Del deán Funes a Simón Bolívar:
«Refiriéndome el ministro García este suceso [el corte tajante que ha dado el Dictador del Paraguay a la negociación iniciada por el ministro inglés en Buenos Aires],aproveché esta oportunidad para hacerle palpable cuán errada era la empresa de reducir esta fiera por el camino de la razón, y cuán acertado era en cambio el pensamiento de V. E. de hacerle sentir por el Bermejo la fuerza de sus armas… Yo he creído de mi deber poner en noticia de V. E. todo esto, porque entiendo que le proveo bastante materia a la fecundidad de su genio, y porque según mi opinión la empresa no debe abandonarse.» (Setiembre 28 de 1825.)
Nota de Juan Esteban Richard Grandsire:
«El extracto del periódico precitado habla de amenazas de parte del general Sucre si el jefe del gobierno del Paraguay no tomaba en consideración los pasos que suponían hechos por Bolívar para obtener la libertad de M. Bonpland. Es conocer muy poco el genio y el carácter del Dictador Perpetuo al creerle susceptible de ceder al temor, o a una amenaza indirecta: el hombre que desde hace doce años tiene las riendas del gobierno del Paraguay y que ha sabido acallar las pasiones y mantener la tranquilidad interior y exterior de los vastos estados que gobierna, a pesar de las intrigas y las revoluciones de los gobiernos vecinos, no será jamás considerado como un hombre vulgar por los hombres sensatos, y las amenazas podrían atraer sobre M. Bonpland una catástrofe deplorable que se puede evitar por una gestión directa del cónsul general de Francia en Río de Janeiro, y mejor aún si el pedido viniese de París.» (Setiembre 6 de 1826.)
11- Una de las Cortas es ilustrativa a este respecto. Transcribe verbatim et literatum la que el sargento escocés David Spalding (radicado en Corrientes después de desertar de las invasiones inglesas) escribe a sus amigos, los hermanos Robertson, reclamándoles el cumplimiento de una pequeña «deuda». La carta del sargento Spalding está fechada en la época de los sucesos ocurridos a Juan Parish en la Bajada, por lo que también resulta, en este aspecto, el «documento» de un testigo de vista, a pesar de su enrevesada sintaxis y ortografía.
He aquí los párrafos pertinentes de la carta escrita en inglés:
«Tengo verdadero pesar en comunicar a usted la novedad que acabo de recibir por el hecho que don Agustín, el patrón del bergantín de Ysasys [sic] [se trata de José Tomás Isasi] encontró a su hermano de usted en el río San Juan, como tres leguas abajo del puerto de Caballú Cuatiá, quien había sido yevado o debuelto por los soldados de Artigas que lo asaltaron en la Vajada cuando venía aguas arriba trayendo armas para El Supremo del Paraguay. El 25 de este mes pienso ponerme en camino para ese lugar, y si puedo prestarle cualquier servicio a él, haré todo lo que esté al alcance de mi poder y cortos recursos, y de allí saber cómo van las cosas.
»Envié de la costa del río para entregar a ustedes por don Enrique de Arévalo (apodado el Tucu-tucu), una cadena de oro, una cruz ídem, cuatro anillos ídem, de esos memoriales para regalos y otros quantos que valen menos de lo que pesan pero lucen muchísimo más de lo que valen. Sírvase decirme si los ha recibido o no, pues el embiado no es del todo de fiar en estas comisiones. La cadena de oro tenía dos yardas de largo, y sería una lástima que anduviera colgando donde no deve, muy más cuando todavía se me deve el precio de su costo.
»Espero que a la fecha habrán vendido ustedes mi muchacha mulata, y tendrá usted, ahora que su hermano está preso y ni Dios sabe cuándo lo soltarán, la bondad de enbiarme el precio della en yerva suave de la primera calidad y en la primera oportunidad.» (Robertson, Notas.)
1¡Estos gringos de mierda deben ser echados como perros!
1«Lector de novelas de caballería escritor él mismo de bodrios insoportables; uno de los más decididos pedantes del siglo, este esplandián español naturalizado paraguayo, el más vil sabandija que he conocido en todos los años de mi vida. Su fuerte es la historia, pero muchas veces hace actuar a Zoroastro en China, a Tamerlán en Suecia, a Hermes Trimegisto en Francia. Intrigante de la peor calaña, se debatía en la miseria hasta que se colocó de espía junto al Supremo Dictador, ante quien goza, según me informan, de gran predicamento. Noche a noche, me ha estado leyendo algo vagamente parecido a una biografía novelada del Supremo del Paraguay. Abyecto epinicio en el que pone al atrabiliario Dictador por los cuernos de la luna. En cuanto al Imperio y a mí, el Amadís se refiere en los términos más innobles. Amparado en la impunidad, en la ignorancia, en la vileza, ha derramado sobre el papel una espantosa mescolanza de infamias y mentiras. Lo peor de todo es que he tenido que soportar con fingida y entusiasta admiración la lectura del delirante manuscrito a lo largo de estos dos años. Forzado a escuchar al truhán de su autor, los dos hemos llorado a lágrima viva entre el espeso humo de excrementos vacunos que se queman aquí para combatir la insectería. Sus lágrimas son para mí el mejor homenaje de su emoción y sinceridad, de su admiración y respeto por nuestro Supremo Dictador; se ha atrevido a decirme el biógrafo y espía del sultán del Paraguay. ¡Es el tormento, la humillación más atroz, que se me han infligido jamás!» (Inf. de Correia, Anais, op. cit.)
1El compilador desea aclarar que el lapsus y la mención no le corresponden; el informe confidencial de Correia menciona textualmente este apellido, según puede consultarse en el tomo IV de Anais, p. 60. (N. del C.)
1 Oé… oé… hace mucho tiempo nuestro Gran Señor dicen que nació.
1Declaración del guardia Epifanío Bobadilla:
…¿Qué está haciendo Smd.Joséph Mana?,dice el sumareado que preguntó al reo. Nada, centinela. Tirando al aire pedos-de-monja. ¿Y la india que está abajo, escondida en la zanja? Eá, ella recoge bolas-de-fraile nomás.Vaya, urbano, ocupe el retén. Lo voy a denunciar por hacer abandono de su puesto de imaginaria. No diga a nadie nada de lo que ha visto y oído. Usté no ha visto ni oído nada. ¿Me ha entendido, centinela? Está bien, Smd. D.Joséph Mana. Retírese pues soldado. ¡Fiiir… carrera maaar! me ordenó Dn. joséph Mana. ¿No ve que si usté curiosea, la monja tiene vergüenza? Esconde el culo. No sabe llover sus pedos forrados de viento-norte. Las bolas-de-fraile se secan en la falda de la Olegaria. Mándese a mudar, urbano. Ahí va una caxeta de dulce para usté y mis recuerdos a su hermana, declara el sumareado centinela Bobadilla que le dijo el reo. Oído lo cual el urbano se retiró llevándose la caxeta.
1Combinación de la expresión Expende Hannibalen de un verso de Juvenal (Sátiras, X, 147): Pesa a Aníbal: ¿Cuántas libras de ceniza hallarás en aquel gran capitán?, y la frase de la rogativa cotidiana ordenada a los prelados seculares y claustrales por el congreso del I ° de junio de 1816 que eligió a El Supremo como Dictador Perpetuo de la República, en sustitución a la jaculatoria De Regem, que se rezaba antes. (N. del C.)
2¡Que nazca algún día un vengador de mis cenizas! (Virgilio, Eneida, 625).