José Ricardo Chaves - Faustófeles

Здесь есть возможность читать онлайн «José Ricardo Chaves - Faustófeles» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Faustófeles: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Faustófeles»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Faustófeles toma como base la tradición de todos los Faustos enamorados de Margaritas que han vendido sucesivamente el alma a lo largo de la historia de la literatura.Novela de iniciación en todos los sentidos de la palabra, Faustófeles transcurre entre los telones de la teatralidad onírica y la cotidianidad de un joven de buena familia en San José de Costa Rica, patria del autor. Situada en los años setenta, época de sectas marxistas e iniciaciones sociológicas, la novela desnuda, asimismo, no sin ironía, los lazos ya presentidos y evidentes entre la esoteria y la política.

Faustófeles — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Faustófeles», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Una tarde lo llamó por teléfono y le dijo que le tenía una gran sorpresa: Lorena Soto, antaño una voraz lectora de esoterismo, se había vuelto carismática, pandereta de una de esas ruidosas sectas cristianas que comenzaban a aflorar por todo el país con sus éxtasis neuróticos. Ahora Lorena consideraba su pasado como demoníaco, pecaminoso, con aromas de azufre, y para remediarlo en la medida de sus posibilidades había decidido quemar todos sus libros de ocultismo. Ya los tenía acomodados en el patio trasero de su casa, casi listos para la hoguera, sólo faltaba rociarlos con canfín o un poco de gasolina, cuando apareció su marido y le dijo que no fuera tonta, que era cierto que esos libros eran producto de Satanás y que había que librarse de ellos, pero no necesariamente por el fuego, mejor venderlos, querida, y así, el dinerito que obtengamos lo podremos regalar a la iglesia o, en todo caso, lo podemos usar para darnos un paseíto a la playa, no, mejor no, es dinero satánico, no vaya a ser que nos salemos, mejor darlo a la congregación, que la iglesia es santa y contrarresta los efluvios del Maligno, pero decime, Lorena, quién de tus antiguas amistades se podría interesar, pobres ex-amistades tuyas presas del infierno, a ver, quién que le interese un lote de tantos libros, cuántos son, ¿trescientos?, ¿cuatrocientos?, ¡ya sé!, la platuda aquella de Los Yoses, la tal Eulogia, ¿verdad?, estoy seguro que a esa señora le pueden interesar, si no para ella sí para el grupo diabólico al que pertenece, te aseguro que en esa casona de Cuesta de Núñez un día de éstos va a llover fuego del cielo, ya verás, el dedo flamígero de Dios a veces tarda pero es seguro

[2] , y mientras tanto ella quizás compre los libros malditos, andá, llamala, preguntale a ver qué te dice.

Y Eulogia dijo que sí, que claro, que ella compraba los libros, y están ahora aquí, en mi casa, Fausto, en cajas de cartón, el marido de Lorena los trajo rápidamente, los descargó de su camioneta y cobró una suma no muy evangélica pero indudablemente una ganga, dada la cantidad de títulos y la calidad de muchos de ellos, pues Lorena siempre se distinguió por buscar libros raros, ediciones viejas, ya ves, nadie sabe para quién trabaja, sí, Fausto, venite a Los Yoses ahora mismo para que escojás los que querás, todos si es del caso, vos decidís, vení, te espero.

Fausto, ni lerdo ni perezoso, salió disparado. Tomó un autobús que lo dejó en San José y corrió al Parque Central donde abordaría otro que lo dejaría en Los Yoses. Ya en casa de Eulogia, se puso a revisar el material libresco en medio de una euforia ante tanto título muchas veces conocido sólo por referencia. Fue vaciando las cajas de cartón, una a una, en un interminable gozo, en una excitación que no cesaba sino que más bien crecía ante cada descubrimiento bibliográfico. Eulogia lo miraba complacida sentada en una silla estilo Chippendale con respaldar gótico. Hablaba poco pues sabía que Fausto casi no la escucharía, tan fascinado se encontraba ante aquel cúmulo de libros, incapaz de poner atención a algo que no fueran esas letras impresas.

El muchacho decidió quedarse con tres cuartas partes del lote de libros. El resto –a su juicio– era material espúreo, ocultismo de pacotilla: Samael Aún Peor, Sergio Reyes de La Ferrière... El muchacho estaba inmensamente agradecido con Eulogia, a la que le debía nada menos que esa maravillosa biblioteca. Sí. Con ese material ya no tendría que pedir libros prestados –con excepción de algunos títulos verdaderamente esotéricos, como la Kabala Denudata, de Khnor Von Rosenroth puesta de nuevo a circular por Mac Gregor Mathers–. Se acercó a Eulogia y la abrazó emocionado, sosteniendo en sus manos dos libros de pasta verde de la colección rosacruz de Max Heindel. Eulogia sonrió satisfecha y besó al joven en la cabeza. Acarició su cabellera negra y le dijo: –Estoy para servirte. Decime qué necesitás y yo trataré de conseguírtelo; si puedo, claro.

