Joanne Harris - Chocolat

Здесь есть возможность читать онлайн «Joanne Harris - Chocolat» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Chocolat: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Chocolat»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El chocolate es algo más que un placer para los sentidos. Por eso para el párroco la llegada al pueblo de Vianne Rocher, una singular mujer que decide montar una chocolatería, no puede ser sino el primer paso para caer en la tentación y en el pecado. Y frente a él, la joven Vianne solo puede apelar a la alegría de vivir de las gentes.

Chocolat — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Chocolat», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Los encontré todavía en la tienda, tenían la chocolatera colocada sobre el mostrador entre los dos, ya medio vacía. Joséphine tenía los ojos enrojecidos, pero daba la impresión de que se había sacado un peso de encima, casi parecía feliz. Roux se reía de algún comentario que ella le había hecho, sonido que a mí hubo de parecerme extraño por lo poco familiar y hasta exótico, porque rara vez se lo había oído. Por espacio de un momento se apoderó de mí un sentimiento que era casi de envidia y pensé: «Son el uno para el otro».

Más tarde hablé del asunto con Roux, aprovechando que Joséphine había salido a hacer unas compras. Se mostró muy cauteloso, procurando no manifestarse al hablar de ella, pero sus ojos brillaban, como si tuviera una sonrisa a flor de labios. Al parecer, sus sospechas ya se habían centrado en Muscat.

– Hizo muy bien abandonando a aquel hijo de puta -dijo con voz que destilaba veneno-. Lo que llegó a hacer… -por un momento pareció cohibido, se movió, desplazó la taza en el mostrador sin razón alguna, volvió a dejarla en su sitio-. Un hombre de esa calaña no se merece una mujer -farfulló-. ¡Menuda suerte la suya!

– ¿Y usted qué piensa hacer? -le pregunté.

Se encogió de hombros.

– No se puede hacer nada -me dijo como sin darle importancia-. Lo negará todo. Son cosas que no interesan a la policía. Además, prefiero que la policía no se meta en esto.

No me dio detalles. Supuse que en su pasado había ciertas cosas que no habrían resistido un escrutinio minucioso.

Desde entonces, sin embargo, Joséphine y él han hablado muchas veces. Ella le sirve chocolate y bizcochos cuando él interrumpe su trabajo y a menudo los oigo reír. Joséphine ya no tiene aquella mirada asustada y ausente. Me he dado cuenta de que ahora pone más atención en su aspecto. Esta mañana, sin ir más lejos, me ha anunciado que quería ir al bar a recoger algunas de sus pertenencias.

– Te acompañaré -le digo.

Pero Joséphine movió negativamente la cabeza.

– Puedo ir sola -parecía feliz, satisfecha de haber hecho acopio de tanta decisión-. Además, Roux dice que si no me enfrento con Paul… -se ha interrumpido como si se sintiera cohibida-. En fin, que he decidido ir, eso es todo -declara, muy colorada pero muy decidida-. Tengo que recoger libros, ropa… antes de que Paul lo tire todo, quiero llevarme lo que es mío.

Asentí.

– ¿Y cuándo piensas ir?

Y ya, sin vacilación alguna, dice:

– El domingo. Cuando él esté en la iglesia. Con un poco de suerte podré entrar y salir del café sin encontrármelo. No necesito mucho tiempo.

La miro.

– ¿Seguro que no quieres que te acompañe?

Vuelve a decirme que no con un gesto.

– Además, no estaría bien.

Aquella expresión decorosa suya me ha hecho sonreír, pese a lo cual sabía a qué se refería. Aquél era su territorio, un territorio que pertenecía a ella y a su marido, marcado de forma indeleble por el rastro de la vida que habían compartido. Yo allí no tenía nada que hacer.

– Todo irá bien -dice con una sonrisa-. Sé cómo hay que manejarlo, Vianne. No es la primera vez.

– Espero que no haya necesidad de manejarlo.

– No la habrá -con un gesto que tenía algo de absurdo, tiende la mano y roza la mía, como si quisiera tranquilizarme-. Te prometo que no será necesario.

33

23 de marzo

Domingo de Ramos

Dobla la campana y su tañido rebota contra las paredes encaladas de casas y tiendas. También resuena en el empedrado, noto su zumbido sordo a través de las suelas de los zapatos. Narcisse nos ha provisto de rameaux, cruces de palma que distribuiré al final de la ceremonia y que los feligreses llevarán toda la Semana Santa en la solapa, dejarán en alguna repisa de su casa o prenderán en la cabecera de la cama. A usted también le llevaré una, père, y un cirio para que lo tenga encendido junto a la cama. No hay razón para negarle esta tradición. Las enfermeras me observan con aire divertido y mal disimulado. Sólo el temor y el respeto al hábito que visto les impide dar rienda suelta a sus risas. Sus rostros sonrosados y aniñados se animan con secreto regocijo. En el pasillo, sus voces jóvenes suben y bajan pronunciando frases que la distancia y la acústica del hospital hacen ininteligibles:

«Se figura que lo puede oír… oh sí… se cree que va a despertar… no, ¿en serio?… ¡no!… habla con él… una vez lo oí… rezaba… -después se oyen risas como de colegialas- ¡ji ji ji ji ji ji ji!…», es como si acabara de romperse el hilo de un collar y todos los abalorios rodaran por las baldosas.

