¿QUÉ ES LA LOCURA?
La locura no es la pérdida de la razón, como vulgarmente se cree, sino la del sentido común. No es, sobre todo, la falta de lógica: un psiquiatra como el doctor Betta afirmaba que la tienen incluso algunos delirantes que desean demostrar que son los dueños del hospital.
A veces la locura es más sensible a la lógica que la normalidad y que la propia PSIQUIATRÍA OFICIAL. Yo, que no estoy sino que soy loco, no soy alienado. Aunque lo estuve en el 89. Lo que sé decir es que el felizmente finado psiquiatra que me internó en este hospital, Dr. Féliz Badano, era tan ilógico que, siendo radical, no aceptaba al gobierno tripartito hospitalario y, siendo defensor de la libertad, me privó de ella encerrándome en este oscuro hospicio. Yo, en cambio, sé deducir las últimas consecuencias de un principio falso o verdadero. Por eso me causan gracia los psiquiatras y psicólogos payasos que se creen democráticos pero se oponen, como cualquier dictador, bueno o malo, a que los locos participen en el gobierno de los manicomios. Ellos están de más en su mundo y también en un mundo no basado en la democracia. “No contentan a Dios ni a sus enemigos”, exclamaba el Dante. “Míralos y pasa”, le recomendaba Virgilio en el Infierno. Es lo que pasa en el Borda. La PSIQUIATRÍA DEMOCRÁTICA no es practicada por nadie (salvo por Pichon-Riviere hace unos años) y menos por los jefes “democráticos” de la mayor parte de los servicios, como cierta estúpida psiquiatra que aseguraba que en una democracia todo el mundo trabaja. Como si la gente no hubiera trabajado en la dictadura de Franco; o sea, hablan de lo que ni siquiera para mal conocen, con gran autosuficiencia, como si fueran auténticos sabios.
Yo prefiero ser loco a ser cuerdo, psiquiatra o psicólogo de remate. Nunca he pretendido con necio orgullo ser cuerdo. No obstante mi historia hospitalaria dice que no tengo conciencia de mi enfermedad, calumnia digna de un Silvano Santander. Y no sólo no me creo el único cuerdo sino, en todo caso, el único loco que hay en el Borda.
La cordura es la regla y la locura la excepción. Al revés de la honestidad y la delincuencia.
El Hidalgo
2.Resuelva ahora las siguientes cuestiones:
1) ¿En qué género discursivo se inscribe “¿Qué es la locura?”? Justifique su respuesta.
3) ¿Cuál es el problema, según el enunciador, que lo lleva a producir “¿Qué es la locura?”.
4) ¿Cuál es el tópico de “¿Qué es la locura?”?
5) ¿Cuál es el estilo (sintaxis y léxico)? Ejemplifique.
6) ¿Qué clase de secuencias se reconocen en el texto? ¿Cuál es dominante?
7) ¿Cuáles son las dos funciones del lenguaje predominantes? Ejemplifique.
8) ¿Por qué puede decirse que en “¿Qué es la locura?” se resemantiza o resignifica la palabra ‘locura’?
9) ¿Qué enunciados no presenta como propios el enunciador?
10) ¿Qué posición toma ante ellos? ¿Recurre a algún principio de autoridad (esto es, a alguien reconocido y valorado socialmente) “El Hidalgo” para legitimar su posición?
11) ¿Cómo se caracteriza el enunciador de “¿Qué es la locura?”? Descríbalo basándose en el análisis de la polifonía y las variedades del lenguaje desplegadas en el texto.
12) ¿Corresponde esa caracterización a lo que el sujeto del enunciado (el que dice “yo”) dice explícitamente de sí mismo? En función de ello y revisando lo que contestó para (8), ¿cuál es el propósito de este enunciado?
13) ¿Cómo se caracteriza el enunciatario al que se dirige el texto? Caracterícelo considerando la polifonía, las variedades de lengua y el propósito del enunciado.
14) ¿Cómo ampliaría usted sus respuestas a las preguntas anteriores a la luz de la siguiente información: el apodo del autor de este texto es “El hidalgo”?
15) ¿Cómo, si además considera que “El hidalgo” es un interno del Hospital Neuropsiquiátrico Borda?
16) ¿Cómo influyen las circunstancias enunciativas en la producción y en la comprensión del enunciado? ¿Cuál es la relevancia de saber quién es el emisor?
A ctividad Nº 7
Escriba, a partir de su lectura de “¿Qué es la locura?”:
1) Un breve artículo de opinión para una revista del Centro de Estudiantes de Psicología.
2) Una respuesta a la consigna “¿De qué capital se manifiesta poseedor el enunciador de «¿Qué es la locura?» Justifique su respuesta” que le presentara un profesor de Semiología para comprobar su estudio de esta Introducción.
A ctividad Nº 8
1.Lea los textos a continuación y realice las actividades que se le presentan a propósito de cada uno:
T exto 1
El siguiente es el comienzo de un capítulo de libro. Léalo para determinar a qué discurso corresponde el libro y qué secuencias discursivas conforman ese comienzo:
CAPÍTULO 4. ASPECTOS SOCIOLINGÜÍSTICOS DEL HABLANTE NATIVO
Nuestra discusión de las Gramáticas 1, 2 y 3 (capítulo 3) sugiere que el problema de definición del hablante nativo pertenece a la definición de la Gramática 2. Es ésta entonces la base de nuestra discusión en este capítulo.
Empiezo con otro ejemplo de una entrevista entre personas de dos culturas diferentes, que ilustra el problema de un entrevistado que no interpreta las preguntas a la luz del propósito general de la entrevista de trabajo (Williams, 1985: 173). El entrevistador es un hablante nativo de inglés australiano, el entrevistado, M., un hombre joven de Bali, que está siendo entrevistado para un puesto como asistente de ventas en una disquería en Australia.
E.: –Eh... Este lugar que usted tiene ahora en Freemantle, ¿es una dirección permanente? Usted vive allí permanentemente, ¿no?
M.: –Sí.
E.: –Y ¿usted está en Australia para quedarse o le gustaría viajar después? o...
M: –Creo que me gustaría viajar.
E.: –Le gustaría viajar. Eh... ¿a dónde le gustaría viajar?
M.: –Europa.
E. : –Europa... mm... ¿Alguna idea de cuándo... de cuándo le gustaría viajar?
M.: –Eh..., usted sabe, depende de cuándo empiezo a trabajar.
E.: –Bueno, está bien.
M.: –Después de que estoy... empezando... después de que yo empiece el trabajo, creo, después ganar algo de dinero, y entonces...
E.: –Entonces, ¿cuánto tiempo le gustaría trabajar para nosotros? Si le diéramos un trabajo, ¿cuánto tiempo cree usted que trabajaría para nosotros antes de querer viajar?
M.: –Mm... Hasta suficiente dinero para... hasta suficiente dinero para ir a viajar.
E.: –Correcto. Bien. Entonces realmente por lo que quiere el trabajo es para conseguir dinero para viajar.
M.: –Sí, para viajar. Me encanta viajar.
Williams comenta:
El problema de la comunicación errónea está... escondido. M. supone que la intención de las preguntas del entrevistador es ponerlo cómodo y responde en función de ello. Parece no darse cuenta de que las aparentemente inocentes preguntas del entrevistador están sondeando su compromiso con el trabajo y la empresa de música. Como no comparte el mismo conocimiento que el entrevistador sobre las encuestas de trabajo, no se da cuenta de que un candidato debe reconocer todas las preguntas del encuentro como potenciales evaluaciones de su adecuación para el trabajo.
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