Bellavista, santuario
Primer santuario chileno, santuario nacional, Cenáculo de Bellavista, bendecido por el P. Kentenich el 20 de mayo de 1949. En su altar el Padre Fundador depositó parte de la Epistola perlonga y en su interior pronunció la famosa “Plática del 31 de mayo”, en la que invita a una contracorriente (Gegenstrom) evangelizadora desde los santuarios filiales hacia Europa.
Bolchevismo*
Con el término «bolchevismo» (Bolchewismus), lo mismo que con la expresión «colectivismo», Kentenich no se refiere necesariamente a un sistema político concreto, aunque las ideologías comunistas y socialistas proporcionen en los años 30 el contexto inicial. Mediante el vocablo «bolchevismo» Kentenich describe una mentalidad o espíritu de masificación, cosificación y desafección. El “hombre bolchevique” es equivalente al hombre-masa y al hombre-máquina, un individuo disociado de todos los vínculos naturales y sobrenaturales, despersonalizado, desarraigado y descristianizado. En el universo del 31 de mayo el bolchevismo es el modo de caracterizar el efecto del mecanicismo en la cultura.
Probablemente una de las fuentes para explicar la insistencia en el término sea el trabajo del historiador de la cultura René Fülöp-Miller, Geist und Gesicht des Bolschewismus. Darstellung und Kritik des kulturellen Lebens in Sowjet-Rußland (Espíritu y rostro del bolchevismo. Presentación y crítica de la vida cultural en la Rusia soviética, 1926). En este libro se contrapone precisamente el espíritu bolchevique al espíritu cristiano.
Bornewasser, arzobispo*
Franz Rudolf Bornewasser (1866-1951) fue arzobispo de Tréveris, diócesis en la que estaba incardinado Schönstatt durante el periodo del régimen nazi. En 1946 hizo un laudatorio reconocimiento del Movimiento Apostólico de Schoenstatt y de la comunidad de las Hermanas de María. Este informe fue enviado a Roma, a la Sagrada Congregación de Religiosos. Sin embargo, en febrero de 1949, motivado por los juicios adversos de algunos obispos alemanes debido al actuar de los miembros de Schoenstatt al interior de las diócesis, decide enviar a Monseñor Bernhard Stein como delegado para efectuar una visitación canónica. Más adelante, y en atención a los escasos resultados de esta visitación, Bornewasser solicitó la intervención de Roma.
Carta del 31 de mayo*
El 31 de mayo el P. Kentenich le escribió una breve carta a su Excelencia el arzobispo Bornewasser. Esta misiva acompañaba la respuesta al informe de Mons. Stein. Su intención era aclarar la naturaleza del debate con el Visitador: una discusión científica, no personal. No se trata de un texto extremadamente relevante, pero importa no confundir esta carta con la Epistola perlonga o la “Plática del 31 de mayo”.
Carta a José
En medio de la confrontación de Schoenstatt con la Iglesia, una de las medidas del Visitador Apostólico fue la elaboración de un nuevo Estatuto General para el Movimiento. En la preparación solo participarían los sacerdotes diocesanos schoenstattianos. El P. Kentenich, enterado de la situación, le trasmitió al superior de la Comunidad, P. Joseph Schmitz, su preocupación frente a estas medidas. La trascripción de esta carta de 1952 es constitutiva de este texto, de ahí que se la conozca también como la “Carta a José” (Josef-Brief).
El interés primero de este trabajo estaba en defender el espíritu de Schoenstatt fuertemente cuestionado, antes incluso que discutir sobre las medidas organizativas. De ahí que la primera parte de esta larga carta se dedique a la ley fundamental y la ley de construcción de Schoenstatt. “Una fuerte limitación o reducción adecuada de poder en lo organizativo-jurídico, unida a una plenitud de poder extraordinariamente rica en lo vital”.
Más adelante aborda la «Alianza de Amor» como la fuente de vida de Schoenstatt, y contempla bajo esa luz los acontecimientos del 20 de enero de 1942 y del 31 de mayo de 1949. El texto es importante porque aquí tenemos una de las primeras reflexiones de Kentenich sobre lo sucedido en Bellavista.
Colectivismo*
Ver Bolchevismo.
