Sergio Pitol - Cuentos

Здесь есть возможность читать онлайн «Sergio Pitol - Cuentos» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Cuentos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Cuentos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Sergio Pitol, la realidad de escenarios y la influencia de las literaturas no le han impedido a Sergio Pitol la creación de un mundo auténtico. El incendio que amenaza a cada uno de los personajes y el cerco de palabras que no ofrece resquicios pertenecen a un escritor profundamente singular. Al renunciar a escribir en la bitácora del extranjero, Sergio Pitol se ha vuelto nativo de su propio mundo, un mundo tan intenso y rico en cambios y matices como el más vigoroso de los elementos, el fuego.

Cuentos — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Cuentos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

¡Torna, Te resino! ¡Te resino, torna súbito !

¡Camilo, non ti vedró mai piu !

Y uno simple, elemental:

¡Figlio! ¡Figlio !

Jóvenes y ancianos se acongojan, lloran, gritan en cubierta. Parecería que aquellos trajes estrechos y entallados fueran a reventar de un minuto a otro debido a las convulsiones que por dentro los sacuden. A mi lado unas viejas sicilianas se destrozan la garganta con gritos y lamentos emitidos en una jerga indescifrable.

* * *

Los rostros, las manos, los pañuelos, se hacen cada vez más diminutos. Al fondo queda la ciudad, colorida, soleada, procaz; luego ella también desaparece. Han comenzado a circular unas botellas de vino; las sicilianas, que hacen por vez segunda el viaje, paladean con fruición la bebida y hablan de Nueva York, de Manhattan. Muchos se acercan a oírlas; los ojos enrojecidos, pero secos; uno entre tantos, un anciano, enarbola su bastón y canta a voz en cuello:

– Mazzolin dei fiori…

La multitud, recuperada, responde con alegría genial:

– Che vien de la montagn…

El ritmo se ha restablecido. ¿Quién ahora va a acordarse de las ancianas que por calles de Nápoles, trepadas en pletóricos autobuses, enlutadas, cubiertas con toscos pañolones, van musitando su oquedad? Nueva York, Manhattan, América, son ahora el presente.

A bordo del «Leonardo da Vinci». Enero de 1962.

Asimetría

Para Luz del Amo

Apenas logra recordar el inicio de la conversación. De cierto sólo sabe que en un momento se levantó, saltó, bailó de alegría para asombro de su hermana, de sus sobrinos y del amigo de su sobrina, a la vez que comentaba que siempre había sabido lo que aquel muchacho sostenía, sí, eso, que el mundo era asimétrico, que la esencia de la materia, de la energía, ¿o de qué diablos, de la vida? era asimétrica. Eso lo explicaba todo: la fuga de Tolstoi de Iasnaia Poliana, la vasta estirpe de Jack el destripador, los cuartetos de Beethoven, la existencia de Auschwitz, los gestos perfectos de la Dietrich, la ebria adolescencia de Rimbaud y sus marchitas jornadas abisinias, la transformación del dinosaurio en iguana, del caballo en cerdo, la obra entera de Shakespeare. Pero ya en ese momento le comenzó a pesar, por una parte, la certidumbre de que no había logrado comprender de qué hablaba, y, por otra, la sospecha de que toda especie animal busca siempre la simetría, si es que simetría era, como él entendía, la regularidad de hábitos que en conjunto determinan el metabolismo de la Naturaleza. Si el hombre desecha una forma, se dijo, era para sustituirla por otra igualmente aspirante a ser simétrica. Ni Altamira, ni el Barroco ni el Bauhaus eran excepción a esa regla, antes por el contrario…

Y antes se refirió a la ópera

como ejemplo de la aspiración del hombre a crear una forma absoluta, la forma extrema donde el artificio lo es todo: el esquema totalizador de los sentimientos, el lento corte en el espacio de un brazo o de una espada, la caída mortal en medio de un aria inacabable… ¡Las cosas que ahí se dicen! Nadie en la vida se comporta de esa manera, menos cuando está por morir, ni siquiera cuando ama o cuando descubre que ha sido traicionado. ¿Se ha sabido de alguien que en un instante de desesperación se levante y declare: Vissi d’arte, vissi d’amore, non feci mai male ad anima viva!?

