De esta manera, la guerra chino japonesa activó la formación del Frente Popular hacia 1937. Para los comunistas esto significó adoptar la estrategia del Frente Popular “por abajo”, mediante políticas de desarrollo para ganar el “apoyo masivo” (utilizando la terminología nacionalista) y, al mismo tiempo, trabajar por un Frente Popular “por arriba” sobre la base de la cooperación entre el PCChino y el KMT. Esta alianza frentepopulista mostró sorprendentes resultados al comienzo, pero a medida que los japoneses bajaron sus ofensivas, los viejos antagonismos comenzaron a renacer, así como la desconfianza y los conflictos por la influencia en el nivel local. En esta esfera los comunistas obtuvieron los mejores resultados, llenando rápidamente el vacío administrativo que había quedado inicialmente con los ataques de Japón, trabajando con la población local, organizando la resistencia, creando instituciones e iniciando nuevas políticas sociales –rentas e intereses fueron cesados para los pobres, con cooperativas de terratenientes y/o prestamistas que se les aseguraba su pago–. El resultado fue que durante 1937 el PCChino logró formar una variedad de organizaciones de masas en las que participó una amplia gama de sectores sociales (milicia local, seguridad e inteligencia, salud y educación pública, organizaciones de mujeres) atrayendo hacia dentro de la estructura política a personas que no estaban en el partido, incluso a aristócratas, todo justificado por la lucha común contra los japoneses. 70
Entre 1939 y 1940 el Frente Popular chino consolidó el poder de los comunistas. Para Mao este dominio tenía tres componentes clave: el propio Frente Popular, la lucha armada y la construcción de partido. 71Al mismo tiempo, las alianzas que fijaba el Frente Popular podían tener, en el sistema de Mao, aliados temporales que podían ser modificados eventualmente. Esto sucedió al fin de la guerra con los japoneses en que el enemigo volvió a ser el KMT, enfrentados en la guerra civil de 1945-49. En este nuevo escenario, Mao declamó por el valor absoluto del partido, el frente unido y la milicia. En este escenario, el término “Frente Popular” cambió de sentido, pues el objetivo era ganar apoyo masivo para el nuevo régimen, transformando el concepto de patriotismo en la aceptación del liderazgo del partido, y en el que el nuevo enemigo fueron los terratenientes. Con este argumento se llevó a cabo una reforma agraria y de eliminación de los grandes propietarios, en el que también se consiguió eliminar a las clases rurales más acomodadas. Ya en 1957 la transformación de la sociedad china estaba “completa”, a decir de Mao, con una reconstrucción económica y con una nueva constitución (de 1954), con la colectivización de la agricultura, la creación de cooperativas y con toda la industria estatizada. 72
La experiencia China demostró cuán lejos podía llegar el límite del frentepopulismo y cuán subordinados podían quedar los disímiles objetivos políticos de comunistas y nacionalistas ante la definición de un antagonista en común. Sin embargo, la aplicación de la “táctica de Yenán” también demostró que la subordinación de unos intereses por otros fue contextual y que varió según las necesidades de legitimación del frentepopulismo chino, que una vez acabada la amenaza nipona reeditó el conflicto entre comunistas y nacionalistas.
