• Пожаловаться

Yasmina Khadra: La parte del muerto

Здесь есть возможность читать онлайн «Yasmina Khadra: La parte del muerto» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Современная проза / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Yasmina Khadra La parte del muerto

La parte del muerto: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La parte del muerto»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Un peligroso asesino en serie es liberado por una negligencia de la Administración. Un joven policía disputa los amores de una mujer a un poderoso y temido miembro de la nomenklatura argelina. Cuando este último sufre un atentado, todas las pruebas apuntan a un crimen pasional fallido. Pero no siempre lo que resulta evidente tiene que ver con la realidad. Para rescatar de las mazmorras del régimen a su joven teniente, el comisario Llob emprende una investigación del caso con la oposición de sus superiores.

Yasmina Khadra: другие книги автора


Кто написал La parte del muerto? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

La parte del muerto — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La parte del muerto», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Algunos llegaron a participar en ella.

– ¿Por qué exhumar esos muertos después de tantos decenios de silencio cómplice?

– Porque Hach Thobane se había vuelto demasiado molesto y comprometía sus proyectos.

– ¿Qué proyectos?

– Eso sólo lo saben ellos y el diablo.

– Si Thobane era tan molesto, ¿por qué no matarlo simplemente? Tenían para elegir: accidente, envenenamiento, cualquier cabronada de esas les venía al pelo. ¿Por qué toda esa mascarada, esa manera de remover la mierda histórica y ese escándalo tan grande?

– Los revolucionarios tienen su propio estilo para ajustar cuentas entre ellos. Una muerte accidental o un asesinato atribuido a un desequilibrado mental habrían acabado con el hombre, pero no con su leyenda ni con sus discípulos. Tenía que morir en carne propia y en la estima ajena. ¿Quién podría hoy presumir de ser de la escuela de Hach Thobane, quién se atrevería a jactarse de haber sido su íntimo o su confidente? El escándalo lo ha arrasado todo a su alrededor. Como una nube radiactiva. Hasta los que vivían a su costa van a tener que ir afilando sus colmillos en otra parte. El oprobio acompañará a Hach Thobane allá donde se mencione su nombre. La Historia acaba de renegar de él, la memoria de la nación no quiere que se le vuelva a mencionar. Ya no es sólo un abyecto perjuro: es el olvido. Su imperio no tendrá ruinas, pues jamás ha existido. De este modo nuestra gloriosa revolución podrá volver a marcar el paso con la conciencia limpia, hermosa como una recién casada.

– Lo que no entiendo es su ensañamiento. ¿Por qué tanto odio por un hombre que no era mucho peor que la mayoría de aquellos cuyo valor usted ha alabado en sus escritos?

Aplasta su cigarrillo en un cenicero de cristal y se levanta. Su aliento me sumerge. Su nariz se topa con la mía y sus labios dan la impresión de estar a punto de devorarme crudo.

Dice:

– En la noche del 12 al 13 de agosto de 1962, uno de los miembros de la familia Talbi consiguió efectivamente escapar de la matanza. Los asesinos lo estuvieron buscando durante meses, quizá años. A veces pasaron a su lado sin reconocerlo. Buscaban a un chico. Pero el superviviente no era un chico, sino una chica…

Ni siquiera el martillo de Tor me habría machacado de tal modo. No reconozco mi voz cuando exclamo:

– ¿Usted?

Capítulo 24

He estado dando vueltas en mi cama como un gusano en su fruta. No se me va de la cabeza el bolígrafo que se le rompió entre las manos a Soria, en aquella cabaña oculta en el fondo del bosque, por los alrededores de Sidi Ba; ni su voz, que, unas horas atrás, parecía provenir de ultratumba: Los gritos de mi hermano siguen golpeando mis sienes. Corrí por el bosque, corrí y seguí corriendo. Las ramas me arañaban el rostro, me hacían cortaduras en las piernas y me arrancaban los pelos sin frenar mi huida desenfrenada. Aquella noche la luna estaba llena como una urna. Me apuntaba con su antorcha para orientar a mis perseguidores. Por mucho que corriese, siempre la tenía encima, como un mal presagio. De haber tenido alas no habría corrido tanto con la cara vuelta hacia el calvero donde estaban rematando a lo que más quería en el mundo. Desde aquella noche jamás he podido volver a mirar hacia adelante. Vaya donde vaya, haga lo que haga, no consigo apartar la mirada de aquello. En el orfanato, en la universidad, en Argel, en Barcelona, estudiando, dando clase, mi cabeza siempre ha estado vuelta hacia ese calvero, agarrotada por un tortícolis que me cercenaba el cuello como un collar de hierro… Tenía que remontar el tiempo, volver a la casilla de donde partieron mis desgracias, destripar esa fosa común, sacar a los míos de su encierro, liberarles de su pena, darles por fin descanso y, en consecuencia, sosegar mi alma…

– ¿Por qué no duermes? -gime Mina.

