TODOS LOS TEMBLORES DESPUÉS DEL TERREMOTO
Configurar la experticia en un país sísmico
Lorena B. Valderrama
Ediciones Universidad Alberto Hurtado
Alameda 1869 – Santiago de Chile
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www.uahurtado.cl
Primera edición abril 2021
Los libros de Ediciones UAH poseen tres instancias de evaluación: comité científico de la colección, comité editorial multidisciplinario y sistema de referato ciego. Este libro fue sometido a las tres instancias de evaluación.
Este libro ha sido realizado gracias al apoyo de la Facultad de Ciencias Sociales y del Departamento de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado.
ISBN libro impreso: 978-956-357-299-5
ISBN libro digital: 978-956-357-300-8
Dirección editorial
Alejandra Stevenson Valdés
Editora ejecutiva
Beatriz García-Huidobro
Diseño interior
Gloria Barrios
Diseño colección y portada
Francisca Toral
Diagramación digital: ebooks Patagonia
www.ebookspatagonia.com info@ebookspatagonia.com
Imagen de portada: Terremoto de 1906. Autor: Karl Richard Linderholm
Fotografía Patrimonial. Museo Histórico Nacional.
Con las debidas licencias. Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en las leyes, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamos públicos.
Para Amalia.
Índice general
Prefacio
Agradecimientos
Introducción
Configuración de experticias
Sismógrafos de papel
PRIMERA PARTE Observadores
Marinos
Astrónomos
Comisionados
Testigos
Políticos
Ingenieros
Profesores
SEGUNDA PARTE El servicio sismológico de Chile
Redes
Instrumentos
Polémicas
Discursos
Conclusiones
Bibliografía
Notas
Prefacio
Temblando, con el cabello erizado y las rodillas que parecían querer rompérsele, se deslizó Jerónimo por el declive del suelo del edificio, con el propósito de salir por el boquete que el choque de ambos edificios había abierto en la pared delantera de la prisión. Apenas estuvo a salvo cuando un segundo temblor hizo que toda la calle se desplomase por completo.
Heinrich von Kleist, Das Erdbeben in Chili, 1807.
Kleist en El terremoto en Chile (1807) imagina a un condenado a la pena capital conectado a un niño recién nacido: muerte y vida al mismo tiempo en el lejano Reino de Chile de 1647. La tierra en movimiento no hacía otra cosa más que desatar la irrupción de lo imprevisto, ante unos personajes súbitamente liberados del yugo del destino. Es como si el sino de Chile no fuese el acontecer infausto proclamado por Rolando Mellafe en los años 80 del siglo recién pasado, sino más bien la tensa calma de saberse en el interregno de lo esperadamente inesperado. Los terremotos desde siempre han significado para este país la incertidumbre ante la catástrofe y hasta resulta curioso advertir que no existan suficientes estudios que lo hayan abordado. Un problema tan recurrente que se hace invisible para sus habitantes. El presente libro nos alumbra la historia de este capítulo.
Los movimientos de tierra, nombrados ruptura, quiebre o fractura, ¿no son tópicos de los que hace uso la ciencia sismológica hoy? Esto nos habla de cambios, de escenarios posibles en los que se pone a prueba nuestros edificios, instituciones y conocimientos. Pero toda prueba requiere un evaluador: alguien debe decirnos si estaremos seguros en nuestras casas, si haremos los movimientos adecuados para salvar nuestras vidas o, por el contrario, ya no debemos temer ante la sacudida de la tierra. He aquí el gran problema de la sismología, y que por cierto este libro aborda con rigor y sobriedad estilística: la predicción. ¿Quién actúa como vocero de los terremotos? ¿Cómo afianza lo que Michel Foucault llamaría su “lugar de enunciación”? Entonces de lo que se trata no es investigar la historia de la sismología como si fuera un conjunto de explicaciones racionales que dan cuenta de la naturaleza del subsuelo a través de sus instrumentos, sino de poner en evidencia cómo fue ganando terreno a otros saberes y cancelando todo discurso alternativo. En otras palabras: hay que dibujar la silueta del experto.
El siglo XIX fue un período donde el experto sismológico se movió en un terreno líquido e inestable. Este libro nos hace desfilar a marinos, astrónomos, comisionados, testigos, políticos, ingenieros y profesores, pero también a nuevas máquinas de medición que prometían seguridad y razonamiento científico. ¿Cómo se hicieron un espacio de legitimidad? ¿Cómo participaban de lo público? Acá se nos dice que la experticia se construye, pero no basta con enunciarlo: se requiere escudriñar los archivos buscando lo que otros han pasado de largo; suspender la confianza de los delindes disciplinarios con los que hoy miramos el ayer y, por sobre todo, no olvidar que alguna vez la electricidad del sol, el magnetismo de la luna o las conjunciones astrales fueron la respuesta de lo que hoy buscamos bajo nuestros pies. Este libro nos lleva a esos tiempos.
Carlos Sanhueza Cerda
Agradecimientos
Este libro ha sido realizado gracias al apoyo de la Facultad de Ciencias Sociales y del Departamento de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado. Su investigación se desprende en gran medida de la tesis doctoral de la autora titulada “Observando la catástrofe: terremotos y conocimiento sísmico en Chile (1868-1912)”, para optar al título de doctora en Historia de Ciencia y Comunicación Científica de la Universidad de Valencia, la cual fue guiada por el Dr. Pedro Ruiz-Castell y se realizó con el apoyo de la Beca Doctoral del Programa de Formación de Capital Humano Avanzado de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt), Becas Chile 72110790.
También han contribuido en gran medida las y los integrantes del Laboratorio de Historia de la Ciencia, Tecnología y Sociedad, quienes desde el año 2016 han enriquecido el debate historiográfico en el área en general, aportando de manera generosa con observaciones y comentarios específicos a este trabajo. Especialmente a Carlos Sanhueza y Verónica Ramírez con quienes más he podido realizar investigaciones y discusiones al respecto; Gabriela Polanco por su ayuda en el trabajo de archivo y Patricio Leyton por su generosidad en compartir referencias.
En tercer lugar, agradezco a las personas que facilitaron el acceso a muchas fuentes analizadas en esta investigación, como es el caso de Deborah Coen, catedrática del Programa de Historia de la Ciencia y la Medicina de la Universidad de Yale, quien me facilitó las fuentes de la Comisión Suiza; Sergio Barrientos, director del Servicio Sismológico Nacional, quien me permitió acceder a la Colección Fernand Montessus de Ballore; Sandrine Granet por proporcionar fuentes primarias impresas de la State Library of Western Australia; y Patricia Liberona y Alessandro Chiaretti del Archivo Central Andrés Bello, Raimundo Silva Labbé de la Biblioteca Histórica de la Armada y René Cortínez Castro SJ del Archivo de la Compañía de Jesús de Chile, por siempre facilitarme las consultas realizadas. Así como también a quienes ayudaron en la traducción desde el francés, el alemán y el italiano, como Mar Cuenca, Carolin Schmitz, Caroline Borges, Maira Mora y Viola Campanini; y a quienes han ayudado en la edición de este libro: Alejandra Stevenson y Beatriz García-Huidobro de Ediciones Universidad Alberto Hurtado, Felipe Vilo, Stefan Meier y Macarena Rojas Ábalos quienes ayudaron con la pre-edición del libro y a los y las evaluadoras del presente libro, cuyas observaciones y sugerencias han permitido desarrollar esta propuesta de la forma en que se presenta.
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