—Buenas tardes, Sr. Jones. Tiene usted un aspecto estupendo hoy.
—Será el día —responde él.
—Oh, sin duda, un día azul precioso, Sr. Jones. Acompáñeme, por favor.
La señorita nos conduce hasta la sala de experiencias donde Ava nos está esperando. Al abrir la puerta, entramos en el mundo de las películas clásicas de Ava, en blanco y negro, que Samuel debe de haber visto docenas de veces. Mientras avanzamos entre los viejos fotogramas remasterizados en 3D, la señorita va repasando con elegancia las condiciones que, obviamente, Samuel se conoce a la perfección.
—Ava es un producto muy refinado. No es para cualquiera. Netflix posee todos los derechos y tiene el compromiso de no poner otra versión equivalente en el mercado durante los próximos veinticinco años. Es evidente que no todo el mundo puede permitirse algo así y, bueno, usted ya se lo imagina, Sr. Jones, ¡todo el mundo sabe muy bien quién puede permitírselo!
La señorita se da cuenta de que Samuel no está prestando atención. Solo tiene ojos para Ava.
—Piense en su descendencia. Los genes de Ava son exclusivos y, si usted finalmente toma la decisión, solo usted tendrá acceso a ellos.
En realidad, los genes no son un problema. Hay docenas de proveedores que proporcionan el máximo estándar con una amplísima oferta de físico y personalidad.
—Este año, por ejemplo, se ha puesto de moda el estándar afroamericano con la genética de Church & Zhang. No voy a discutir que se trata de un modelo muy atractivo. Pero en solo unos años, ¿cuántas copias de ese modelo habrá en circulación? En cambio, la genética de Ava…
Lo que está evitando dar a entender la amable señorita es que cualquier modelo lo suficientemente avanzado le proporcionaría el mismo índice de placer objetivo que Ava.
—En definitiva, lo que Ava le ofrece es un estatus privilegiado, un sello de distinción. Durante los próximos veinticinco años, Exclusivas Netflix le garantiza que solo habrá una Ava en el mundo. Como ocurrió entre 1922 y 1990.
Es lo mismo que el cacao. En realidad, el sintético es objetivamente superior, pero la nostalgia cotiza. Samuel debería tenerlo muy claro.
—Verá, Sr. Jones… —La señorita duda.
—Puedes llamarme Samuel. De hecho, lo prefiero. Me haces sentir mayor.
—Oh, claro. Samuel. Bueno, ya sabe… no tenemos mucho tiempo. El plazo vence a final de mes y antes deberíamos tener el contrato firmado.
—No hay problema, señorita. Precisamente eso es lo que me trae hoy aquí. Acabo de cerrar una operación importante y podemos poner fecha para la firma.
La señorita se queda momentáneamente sin palabras. Esto es lo que le encanta a Samuel: pillar a todo el mundo con el pie cambiado.
—Y ahora, si no tienes inconveniente, ¿podrías retirar todas estas viejas imágenes y hacernos pasar ya al atolón de plástico? A Ava y a mí nos gustaría quedarnos un momento a solas y disfrutar de las vistas del Pacífico.
IV
Son las 6:20 de la madrugada y acaba de entrar una segunda notificación. Viene cifrada de Dominique MacCullagh en persona, así que no me queda más remedio que despertar a Samuel. No he querido hacerlo cuando llegó la primera notificación porque intentaba que tuviese la oportunidad de completar este ciclo de sueño. Anoche estaba muy excitado después de la cena con Ava y apenas ha dormido nada. Hoy será de nuevo un día azul y, sin haber dormido lo suficiente, me temo que resultará extremadamente duro. A veces, los asistentes tenemos que tomar decisiones difíciles.
Tal como me temía, a Samuel le cuesta reaccionar.
—Adelante, Cortana, ábrela y pásame un resumen de lo que ha ocurrido durante las cuatro últimas horas.
La notificación dice solo:
«Gordo, llámame enseguida. Es urgente».
Samuel está a punto de meterse en la conversación con las constantes completamente descontroladas y sin haber tenido tiempo de procesar los datos que le estoy pasando. Sabe que MacCullagh no le estaría llamando a esta hora si no fuera por algo realmente urgente. Lo que no sabe es que, además de urgente, es algo realmente crítico.