—Gracias otra vez. Es usted muy buena conmigo, doña Eulogia.

—¡Qué buena ni qué ocho cuartos! Sí te voy a pedir un favor.

—Dígame.

—Que dejés de decirme “Doña Eulogia” y que no me tratés de usted. Me hace sentir demasiado vieja. Ya sé que lo soy, pero no tanto. Bueno... al menos eso quiero creer. Llamame Eulogia, o simplemente Logia, como me dicen mis ami­gos íntimos.

—No sé si pueda. Tratarla de usted me parece la manera más natural, la que me sale solita. Tratarla como usted quiere, de vos, me parece una falta de respeto, aunque seamos amigos. Me sentiría muy forzado, sin naturalidad. Tal vez más adelante.

—Ni modo... si te molesta tanto... ¿Y lo del doña?

—Pues lo mismo. ¡Cómo la voy a tratar tan confianzudamente!

—Cabezón que sos. No podés hacerme ni siquiera ese pequeño favor...

Eulogia puso entonces una cara de tristeza que buscaba conmover al joven. Dio unos pasos hacia el piano y, meditabunda, comenzó a tocar algunas teclas, sin ton ni son. Fausto, con un sentimiento de culpa, exclamó:

—Bueno, hagamos una cosa. La llamaré Eulogia y la trataré de vos pero sólo en privado, cuando nadie más esté. ¿Qué le parece?

—Maravilloso, será nuestro pacto secreto –respondió Eulogia, quien de inmediato cambió de cara y, entre sonrisas, con un paso infantil se alejó del piano y se acercó a Fausto. Entonces lo tomó de la mano y, como una niña que juega a la ronda, dio los pasos de una danza personal. Fausto, al verla tan contenta, también sonrió. Alrededor de ellos, los libros se extendían desordenados sobre la alfombra.

[2]De hecho, la primera casa teosófica había sido incendiada por un fanático seguidor del cura Valenciano, local Torquemada de entonces.

El guiño de Indra

Para seguir viéndose sin interferencias, Eulogia sugirió a Fausto que la visitara más a menudo en su casa de Los Yoses. Ahí también podría almorzar, dormir su siesta, hacer sus tareas, estudiar lo profano y lo oculto, en fin, lo que más se le antojara. Tampoco era ésta una solución, argumentó Fausto: si su tío estaba en casa, igual notaría su ausencia y, al regresar, armaría camorra. En todo caso –pero esto ya no lo dijo– visitar a Eulogia en su residencia serviría para alejarla un poco de Tibás y no echar así más leña al fuego.

Una vez a la semana, generalmente los martes –día de la reunión teosófica–, Fausto visitaba a Eulogia luego del colegio. Ese día marcado lo esperaba siempre un banquete vegetariano que, una vez consumido, lo enviaba invariablemente a dormir la siesta a la recámara de la hija de Eulogia, quien desde hacía dos años vivía en los Estados Unidos con su papá. Aunque Eulogia se había casado dos veces (y dos veces se había divorciado), sólo del segundo matrimonio tenía descendencia: esa “nena” de diecinueve años que, una vez terminado el colegio, se fue a estudiar música al extranjero aprovechando que su papá vivía en los Estados Unidos desde hacía varios años –incluso había vuelto a casarse-.

Fausto aceptaba los beneficios de su amistad con Eulogia. La estimaba, pasaba ratos agradables con ella, admiraba su entereza ante las adversidades, su constante buen humor, su locuacidad. Sin embargo, a ratos tantas atenciones de su parte lo abrumaban, lo hacían sentirse como volviendo a un estado infantil, de indefensión, del que más bien quería alejarse. Sentía que Eulogia, en su soledad, se aferraba a él y, la verdad era que Fausto no quería convertirse en salvavidas de nadie. A ratos se sentía culpable por esa actitud que autotildaba de egoísta, pero rápidamente se reponía, sobre todo ante la inminencia de un pleito con Silverio.

Конец ознакомительного фрагмента.

Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Faustófeles»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Faustófeles» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Manuel Chaves Nogales - La vuelta a Europa en avión
Manuel Chaves Nogales
Manuel Chaves Nogales - A sangre y fuego
Manuel Chaves Nogales
Norberto Chaves - Ser posmoderno
Norberto Chaves
Josephina Richardt - Noras Weihnachtstagebuch
Josephina Richardt
José Luis de la Cuadra - Eine Faust-Sinfonie
José Luis de la Cuadra
Manuel Chaves nogales - Ifni
Manuel Chaves nogales
José Ricardo Chaves - Isis modernista
José Ricardo Chaves
Отзывы о книге «Faustófeles»

Обсуждение, отзывы о книге «Faustófeles» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x