– Claro que no -dijo una vez Lorenza, cuando él, muy al principio de su amistad con las hermanas, oponía tímidos reparos al género-, pero quien de verdad ha amado no ha hecho sino expresar en el momento preciso, no tanto las palabras de Cavaradosi: amore que seppe a te vita serbare ci sarà guida in terra, in mar nocchiere e vago farà il mondo a risguardare , sino esa desesperada intensidad que sólo la música que las acompaña logra hacer posible.

– Igual que cualquiera de los tiranos de hoy día repite, sin saber el nombre del personaje o la pieza a que corresponde, alguna línea de un Ricardo o Enrique shakespeariano -añade, como al azar, Celeste.

– Tienes razón, pero no es exactamente a eso a lo que me refiero. En la ópera el lenguaje ideal al que todos aspiramos se potencia con la música -le arrebata Lorenza la palabra-. Claro que es necesario cierto grado de pureza, tanto del autor para crear la forma como del espectador para integrarse a ella. Creerá usted, Ricardo, que hay un momento en que después de oír una fuga de Bach yo soy esa forma, soy-ya-la-fuga. En las otras artes, en la literatura, por ejemplo…

Pero Lorenza por lo general se detiene ahí como si se sumiera en meditaciones profundas. La verdad es que su campo de lecturas era en extremo reducido. Su hermana estaba mejor informada, sabía muchas cosas. En la literatura inglesa daba la impresión de moverse como pez en el agua.

Desde luego en la ópera, en la literatura, en el arte en general, por tratarse de la expresa creación de una forma, esa referencia a la simetría era más visible que en los otros órdenes de la existencia.

Pero, ¿era el artista en sí una asimetría de la Naturaleza, igual que el orate, el criminal o el místico, o era simplemente otro punto de mira que permitía establecer una nueva relación simétrica con el todo?

Simetría: proporción adecuada de las partes de un todo entre sí y con el todo mismo, según el Larousse.

– Sí -repite-, en el arte todo puede explicarse, orientarse y resolverse de la manera que mejor nos plazca. Pero, en cambio, en las relaciones humanas, las que surgen del mero tedio de la vida cotidiana, para no hablar ya de las que crea la pasión… ¡qué exceso de palabras desgastadas, qué montañas de despojos, de costras y cáscaras del lenguaje para llegar a nada!

Hubo un momento durante una enfermedad en que estuvo a punto de morir. ¡De esa enfermedad y Vio entonces una especie de tejido, algo de las visiones que le semejante al revés de un tapiz donde unos produjo les ha hablado hilos de color terroso se trenzaban entre hasta marearlos! sí, se ataban aquí y allá en nudos de distintos tamaños. Cada detalle era en sí confuso, pero el total creaba una forma cerrada. Supo, aún en medio del delirio, que ése era el trazo y el esquema de su vida. ¿Cómo saber si aquella superficie, sus rugosidades y contornos definían una forma simétrica?

¿Simétrica en relación a qué? ¿Y a qué venía ese ejemplo? ¿Qué ilustraba, qué era a fin de cuentas lo que deseaba decir? -se preguntaron todos.

Sencillamente a tratar de explicar lo que ha sido su vida, entenderla ligada a la hipótesis del joven científico amigo de su sobrina, quien comentó que el estudio del neutrón había revelado el principio asimétrico de toda forma de vida, y a su posterior confusión al advertir que no sabía en realidad de qué hablaba. Volvió entonces, ante el fastidio de los demás, a repetir algunas anécdotas personales sobre sus sueños de estudiante y su estancia en París. De ahí las alusiones a una tal Lorenza, a una tal Celeste, mujeres que en alguna ocasión sostuvieron que una de las necesidades esenciales a la especie humana era la de crear una forma y conciliarse con ella, lo que era válido en todos los terrenos, el religioso, el artístico y aun el meramente vegetativo de la existencia diaria. Confiesa que a medida que envejece los cauces de la vida, sus posibilidades, le resultan cada vez más agobiadoramente triviales. No dice, en cambio, que cada día que pasa es mayor su necesidad de responsabilizar a los demás de sus fracasos, que lo único que a veces siente que lo rescata del marasmo definitivo es el sufrimiento. Despedir a una sirvienta puede producirle días de agonía, meterlo en cama, repetirle de manera activa el agobio de la expulsión: la pérdida del reino.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Cuentos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Cuentos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Cuentos»

Обсуждение, отзывы о книге «Cuentos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x