C1: 100.000
C2: 120.000
Si el aumento en el nivel de precios, desde el Período C1 al Período C2 fue del 10 %, debemos llevar el crédito del Período 1 a valores del Período 2 para que la relación resulte homogénea, así se trate de un rubro monetario. Es decir:
I.4.8. Estado de flujo de efectivo reexpresado
Cuando se realiza el estado de flujo de efectivo deben tenerse en cuenta básicamente las siguientes cuestiones:
Que, el saldo inicial de efectivo y equivalentes, corresponde al importe reexpresado a moneda de cierre.
Deberá exponerse el recpam provocado por la pérdida de poder adquisitivo de los saldos de efectivo.
Las inversiones de muy corto plazo que son consideradas como equivalentes de efectivo, generarán resultados inflacionarios, en la medida que la variación del índice de precios supere las coberturas inflacionarias contenidas (ej.: intereses nominales).
Todos los conceptos del estado estarán reexpresados a moneda de cierre. Así, cuando observamos cobranzas, pagos, etc., éstas no muestran los valores nominales de tales operaciones, sino importes a moneda de cierre.
I.5. Problemas de valuación y exposición
Antes de aplicar el instrumental respectivo para el análisis, habrá que detenerse en las cuestiones de valuación y exposición contenidas en los estados financieros, ya que si pasamos por alto las mismas, corremos el riesgo de llegar a conclusiones equivocadas. Algunas de ellas son las que mencionamos a continuación y otras, las iremos tratando en cada caso particular.
Para las propiedades planta y equipos las normas contables suelen otorgan flexibilidad respecto a su valuación al costo histórico o un importe revaluado. Evidentemente no será lo mismo realizar el análisis por uno u otro método. A pesar que no todos los autores abordan este tema, veamos algunas opiniones. Bernstein (1993: 667), al referirse al cálculo de la rentabilidad señala:
“los cálculos de rendimiento de los activos se basan habitualmente en los valores de libros y no en los valores justos o de mercado, que son, en la mayor parte de los casos, más significativos y relevantes desde el punto de vista analítico.”
Por otra parte, Fowler Newton (2011:228) deja el tema librado a la posición que tome el analista, brindando las siguientes opciones:
“a) si el analista no viese con simpatía el incremento de la medición contable de los bienes de uso (o parte de ellos) sobre la base de revaluaciones, podría excluir el superávit de revaluación del patrimonio y deducir ese mismo importe de los bienes de uso;
b) si el analista considerase más representativas a las cifras surgidas de la revaluación (menos depreciaciones y desvalorizaciones posteriores) podría mantener la cifra del patrimonio neto pero reducir el resultado del Período por los importes cargados a la cuenta del ORIA.”
En general, la información que más interesa es sobre el valor revaluado, pero no siempre se tiene acceso a dicha información, por lo que hay que tener cuidado a la hora de realizar interpretaciones de no caer en generalizaciones equivocadas y sobre todo, cuando se realizan comparaciones entre empresas.
Las políticas de depreciaciones también es una cuestión importante a tener en cuenta, respecto a la razonabilidad económica de las mismas.
El método de valuación de los inventarios condiciona los resultados y el importe del activo, por lo tanto no debe ser pasado por alto.
Habrá que preguntarse si han sido contabilizadas todas las provisiones que correspondían y si han sido debidamente valorizadas.
I.6. Fuentes de información
Vamos a hacer aquí un inventario de todas las fuentes de información a las que debe recurrir el analista.
a) Estados financieros: se debe trabajar con los estados históricos, también con los proyectados, y no solamente con aquellos que se refieren al fin de ejercicio.
b) Otros informes contables de uso interno: es necesario ahondar en otros informes que no son de publicación, como los que muestran la naturaleza y clasificación de los costos.
c) Contabilidad: a veces hay que recurrir al detalle de la información, más allá del resumen que surge de los estados; por ej.: cuando sea indispensable conocer la composición de los deudores.
d) Datos extracontables: si bien el analista es un especialista en contabilidad y sobre esta disciplina va a centrar su análisis, no puede ignorar información útil que está en el resto del sistema de información —y no el contable—. Por ejemplo, conocer el dato de las unidades vendidas, brindará la información adecuada para saber si la variación se debió a modificaciones en los precios o a las cantidades vendidas.
e) Información prospectiva: además de los estados proyectados que se mencionan en a), deben considerarse los presupuestos parciales como flujo de fondos proyectado, presupuesto de ventas y otros.
f) Información del contexto: la empresa forma parte de un sistema abierto, y considerar el entorno nos ampliará las explicación sobre las causas de una situación determinada y las implicancias que el mismo tendrá en el desarrollo económico-financiero futuro.
I.7. Tipos de análisis
Tradicionalmente se efectúa una clasificación según sea el acceso a la información que tenga el analista. Se dice que si accede a toda la información se trata de un análisis interno y si está en poder solamente de los estados financieros, se trataría de un análisis externo.
En realidad, lo que importa es el acceso a la información. En la gestión se puede contar con toda la información necesaria, pero también hay usuarios que pueden encontrarse en posición de solicitar todo lo que necesitan para una adecuada interpretación.
Lo que se distingue es, si en algunos casos la disposición de la información puede llegar a ser distinta en profundidad o confiabilidad, de manera independiente a que se esté dentro o fuera de la empresa.
Debe considerarse con claridad el objetivo del lector del informe, el cual no puede quedarse sólo con el resultado de algunos indicadores.
I.8. Destinatarios del análisis de estados financieros
El producto del análisis de los informes contables normalmente va dirigido a alguno de los siguientes usuarios:
a) Los gerentes y directivos: El análisis de estados financieros resulta útil para el control de gestión.
Conocer la evolución económico-financiera de la empresa, su estado actual y perspectivas futuras resulta vital para monitorear la gestión.
El control de gestión se basa en el sentido anglosajón del término control que implica, como señala Blanco Illescas (1992) el concepto da la “idea de guiado y acción correctora inmediata”, por esa causa carece de sentido esperar los estados financieros anuales. Se hace necesario contar con estados periódicos por lapsos menores a los de un ejercicio económico —generalmente no más allá del mes— y además, información proyectada.
Es importante conocer qué implicancias tiene el planeamiento de la empresa en su estructura económica y financiera. Sólo así podremos evaluar la gestión de quienes conducen la misma.
Otro aspecto sobresaliente es el enfoque sistémico que tiene la gestión empresarial. Con esto queremos significar que no se pueden hacer diagnósticos financieros y económicos en un “laboratorio”. Es necesario distinguir las implicancias y la interrelación existentes entre las decisiones que conllevan a una determinada situación.
Por otra parte ese sistema, es un sistema abierto, y está influenciado en forma significativa por su entorno.
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