—¿Gordo? —Es Dominique
—Hola, Dominique. ¿Qué ocurre?
«Cortana, dame un titular: ¿qué coño está ocurriendo? No tengo tiempo de procesar toda esta información».
—¿Que qué ocurre? Ocurre que, si no tienes una explicación muy, pero que muy convincente, más te vale que vayas cogiendo una de las naves charter que fletan esos chalados y te busques algún planeta remoto en el que desaparecer. Están a punto de rodar cabezas…
MacCullagh está bastante excitado y, mientras intenta explicarse, Samuel puede ver lo que está ocurriendo en el canal de noticias en directo que le acabo de sintonizar.
—Tranquilízate, Dominique. —Samuel consigue sobreponerse e intenta ganar tiempo, pero MacCullagh no está nada receptivo.
—¿Que me tranquilice? Dentro de dos horas, a lo sumo, tendré que estar dando explicaciones ante la primera ministra en persona y, de momento, lo único que tengo a mano es una cabeza de turco. La tuya.
«Cortana, búscame el origen de esa filtración, ya».
Justo en ese momento el famoso avatar del canal de noticias de Warner & Son está presentando una simulación del posible desplazamiento de Toro Sentado en la que se ve cómo barrería por completo Carolina del Sur. Un equipo de investigadores de la universidad acaba de hacer pública la simulación que han realizado con datos que, al parecer, el gobierno llevaría más de un año ocultando a la opinión pública. En Carolina son poco más de las 2:00 de la madrugada, pero hay gente que ya ha comenzado a movilizarse y se prevé que, hoy mismo, pueda haber una importante movilización ante un tema que preocupa enormemente a la población.
«Para el canal de noticias 24 horas de Warner & Son, Jesús Hermida».
—Necesito veinticuatro horas, Dominique.
—¿Veinticuatro horas? No sé si aguantaré tanto tiempo, Gordo. Muévete y dame algo ya.
V
A las 19:15 CET, la noticia ya estaba en todos los medios de comunicación.
WhatsApp International News.
El capitán del buque oceanográfico Stormy Weather y responsable de la operación a cargo de la supervisión del huracán Toro Sentado, al parecer, llevaría años traficando con información sensible y, en concreto, habría vendido secretos industriales y de alta seguridad a los gobiernos de Rusia y China. Los datos recientemente publicados, que muestran la posible deriva del gran huracán permanente habrían sido interceptados por la organización activista Anonymous durante una de sus transacciones más recientes e inmediatamente puestos a disposición del público. La propia organización Anonymous habría sido la responsable de identificar y contactar con varios grupos de prestigiosos investigadores en el estudio del clima, lo que habría facilitado el fulgurante análisis publicado solo horas después de haberse hecho públicos los datos.
Yellow Daily.
El oscuro pasado del capitán Swing.
Sir John Swing pasó dos años de su juventud, entre los quince y los diecisiete, internado en un reformatorio, tras haber sido acusado de proxenetismo, acoso y reiterados intentos de violación a compañeras durante su paso por el colegio y el instituto. El infame capitán del buque científico ha pasado a primer plano de la escena internacional a consecuencia del reciente escándalo de la deriva de Toro Sentado. De manera truculenta, el expediente de infracciones, sanciones y restituciones de John Swing ha sido hábilmente escamoteado a la opinión pública y solo ha podido conocerse a través del testimonio de personas cercanas a él y cuya identidad no ha sido revelada.
Al Jazeera Delhi.
Los tentáculos de John Swing.
John Swing, el actual responsable del buque oceanográfico con un oscuro pasado delictivo que ha salido a la luz a raíz del escándalo del ciclón Toro Sentado, al parecer, llevaría años comerciando con datos falsos para estudios de clima y medioambientales para, posteriormente, lucrarse explotando la alarma social generada. Según ha podido saber este medio, John Swing es propietario de una diversificada cartera de participaciones en empresas radicadas en paraísos fiscales que invierten en fondos apalancados en opciones y futuros reales, derivados exóticos, títulos de crédito y seguros sobre riesgos sistémicos, así como proveedores de servicios para la creación de opinión y organización de campañas de movilización social.
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