Imaginó una situación hipotética, en la que se interrogaría a un grupo de personas –antes de su ingreso al compromiso del contrato social-, ignorantes de todos los hechos sociales y económicos, para que definan las instituciones políticas bajo las cuales querrían vivir.- Teniendo en cuenta que, tras el velo de ignorancia , ninguna conocería el grupo social al que pertenecería (menos aún si éste está privilegiado o desfavorecido en el contexto social) y por lo tanto rechazaría las instituciones justificadas por motivos utilitaristas.
De tal modo, las personas se verían inducidas a adoptar reglas que tengan que ver con la ética y la justicia en las relaciones sociales, tales como la igualdad en el grado de libertad de las personas, la posibilidad universal de buscar cargos y lugares de mayor recompensa, y la distribución de la riqueza en la sociedad, que debería ser tal que quienes tienen menos estén mejor de lo que estarían bajo cualquier otra distribución, sea pareja o desigual.
¿POR QUÉ LA DEMOCRACIA ES MEJOR?
Que en el siglo XXI la mayoría de los habitantes del mundo vivan en países en los que rige el sistema democrático, debería llevarnos a concluir que es el mejor sistema de vida y de gobierno.- Sin embargo, el incumplimiento de muchos objetivos sociales e individuales de la democracia contemporánea, han llevado a muchos autores a teorizar acerca de la existencia de un “malestar” con la misma.- Ciertamente que, puestos en el análisis de las precondiciones teóricas para la organización de la vida civilizada, seguramente surgirán parámetros que nos conducirán a determinar los sistemas más adecuados. Cuestión distinta es, a la luz de los resultados, la demostración de la idoneidad del sistema para el cumplimiento de las precondiciones que nos llevaron a determinar como el mejor.
1. ¿El sistema democrático está determinado por un imperativo moral? La pregunta que formulamos de modo liminar es el presupuesto del análisis. En la definición de un sistema de convivencia, ¿juegan exclusivamente razones utilitarias o también razones morales? ¿hemos de considerar parámetros éticos de legitimidad para la elección de la forma de gobierno?, ¿existe una razón moral que legitima el gobierno democrático por encima del resto? ¿la monarquía o la aristocracia padecen de un vicio de inmoralidad del que carece la democracia? Estos interrogantes tuvieron su respuesta a lo largo de la historia, en el análisis de los filósofos desde la antigüedad hasta el presente.
Se estableció de modo generalizado en la doctrina política moderna, que las dos bases fundamentales de la democracia son la libertad y la igualdad , de modo tal que resultan valores que son inherentes y resultan los pilares éticos sobre los cuales se asienta el sistema.
En nuestra opinión, siguiendo a Rawls, consideramos que existe en la democracia un componente moral que la legitima como el resultado natural de la esencia humana. El derecho de decidir acerca de su propio destino, es ínsito a la esencia del ser humano como individuo y como conviviente con otros de su misma especie. Si la democracia es la posibilidad de vivir y gobernarse en el marco de las decisiones, las capacidades y los intereses de los propios seres humanos, moralmente no existen justificativos que avalen que determinadas personas de la sociedad –una élite- tengan personalidad atributiva por sobre las otras.
De manera tal que, tanto la monarquía, la aristocracia, la autocracia y todo sistema que imponga la superioridad de una parcialidad iluminada, ya sea de una persona o de un grupo, por sobre el conjunto, no tiene justificativo racional ni moral.
2. ¿Cuáles son los justificativos utilitarios de la democracia? Con parámetros de eficiencia y resultado, ¿por qué hemos de considerar a la democracia como el mejor sistema para manejarnos en una sociedad? ¿por qué es mejor un gobierno popular? ¿por qué una comunidad estaría mejor gobernada si las decisiones se adoptan con la opinión del mayor número de personas posible? ¿por qué la democracia es mejor que la monarquía o que la aristocracia? ¿por qué una persona “iluminada”, o una élite capacitada, no son potencialmente más idóneas para adoptar mejores decisiones que un universo de personas, muchas sin la preparación adecuada? ¿Es la democracia sistémicamente más adecuada para el gobierno de una comunidad? ¿Su vigencia depende de sus resultados?
Las razones filosóficas de la superioridad del sistema democrático sobre otros, fundamentadas en el utilitarismo , fueron expuestas por los autores desde Mill hasta mediados del siglo XX.
Sin embargo, la justificación pragmática a las concepciones utilitarias, están dadas por las experiencias que determinaron una expansión sustancial del sistema durante los siglos XX y XXI24:
3. Fallas en los sistemas no democráticos. Las alternativas, antiguas y modernas, padecieron problemas que las hicieron poco atractivas. Con la victoria aliada en la Primera Guerra Mundial, los antiguos sistemas de la monarquía, la aristocracia y la oligarquía dejaron de ser legítimos. La derrota italiana y alemana en la Segunda Guerra Mundial, desacreditó la alternativa fascista. Con el colapso económico y político de la Unión Soviética en 1990-91, el comunismo se redujo notablemente en el contexto mundial y se hizo nada atractivo para nuevas incursiones. Las dictaduras militares de las décadas de los 80’ y 90’ en América Latina, desaparecieron por razones similares.
4. Economía de mercado.- La debacle de los sistemas no democráticos, trajo también el desafecto por los sistemas fuertemente centralizados con control estatal. La expansión económica generada por sistemas descentralizados, favorecieron el desarrollo democrático, el pronto acceso a información confiable, niveles de educación relativamente altos, la facilidad para el movimiento de personas y el Estado de derecho. ¿Es el sistema capitalista una precondición para la democracia?
Si bien el capitalismo, en opinión de Carlos Galli25, no es en sí mismo democrático (nace con el colonialismo, la esclavitud, la servidumbre, la piratería), “constituye la precondición histórico social de la democracia –necesaria pero no suficiente-, es decir, el desarrollo en algunas áreas de Occidente de condiciones de vida material y de producción económica que incluyen estratos cada vez más amplios de la población en procesos de movilidad, de crecimiento y de emancipación de las autoridades tradicionales (nobles, eclesiásticos, gran burguesía mercantil, sistema social de grupos corporativos)” .
5. Bienestar económico. La promoción de grandes sectores de la población mundial a un superior estándar de vida, en función de la economía de mercado, provocó el florecimiento de los sistemas democráticos. La prosperidad económica de un país incrementa las posibilidades que un gobierno democrático alcance el éxito, así como la pobreza genera la posibilidad de gobiernos demagogos antidemocráticos que prometen soluciones simples e inmediata a los problemas.
6. Cultura política. En muchos países, a pesar de haber atravesado agudas crisis económicas y políticas, se explica la continuidad de la democracia por el hecho de que en sus sociedades existía una cultura de creencias y valores democráticos ampliamente compartidos. En países con cultura democrática débil, es probable que las crisis reviertan hacia un régimen no democrático.
Cuáles serían los rasgos que destacaron en la democracia del siglo XX:
a. Menos probabilidades de autocracias. Está probado que con ella es menos probable –no imposible- que el gobierno sea ocupado por autócratas autoritarios.
b. No a la Guerra. Las democracias no libraron guerras entre sí.
c. Prosperidad. Los países tienden a ser más prósperos que aquellos que viven en sistemas no democráticos.
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