– Quizá porque no he hecho otra cosa en mi vida.

Aparto las mantas, me pongo las zapatillas y voy a la cocina en busca de un vaso de leche. Veo la nevera, un montón de vasos en el fregadero, pero ni una gota de leche. Alguno de mis retoños ha llevado la osadía hasta comerse la naranja que había apartado para mí. Regreso a mi dormitorio. Mina se enrosca en las sábanas con la cara descompuesta. Decido no fastidiarle el sueño y me meto en el salón. Fumo pitillo tras pitillo, tumbado sobre el banco acolchado. Son las dos de la mañana. Fuera, un malcriado va dando bocinazos a vaya uno a saber qué, sin preocuparse por los niños que duermen como benditos ni por los convalecientes. Me acerco a la ventana. El malcriado sigue armando follón durante un par de minutos antes de lanzar su cacharro a tumba abierta por el barrio. Probablemente sea un borracho que ya no sabe volver a su casa. Vuelve el silencio, alelado tras su largo paseo. En la acera, una mendiga cubre a sus críos como puede con sus escasos trapos para preservarlos del frío. Un perro pasa a su lado mirando hacia otra parte, hasta tal punto la indigencia humana sobrepasa toda forma de entendimiento… ¡Dios mío, es para morirse de pena!

¿Y tú, Argel, por qué te resulta tan triste la vida?

Regreso a mi banqueta y apago el cigarrillo en un platillo de taza de café. Intento, con la cabeza entre las manos, poner en orden mis ideas.

Si Soria es el superviviente Belkacem Talbi, y el verdadero Belkacem Talbi había muerto, ¿quién era SNP? Por supuesto, un ilustre anónimo, un pasado virgen, una página en blanco sobre la cual se podían permitir escribir cualquier historia. Por lo que se le adjudicó la de aquellos ajusticiados. Así fue como se urdió toda la trama. Exactamente como les pareció a ellos. Ya sólo quedaba creérsela. Y yo me la creí de pe a pa. ¡Menudo estúpido! Yo, que presumía de experto en los incontables engranajes que habían pretendido triturarme, que pensaba que las había visto de todos los colores sin convertirme en daltónico, me veo de nuevo con el culo al aire.

– ¿Quieres que te prepare café?

¡Mi pobre Mina! Siempre complicándose la vida por culpa de mis tormentos.

– ¿Te he vuelto a despertar?

– No pasa nada. De todos modos, no tengo sueño.

– Ven a mi lado.

Obedece. Mi brazo le rodea el cuello. La aprieto contra mi pecho. Sus manos vacilantes y púdicas se buscan antes de abrazarme por la cintura. Hundo mi cabeza en su cuello y me dejo disolver en su aliento. Fuera, el malcriado regresa con su claxon. Ya puede alborotar a toda la ciudad que no estoy para nadie.

Mina se adormece en mis brazos. La tumbo sobre el banco acolchado con infinita precaución, la cubro con una sábana y voy a mi cuarto a cambiarme. Yo también debo reventar a toda costa el absceso.

Circulo por la ciudad dormida sin detenerme en los semáforos. Las calles desiertas me dan alas. Voy flechado hacia adelante, apretando a fondo el acelerador.

Llego al manicomio hacia las cuatro de la mañana. Detengo el coche en el aparcamiento y me bajo. Desde la montaña baja un viento epileptoide, cargado de polvo y de hojas secas, que se abalanza sobre los árboles como un drogado sobre sus alucinaciones. Arriba en el cielo, donde empieza a dispersarse una horda de nubes panzudas, la luna está más crecida que su propio espanto. Diríase que la noche no le inspira nada bueno. Muy lejos, en el horizonte, una tormenta amaga una fiesta, pero su algarabía no consigue apagar el rumor de los vergeles.

Encorvado para protegerme de las ráfagas, llego titubeando hasta los dormitorios envueltos en tinieblas. Tengo la impresión de estar cruzando el limbo de mi locura.

Llego hasta el alojamiento del profesor Aluch. No se ve luz tras las persianas. Doy puñetazos a la puerta hasta desollarme los nudillos.

– ¡Ya abro! -grita una voz gargajosa-. No estoy sordo.

Una llave abre la puerta.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La parte del muerto»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La parte del muerto» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


John Connolly: Todo Lo Que Muere
Todo Lo Que Muere
John Connolly
Yasmina Khadra: El Atentado
El Atentado
Yasmina Khadra
Åsa Schwarz: Ángel caído
Ángel caído
Åsa Schwarz
Mari Jungstedt: Nadie lo ha visto
Nadie lo ha visto
Mari Jungstedt
Отзывы о книге «La parte del muerto»

Обсуждение, отзывы о книге «La parte del muerto» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.