Institucionalización, nacionalismo y reformismo militar: algunas variedades del frentepopulismo latinoamericano
Las condiciones del surgimiento del populismo latinoamericano –entendido más como una polifonía de voces– están vinculadas a las consecuencias y crisis del modelo de producción capitalista liberal de laissez-faire en las sociedades latinoamericanas. Estas políticas mostraron por un lado la cara de la modernización, la industrialización y la urbanización acelerada, y por otra, hicieron aún más visible la pobreza del campo y las ciudades. Pasada la crisis de la I Guerra Mundial, el aumento del estatismo tuvo un repunte luego de la crisis de 1929, en parte, gracias a lo que los cientistas políticos Hartlyn y Valenzuela denominan “inmensas organizaciones burocráticas que permitieron aumentar la capacidad estatal para proporcionar asistencia social y estimular el desarrollo económico que el liberalismo no pudo o no quiso llevar a cabo. Esta capacidad estuvo normada en las constituciones políticas de países como Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Perú, Uruguay y Venezuela que otorgaron al ejecutivo poderes para promover leyes así como también para promulgar decretos, o decretos con fuerza de ley, en cuestiones tan diversas como la defensa nacional y el orden público, la hacienda pública y la creación de nuevos organismos y cargos gubernamentales. 73
La construcción estatal mexicana realizada fundamentalmente en el Gobierno de Plutarco Elías Calles se mantuvo prácticamente inalterable de 1920 a 1934. El control de Elías Calles se sostuvo en precarios equilibrios de fuerzas que le permitieron aumentar el control estatal de la sociedad aun cuando el conflicto entre clases, facciones y regiones era latente. Concomitante a este proceso de institucionalización fue la creación de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) en 1918 y del Partido Nacional Revolucionario (1929). Elías Calle pudo mantener los equilibrios de interés sólo hasta que la crisis de 1929 lo permitió: el aumento de la movilización social y de demandas regionales terminaron por debilitar el “maximato” (de “jefe máximo”, cargo que ocupó Calles cuando dejó la presidencia que ejerció entre 1928-1934). La designación de Lázaro Cárdenas como candidato del PNR, aunque apoyada por el ala de izquierda del partido, parecía la decisión acertada para los intereses de Calles de mantener su hegemonía. Cárdenas tenía una carrera como militar, como gobernador de Michoacán y había ocupado la Secretaría de Guerra. Mantenía un bajo perfil incluso para la izquierda comunista, que no le prestó apoyo.
Durante la campaña presidencial, Cárdenas dio muestras de un estilo cercano, no tan anticlerical como Calles y con una renovada retórica reformista. El debut de Cárdenas estuvo marcado por fuertes movilizaciones sociales, con una CROM debilitada y con fuertes rupturas internas como la del ala izquierdista de Vicente Lombardo Toledano en 1933. Estos, más los sindicatos comunistas, promovieron hacia 1935 la estrategia del Frente Popular a la que se sumaron los descolgados de la CROM. Asimismo, Cárdenas afianzó sus relaciones con las organizaciones campesinas, clave para su reforma agraria. 74Junto a ello, Cárdenas desarrolló una poderosa red clientelar con el objetivo de restarle poder a Calles y, de esta manera, legitimar lo que se ha denominado como socialismo estatista y nacionalizador o “socialismo de la revolución mexicana”. 75
Sin embargo, las bases de soporte del cardenismo eran muy disímiles y el desafío era hacerlas confluir. El mayor apoyo que logró articular Cárdenas fue a través de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), creada en 1936 bajo el liderazgo de Vicente Lombardo Toledano y con una fuerte influencia del Partido Comunista mexicano (PCM). La CTM se convirtió en la base legitimadora para llevar a cabo las políticas de nacionalización y librarse de los opositores del “pueblo”. 76Otro aspecto clave para el populismo cardenista fue la reforma agraria, que sirvió como arma política para eliminar a sus enemigos, así como para legitimarse en el propósito de la integración regional y el desarrollo económico. Los logros de Cárdenas fueron impresionantes: en 1940 ya había repartido alrededor de 18 millones de hectáreas de tierra entre unos 800.000 beneficiarios. 77Otro aspecto por el que se ganó la legitimidad popular fue la puesta en marcha de la “educación socialista” basada en la expansión de la escuela pública, en la movilización del profesorado y en el anticlericalismo, con el que muchos maestros simpatizaron por ser un gremio mayoritariamente comunista. Como señala Alan Knigth, la reforma agraria y la movilización campesina estaban vinculadas de modo “que a veces los maestros estimulaban un agrarismo latente y de vez en cuando contribuían a imponerlo a las comunidades que no lo deseaban; pero también hubo casos en que fueron los propios campesinos quienes ganaron a los maestros para la causa agraria”. 78
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