Sergio Pitol - Cuentos

Здесь есть возможность читать онлайн «Sergio Pitol - Cuentos» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Cuentos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Cuentos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Sergio Pitol, la realidad de escenarios y la influencia de las literaturas no le han impedido a Sergio Pitol la creación de un mundo auténtico. El incendio que amenaza a cada uno de los personajes y el cerco de palabras que no ofrece resquicios pertenecen a un escritor profundamente singular. Al renunciar a escribir en la bitácora del extranjero, Sergio Pitol se ha vuelto nativo de su propio mundo, un mundo tan intenso y rico en cambios y matices como el más vigoroso de los elementos, el fuego.

Cuentos — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Cuentos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

María.-Tú imponías tales modalidades.

Juan.-Pero no era yo el único responsable. Eras perfectamente consciente de tu fuerza, ¿por qué entonces no impusiste un cauce seguro a nuestras relaciones? Yo hubiera obedecido. Parecías gozar en señalarme las pistas falsas cuando yo esperaba soluciones precisas.

María.-¿Crees que eso a mí no me preocupaba? Pero por encima de la pasión, sentía por ti, y nunca fuiste capaz de comprenderlo, un respeto que era casi culto. Atropellar tu voluntad me hubiera producido la peor de las vergüenzas. Por otra parte, constantemente me hacías sentir como sí te obligara a permanecer a mi lado. Eras un muchacho extraño; y yo no poseía toda la fuerza que me atribuyes.

( Hay un silencio un tanto prolongado. María parece estar entregada al recuerdo. Juan quiere hablar, pero no encuentra las palabras. De pronto ella sonríe y parece salir de su letargo. )

María.-¿Quieres un poco de café?

Juan.-No, gracias. Hoy he tomado varias tazas.

María.-Yo sí me prepararé un poco, estoy muy cansada. ( Sin embargo, no hace el menor ademán de levantarse. )

Juan ( con visible esfuerzo ).-María, me has hecho mucha falta. Nunca sabrás lo que fueron estos años en el extranjero. Sufrí, realmente sufrí como no tienes idea.

María ( dura, amargamente ).-No debías haber vuelto. Ningún bien nos hace conversar de esta manera; además, los diálogos sobre lo que no fue resultan, por lo general, grotescos.

Juan ( interrumpiéndola ).-¿Quieres decir que ni siquiera vas a permitir que te visite?

María . -No creo que haya nada por aclarar entre nosotros.

Juan ( con ansiedad ).-¿Y los dos años que pasé a tu lado? ¿Es que en verdad se han borrado?

María ( dolorosamente ).-Se han perdido del todo. ¿No te he dicho que después de mi intento de suicidio desapareció hasta el menor vestigio de tu imagen?

Juan ( se levanta, esboza una sonrisa que es más bien una triste mueca, en tanto que le tiende la mano a María ).-Adiós, María. Me voy.

María ( le toma de la mano ).-¿Por qué no te quedas unos minutos más?

Juan . -No creo que tenga caso.

María-No sé, pero deberías quedarte. Si ya no vamos a vernos más…

Juan.-Bueno… ( vuelve a sentarse ).

María.-Sabes, siento por dentro una especie de resquemor malsano al verte sentado frente a mí. Creo que sólo por humillarme una última vez te he pedido que permanecieras en lugar de arrojarte de mi casa. Tú aquí, tan tranquilo, como si entre nosotros nada hubiese sucedido, en tanto que para mí el olvido se ha vuelto ya imposible.

Juan.-Siempre has sido dura. Dejas, como entonces, que el rencor te penetre, para luego, a todo precio, cobijarte en él. Ni siquiera los años han reblandecido esa costra de odios y resabios amargos que forma tu armadura*

María.-Aquel viaje a Querétaro, los azotes en la puerta cuando salías, tus borracheras, los insultos. Te encarnizabas conmigo, inventabas mil y una torturas para agraviarme.

Juan.-¡Mentiras! Era yo tonto y nada más. Me dolía hacerte mal; casi nunca me daba cuenta de ello hasta que en tu semblante descubría que el daño estaba consumado.

María ( exaltada ).-Porque como ser humano yo no contaba para ti; era solamente María a quien se le podía decir todo lo que viniera en gana, con quien uno podía acostarse cuantas veces se le antojara. Nunca merecí tu respeto, es triste reconocerlo pero así fue. Como persona era menos que cero.