Como es lógico, no se atreven a reírse en mis narices. Parecen monjas con sus blancos y pulcros uniformes, los cabellos sujetos a la nuca bajo las cofias almidonadas, los ojos bajos. Niñas de convento que murmuran fórmulas de respeto -«oui, mon père, non, mon père»- pero con el corazón rebosante de júbilo secreto. También mi congregación tiene ese mismo espíritu taimado -la mirada vivaracha durante el sermón, pero una prisa inusitada por ir a la chocolaterieasí que se termina-, si bien hoy todo está en orden. Me saludan con respeto, casi con miedo. Narcisse se disculpa porque los rameaux no son palmas propiamente dichas, sino cedro retorcido y trenzado para simular aproximadamente la hoja más tradicional.

– No es un árbol autóctono, père -se justifica con voz gutural-. Aquí no crecería bien. Las heladas la queman.

Le doy unas palmadas en el hombro con gesto fraternal.

– No se preocupe, mon fils -su retorno al redil ha suavizado mis maneras y me hace indulgente, comprensivo-, no se preocupe.

Caroline Clairmont me coge la mano entre sus dedos enguantados.

– Una ceremonia emocionante -dice con voz cálida-. ¡Qué maravilla!

Georges se hace eco de sus palabras. Luc está pegado a su madre y tiene un aire taciturno. Detrás de él están los Drou con su hijo, que lleva un cuellecito de marinero y tiene una actitud sumisa. No veo a Muscat entre los que salen, pero supongo que debe de estar ahí.

Caroline Clairmont me dedica una mirada socarrona.

– Parece que lo hemos conseguido -me dice con aire satisfecho-. Ya tenemos una petición suscrita con más de cien firmas…

– ¿Por lo del festival del chocolate? -la interrumpo en voz baja y tono displicente.

El lugar es demasiado público para tratar el tema. Pero no parece captar la alusión.

– ¡Naturalmente! -exclama en tono alto y exaltado-. Hemos distribuido doscientos folletos y hemos recogido las firmas de la mitad de los habitantes de Lansquenet. Hemos ido casa por casa… -se calla un momento para corregirse-… bueno, casi casa por casa -sonríe con afectación-, hay algunas excepciones obvias.

– Ya comprendo -digo con voz glacial-. Bueno, tal vez podríamos discutir el asunto en otro momento.

Veo que ha captado el desaire. Se pone colorada.

– Por supuesto, père.

Es evidente que ella está en lo cierto. Los resultados han sido palpables. Durante los últimos días la chocolatería ha estado prácticamente desierta. Después de todo, la actitud condenatoria del Comité de Residentes no es moco de pavo en una comunidad tan cerrada como la nuestra, como lo es igualmente la desaprobación tácita de la Iglesia. ¿Cómo van a comprar, divertirse, atiborrarse de dulces ante esa mirada de desaprobación…? Para obrar así se necesitaría mucho más valor, un espíritu de rebeldía mucho más fuerte que el que pueda infundirles esa tal Rocher. Al fin y al cabo, ¿cuánto tiempo lleva aquí esa mujer? La oveja descarriada acaba por volver al redil, père. Por puro instinto. Esa mujer ha sido para ellos como un pasatiempo pasajero, sólo eso. Pero al final todo acaba por volver a su cauce. No es que quiera engañarme hasta el punto de figurarme que actúan de esa manera por sentimiento de contrición o espiritualidad -es cosa sabida que las ovejas no se distinguen por sus facultades mentales-, pero sus instintos, instilados en ellos desde la cuna, son sólidos. Sus pies los devuelven a casa, aunque su cabeza los haya conducido por el camino equivocado. Hoy he sentido una repentina explosión de amor hacia ellos, son mi rebaño, mi gente. Quisiera tener las manos de todos entre las mías, sentir su calor, gozar de su respeto y de su confianza.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Chocolat»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Chocolat» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Joanne Harris - Blackberry Wine
Joanne Harris
Joanne Harris - W Tańcu
Joanne Harris
Joanne Harris - Runas
Joanne Harris
Joanne Harris - Zapatos de caramelo
Joanne Harris
Joanne Harris - Jeżynowe Wino
Joanne Harris
Joanne Harris - Czekolada
Joanne Harris
Joanne Harris - Runemarks
Joanne Harris
Joanne Harris - Holy Fools
Joanne Harris
Joanne Harris - Sleep, Pale Sister
Joanne Harris
Joanne Sefton - Joanne Sefton Book 2
Joanne Sefton
Отзывы о книге «Chocolat»

Обсуждение, отзывы о книге «Chocolat» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x