Uwe Schomburg - El código de Babilonia

Здесь есть возможность читать онлайн «Uwe Schomburg - El código de Babilonia» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El código de Babilonia: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El código de Babilonia»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El mayor sueño de la Humanidad está a punto de ser desvelado. Las tablillas halladas en las ruinas de la antigua Babiloniacontienen símbolos cuneiformes que esconden la clave genética de la inmortalidad. La revelación de ese secreto supondría el fin de la influencia de la Iglesia, y un poderoso grupo denominado Los Pretorianos de las Sagradas Escrituras cruzará todos los límites para evitarlo. Así, cuando un ex policía y una científica intentan descifrar las reliquias, se ven arrastrados a una carrera por toda Europa, en la que el asesinato y la traición forman parte de las reglas del juego. Lo que prometía ser el sueño cumplido de los hombres, puede convertirse en una auténtica pesadilla para el género humano. Solo una persona puede ayudarles a desentrañar el misterio: el mismísimo Papa. ¿Pero qué tiene que ver un hombre de Dios con tablillas de arcilla sumerias y los dioses paganos de Babilonia?

El código de Babilonia — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El código de Babilonia», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Los haces de luz bailaron sobre el sendero de grava, continuaron paseándose hacia adelante, volvieron a continuación, e inundaron todo en luz incandescente.

Thornten se giró para no cegarse.

El piloto giró el helicóptero en paralelo al muro del monasterio mientras flotaba sobre el barranco. Lentamente se fue acercando al sendero de grava con la cabina de pilotos inclinada hacia arriba. En la puerta lateral abierta permanecían agachados dos hombres, asegurados con cinturones, los cuales sostenían un rifle cada uno en sus manos. Detrás, dos tiradores más se mantenían de pie.

– ¡Alto! ¡Quédense donde están!

La resonante voz procedente de los altavoces salía disparada por la colina como un aullante viento a la vez que los haces de luz se aferraban a los diferentes objetivos.

Los hombres de Sullivan que iban en cabeza perdieron los estribos, se lanzaron de rodillas y comenzaron a dispararle al helicóptero.

Delante de Thornten saltaban guijarros sueltos mientras una de las balas atravesó silbando el suelo. Después otra, y otra más. Al zumbido de los rotores se le sumaron los latigazos de los disparos procedentes de las armas de repetición.

La ráfaga de proyectiles se paseó delante de Folsom y Purcell sin impactar en ellos. Inmediatamente después, la tormenta de balas despedazó a los dos hombres que iban en cabeza. Sus cuerpos se contornearon mientras sus últimos disparos retumbaban en los oídos de Thornten como el aullido estridente a las puertas del infierno.

Thornten quedó atrapado con la imagen de una masa ensangrentada que hasta hacía un momento había sido la frente de una persona. Sobre el pecho del otro se alargaba de forma oblicua una fila de oscuros agujeros de los que manaba sangre clara.

Folsom se detuvo embargado por el horror y levantó los brazos, mientras Zoe Purcell se agachaba hacia uno de los tiroteados y se apoderaba de su pistola.

– ¡Atrás! ¡Atrás!

Thornten se dio media vuelta y le apretujó a Jasmin, que se encontraba justo detrás de él, el cañón de la pistola en el estómago.

– ¡Si se le ocurre hacer ahora alguna tontería, será el fin para usted! -auguraba Thornten al tiempo que reforzaba la presión del arma-. ¿Lo ha entendido?

Sus rostros casi se tocaban. Los ojos de Thornten centelleaban como los de un demente. El pánico y la salvaje determinación se convirtieron en aliados para luchar juntos.

– Gire hacia el helicóptero y comience a caminar con tranquilidad y con las manos bien separadas. Para que puedan ver que no lleva armas -Thornten giró a la vez, permaneciendo detrás de ella en todo momento.

Los hombres de Sullivan permanecían tendidos y repartidos por todo el sendero pedregoso mientras apuntaban hacia el helicóptero, pero sin disparar.

¡Ríndanse! ¡Depongan las armas! -retumbó de nuevo desde los altavoces.

Sullivan permanecía de pie al lado de Dufour a la vez que mantenía agarrada del cuello a Anna y sostenía el cañón del arma contra su sien.

– ¡Debemos regresar! -gritó Thornten a Sullivan.

En ese mismo momento, dos monjas comenzaron a correr, mientras la vicaria permanecía en su sitio con las manos en alto.

¡Haga algo! -gritó Thornten.

– ¿Quiere que les dispare también a ellas? -respondió Sullivan a gritos y arengó a uno de sus hombres tendidos en el suelo con la punta del zapato-: ¡Sam! Encárgate de ellas.

Sam levantó la cabeza, permaneció observando el helicóptero sin saber muy bien qué hacer y a continuación dio un salto. Comenzó a esprintar detrás de las monjas que iban a la fuga. Tuvieron que transcurrir cinco segundos hasta que consiguiera atraparlas.

De pronto, sonó el estruendo de un único disparo.