Juan . -¡Falso! Te obstinas en recordar únicamente los momentos desagradables como si no hubiera habido otros. Algunas veces llegamos a comprendernos, a ser dichosos.

María . -¿Dichosos? Nunca lo fuimos, Juan. Al menos yo no lo recuerdo.

Juan.-¿Y nuestro primer viaje al mar? ¿Y los muchos ratos pasados en tu casa oyendo música, leyendo, charlando?

María.-Momentos que tú interrumpías bruscamente, porque eras muy joven y en tu casa, según decías, te exigían llegar temprano.

Juan . -No era mi culpa.

María . -Después me enteraba de que al salir de mi casa te ibas al café a encontrarte con tus amigos, y que a veces pasabas con ellos la velada entera.

Juan.-María, ¿no vas a entender que siempre te he querido?

María ( violenta ).-Nada de chantajes. Esta vez no vas a lograr engatusarme como entonces.

Juan.-Te has vuelto vulgar.

María . -Siempre lo he sido.

Juan . -No es verdad. ( Nuevamente vuelven a quedar en silencio ) ¿Vives a gusto aquí?

María.-Sí, en lo que cabe. Me he vuelto conformista, aunque algunas veces no sabes cómo echo de menos mi antiguo cuchitril de Insurgentes. ¿Lo recuerdas?

Juan.-¿Crees que podría olvidarlo?

María . -Uno se olvida de tantas cosas.

Juan . -¡María…!

María ( cortante ).-¿Qué?

Juan.-¿No podríamos…?

María .- ¡No!

Juan . -Hemos vivido mucho tiempo distanciados, tal vez hayamos alcanzado la madurez que nos faltaba. ¿Qué nos impide rectificar nuestros errores? Démonos una nueva oportunidad.

María . -Hemos tenido ya más de una y las perdimos.

Juan.-¿Pero no entiendes que te quiero?; y estoy seguro de que tú, aunque te obstines en negarlo, no has logrado olvidarme.

María.-Tu vanidad es conmovedora: nada, al parecer, ha logrado transformarla. Para ti sigo siendo solamente María, a la que puedes llegar cuantas veces se te ocurra. Ahora estás solo, triste, cansado, ¡a quién recurrir en un momento así sino a María, a la vieja y sumisa María! ¿Te has preguntado siquiera si tengo relaciones amorosas con alguna otra persona? ¡Ni pensarlo! María no puede ser sino de tu exclusiva propiedad, y todos estos años debió haberlos consumido suspirando por el momento en que te dignaras volver; y si la pobre ha tenido algún que otro amorío lo hizo para tratar de olvidarte, sin conseguirlo, como es natural. Y si ahora le ha dado la chifladura de enamorarse de otro hombre, a terminar inmediatamente con él, porque Juan ha vuelto y ella debe vivir exclusivamente pendiente de su voluntad, con su imagen incrustada en medio de la frente, para que el día que a él mejor le parezca, cuando lo considere pertinente, sin una palabra, sin un adiós, desaparezca de nuevo como la sabandija que es. Gracias, querido, de eso he tenido ya mi ración.

Juan,-Estás haciendo melodrama, María.

María.-Perdóname; hay cosas que todavía me llagan. Lo cierto es que te he mentido: no puedo olvidar el pasado; vivo confinada en el rencor y la desolación que hace doce años me produjo tu huida, y aunque sé bien que eso significa cercar absurdamente la existencia no me resigno a romper ese cerco, a abolir las barreras. Creo que en definitiva esa obcecación es mi único sostén. A tu lado viví, lo demás ha sido sólo un simulacro, un dejarme resbalar por el tiempo sin ton ni son. Por eso defiendo y defenderé con ahínco el odio que me inspiras: para tener siempre presentes los momentos en que me acercaste a la vida.

Juan . -No entiendo nada, María. Ahora podríamos ser felices ya sin tales trabas. Esa actitud ya no vale, no hoy que he venido a buscarte; algo deben habernos enseñado estos doce años ( pausa breve ). Mira, he vuelto porque en todo este tiempo fue imposible olvidarte. La sed de ti fue haciéndose de tal manera ardiente que llegó un momento en que el verte era ya exigencia inaplazable. Solamente tu recuerdo me hizo volver a México.

María . -Constantemente decías que me necesitabas, y sin embargo el día menos pensado te marchaste.

Juan.-Aún es tiempo de rehacer muchas cosas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Cuentos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Cuentos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Cuentos»

Обсуждение, отзывы о книге «Cuentos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x