A ellas era a quienes había oído desde el exterior del muro. Algunas lloraban, y otras se lamentaban, pero la mayoría permanecían en silencio, mudas por la impresión, y miraban al suelo. Dos guardianes tuchuks las vigilaban. Uno llevaba un látigo de esclavo, que utilizaba si los gritos de una de las muchachas se hacían demasiado molestos.

—Eres comandante de un millar —me dijo Harold—. Si cualquiera de estas muchachas es de tu gusto, no tienes más que decírselo a uno de los guardianes, que inmediatamente la señalará como tuya.

—No —respondí—, mejor será que vayamos directamente a encontrarnos con Kamchak.

En ese momento se produjo una riña en la puerta que conducía al patio interior. Al volverme vi que dos guerreros tuchuks, de los cuales uno tenía el hombro ensangrentado y se reía a mandíbula batiente, arrastraban a una chica que se resistía con todas su fuerzas. No llevaba velo, pero continuaba vestida.

¡Era Dina de Turia!

El tuchuk que se reía la levantó ante nosotros.

—¡Una auténtica belleza, comandante! —dijo mientras señalaba con la barbilla su hombro ensangrentado—. ¡Maravillosa! ¡Rebelde y luchadora!

De pronto, Dina dejó de dar patadas y arañazos. Levantó la cabeza y se quedó inmóvil. Respiraba fuertemente, y su expresión al mirarme era de sorpresa.

—No la pongáis en esa fila —dije—, ni tampoco le quitéis la ropa, ni le atéis las muñecas. Permitidle que se ponga el velo, si así lo desea. A esta mujer hay que tratarla con todos los respetos, como a una mujer libre. Llevadla otra vez a su casa, y mientras estemos en la ciudad, protegedla con vuestras vidas.

Los dos guerreros estaban sorprendidos, pero la disciplina tuchuk es inflexible, así que obedecieron sin rechistar.

—¡Sí, comandante! —gritaron ambos liberando a la chica—. ¡Con nuestras vidas!

Dina de Turia me miraba con gratitud.

—No te preocupes —le dije—, ahora estarás segura.

—Pero mi ciudad está ardiendo.

—Lo siento —respondí antes de darme la vuelta rápidamente para entrar en el palacio de Phanius Turmus.

Sabía que mientras los tuchuks permanecieran en la ciudad, ninguna mujer estaría tan segura como Dina, pese a que tan sólo pertenecía a la Casta de los Panaderos.

Subí corriendo los escalones seguido por Harold, y pronto nos encontramos en la sala de entrada al palacio, cubierta de mármol por todas partes. Muchas kaiilas se guarecían en su interior.

Acompañados por otros tuchuks llegamos pronto al salón del trono de Phanius Turmus, en donde vi con sorpresa que se celebraba un banquete. En un extremo de la habitación, sentado en el trono del Ubar, con una tela púrpura sobre su cuero negro, estaba sentado Kamchak de los tuchuks. Su escudo y su lanza se apoyaban contra el trono, y sobre el brazo izquierdo de éste había una quiva desenvainada. En las mesas que quedaban más abajo, y que probablemente habrían traído desde otros lugares del palacio, se hallaban sentados algunos oficiales tuchuks, e incluso algunos hombres sin rango. Les acompañaban numerosas muchachas tuchuks, ya sin sus collares y vestidas con las ropas de las mujeres libres. Todos bebían y reían. Solamente Kamchak continuaba serio. Cerca de él, en sitios de honor, ante una mesa larga y baja estaban sentados los hombres más importantes de Turia, vestidos con sus ropas más lujosas, con el cabello peinado y perfumados para el banquete. Entre ellos pude ver a Kamras, el Campeón de Turia, y también a otra persona próxima al lugar que ocupaba Kamchak, a su derecha. Era un hombre grueso, elegante, con aire decaído. Sí, aquél debía ser Phanius Turmus. Tras esos invitados permanecían en pie los guardianes tuchuks. Todos sabían que bastaría un gesto de Kamchak para que les cortaran inmediatamente el cuello.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Los nómadas de Gor»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los nómadas de Gor» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Los nómadas de Gor»

Обсуждение, отзывы о книге «Los nómadas de Gor» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x