Cruz de la Unidad*
Se le considera el símbolo plástico de la misión del 31 de mayo. La cruz de la unidad surgió entre los cursos de seminaristas palotinos procedentes de Bellavista que se estaban formando en Brasil y Suiza. En un tiempo marcado por rencillas al interior de la Familia de Schoenstatt en Chile, ella se impuso como la cruz de los vínculos. Es símbolo de la “bi-unidad”, en la que Cristo es inseparable de María, y María es inseparable de Cristo en la obra de la Redención. Fue entronizada en Bellavista en la medianoche de la Navidad de 1960. Este hecho es conocido como el «Milagro de la Unidad».
Decreto de autonomía
Ante las crecientes tensiones suscitadas al interior de la Sociedad de Apostolado Católico en relación a la Obra de Schoenstatt, los cardenales Joseph Frings, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Julius Döpfner, Raúl Silva Henríquez y Laurean Rugambwa solicitaron al Santo Padre, Juan XXIII, que el asunto de Schoenstatt pasase del Santo Oficio a la competencia de la Congregación para los Religiosos y que bajo la supervisión de este organismo se elabore un nuevo Estatuto General para la Obra que reglamentase su independencia de la Sociedad de Apostolado Católico. Esta petición fue acogida el 2 de enero de 1963. El 3 de diciembre del mismo año, el obispo de Münster, Joseph Höffner, fue nombrado “Moderator et Custos” de la Obra de Schoenstatt, y como Asistente, Mons. Wissing. Simultáneamente fue designado el P. Hilarius Albers, O.P. delegado para una nueva Visita canónica pontificia (Tercera Visitación) de la Obra de Schoenstatt. Después de que todos los obispos alemanes se pronunciaran por su independencia jurídica, la Santa Sede la promulgó el 6 de octubre de 1964 y a su vez fue nombrado el citado Mons. Wissing como Administrador Apostólico. El 18 de octubre se da a conocer en Schoenstatt esta noticia cuando se celebraban los 50 años de la fundación del Movimiento.
Finalmente, el 6 de enero de 1965, Pablo VI confirmó la autonomía jurídica de la Obra mediante un escrito personal.
Engel, Hna. Emilie*
La Hna. Emilie Engel (1893-1955) participó en 1926 de la fundación de la Comunidad de las Hermanas de María. En 1946 el P. Kentenich le encomendó la conducción de una de las primeras Provincias de la comunidad, pero una parálisis progresiva fue restringiendo cada vez más su actividad. Es vivo testimonio del valor sanador de la pedagogía del Padre Fundador. El Papa Benedicto XVI le otorgó el título “venerable Sierva de Dios” mediante el decreto sobre sus virtudes heroicas.
Epistola perlonga
Estudio escrito por el P. Kentenich como respuesta al informe escrito del Visitador, Mons. Stein, cuya primera parte fue enviada desde el Santuario de Bellavista en Santiago de Chile el 31 de mayo de 1949. Debe su nombre a la paráfrasis hecha por el propio P. Kentenich de “Epistola apologetica permagna”, como fue llamada por el segundo visitador, P. Tromp. Se suele confundir con la propiamente llamada «Carta del 31 de mayo», una misiva muy corta a Mons. Bornewasser que acompañaba este estudio, pero aún más con la «Plática del 31 de mayo» pronunciada por el P. Kentenich en el Santuario ese mismo día. La Epistola perlonga consta de cuatro entregas adicionales, a saber: 1) Segunda entrega desde Argentina, Villa Ballester el 26 de junio de 1949; 2) Tercera entrega desde Londrina, Brasil, el 10 de Julio de 1949; 3) Cuarta entrega desde Jacarezinho, Brasil, el 25 de Julio de 1949; y por fin 4) Quinta entrega desde Londrina, Brasil, el 31 de Julio de 1949.
El contenido central de este extenso escrito es una defensa de los postulados pedagógicos schoenstattianos cuestionados por el informe del Visitador en cuyo trasfondo se hace perceptible a los ojos del P. Kentenich una mentalidad mecanicista imperante en el Episcopado alemán y aún más allá. En dicho estudio, el P. Kentenich desarrolla sus postulados pedagógicos fundamentales a medida que va rebatiendo las críticas que le son hechas. Así pues, se explaya sobre temas como obediencia, principio paternal (Elternprinzip), filialidad, pedagogía del amor e intimidad familiar (Geschlossenheit).
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