El fogonazo procedente de la puerta lateral del helicóptero era estridente como un rayo. Sam se arqueó y cayó. Su mano se aferró al hábito de la monja, tirándola consigo.

Pero la monja se incorporó de nuevo, continuó corriendo hasta alcanzar la puerta de la capilla y deslizarse detrás de las demás monjas dentro del edificio.

El helicóptero flotaba inmóvil en el aire, y procedente de los altavoces, sonó de nuevo la orden para la rendición.

– ¡Al más mínimo movimiento, nos pueden pegar un tiro! -siseó Sullivan mientras echaba una breve ojeada a su hombre tiroteado.

– ¡Pero nosotros también a nuestros rehenes! ¡Solo disponemos de esta oportunidad! ¡Vamos! -Thornten resollaba por la tensión.

Ellos comenzaron a moverse con pequeños pasos laterales para deshacer el camino al mismo tiempo que mantenían delante de ellos sus escudos humanos en dirección al helicóptero. La vicaria permanecía de pie indecisa hasta que se le acercó por detrás Zoe Purcell hostigándola con un arma en la espalda.

– Esto lo estaba deseando desde hace rato. ¡No piense que no le voy a disparar!

* * *

Claude Dauriac se mantenía detrás de los tiradores en la parte lateral del helicóptero y observaba con frialdad la masacre de esos cerdos.

A los hombres del Groupe d'Intervention de la Gendarmerie Nationale no se les disparaba. Eso en Francia lo sabía cualquiera. Incluso los amotinados carcelarios interrumpían sus revueltas cuando ellos hacían acto de presencia; y el crimen organizado hacía tiempo que había comprendido que cuando los hombres del GIGN utilizaban el poder de sus armas era porque asumían todas las consecuencias.

Dauriac tenía la certeza de recibir el respaldo de sus superiores. Dentro de la unidad especial imperaba la premisa de que la protección más eficiente de los rehenes y la de sus propios hombres se basaba en el uso de las armas de fuego contra los captores.

Constituían una force de choc , una fuerza de choque implacable. La prevención y disuasión eran los principios fundamentales de su filosofía. Quien, a pesar de ello, continuaba ofreciendo resistencia se convertía en el responsable de sus actos, no el GIGN. Aquí no había lugar para los sentimentalismos. El GIGN priorizaba su propia seguridad. Así eran las cosas.

Dauriac era consciente de que su modo de proceder se había convertido a menudo en la diana de todas las críticas… incluso en su propio país y a pesar de sus éxitos.

Y en este caso debía tener, incluso, mayor cuidado. El papa había expresado claramente que deseaba dialogar y convencer, no matar.

Dauriac suspiraba. Él tendría cuidado, pero si atacaba, desataría el infierno.

* * *

Chris permanecía tendido en la rampa y observaba la retirada.

Se concentró en Thornten, quien utilizaba a Jasmin como escudo humano y acababa de aparecer en el rincón del muro, donde la pared del edificio transcurría en dirección a la puerta de la capilla hasta derivar en un ángulo muerto.

El helicóptero había aparecido como un genio de la lámpara sobre el barranco. Debía de tratarse del equipo de seguridad del comando de escolta del papa. A pesar de ello, continuó tendido en el suelo. Ellos no sabían quién era él, y seguían disparando sin piedad.

Estiró el brazo y apuntó. Thornten se ubicaba dentro de la luz flotante de los focos, y su espalda formaba una diana perfecta. Sin embargo, Chris vaciló. Si no realizaba un disparo certero, Thornten podría conservar todavía la fuerza suficiente como para apretar el gatillo.

«Siempre has sido un buen tirador», se decía a sí mismo para armarse de valor.

Chris tragó, seguía vacilando.

Thornten y Sullivan avanzaban mientras tanto de espaldas hacia la puerta de la capilla. Sullivan gritó a sus hombres, los cuales se levantaron dubitativos y se apresuraron en trasladarse agachados y de espaldas. A su vez, Zoe Purcell tiraba de la monja entre zarandeos mientras Folsom corría cerca de ellas.

Transcurrieron los últimos segundos. Thornten y Jasmin desaparecieron por el ángulo muerto.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El código de Babilonia»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El código de Babilonia» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Uwe Klausner - Walhalla-Code
Uwe Klausner
Katharina Pistor - El código del capital
Katharina Pistor
Uwe Holtschoppen - Ole, der Heide
Uwe Holtschoppen
Uwe Frankenhauser - Piano Morte
Uwe Frankenhauser
Quark-Uwe Klingeling - Die Elefanten-Epen
Quark-Uwe Klingeling
Uwe Habenicht - Draußen abtauchen
Uwe Habenicht
Uwe Habenicht - Freestyle Religion
Uwe Habenicht
Uwe Behrens - Feindbild China
Uwe Behrens
Aldivan Teixeira Torres - O Testamento - O Código De Deus
Aldivan Teixeira Torres
Отзывы о книге «El código de Babilonia»

Обсуждение, отзывы о книге «El código de Babilonia» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x