Isabel del Peral Martos - ¿Jugamos a princesas?

Здесь есть возможность читать онлайн «Isabel del Peral Martos - ¿Jugamos a princesas?» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

¿Jugamos a princesas?: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «¿Jugamos a princesas?»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La historia de Laura describe la vida y el ideal del amor de una mujer que vive encorsetada en los valores retrógrados y dictatoriales de una familia de posguerra, y cómo esas creencias impuestas van evolucionando a través de las experiencias de la vida.Desde pequeña esos valores, inculcados socialmente, le causan a Laura frustraciones, desengaños y situaciones con las que ella no contaba.Los desengaños la llevan a romper de manera progresiva con esos principios, convirtiéndose en una mujer moderna a la que le gusta sentirse atraída por los demás, sin perjuicios y que puede vivir una sexualidad abierta y desinhibida, pero sin perder de vista que lo más importante es quererse y respetarse a una misma, y saber poner límites.Cualquier mujer, en ciertos momentos de su lectura, puede sentirse identificada y desde luego cuando lo leas algo de Laura, conectará contigo.

¿Jugamos a princesas? — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «¿Jugamos a princesas?», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Rondaba los dieciséis años y siempre había alguna amiga que se sentía algo celestina, intentando colocarte a un conocido, familiar o amigo. Recordemos que en aquella época el futuro de cualquier chica era tener novio para casarse. En este caso fue Carmen, mi compañera de trabajo, la cual tenía un cuñado en Ceuta, lugar de donde ella había venido hacía un año. Un buen día me enseñó una foto del famoso cuñado. Santiago se llamaba; era un chico con rasgos árabes debido a la proximidad de Marruecos, moreno, no muy alto. Estudiaba la carrera de Magisterio. Aun sin conocerle personalmente, me deslumbró con sus rasgos e inteligencia, ya que tenía algo que yo no podía haber conseguido: ¡una carrera universitaria!

La distancia para mí no fue un impedimento. A pesar de estar a mil kilómetros, estuvimos carteándonos. Aquellas cartas fueron para mí una ilusión. Las cosas tan bonitas que decía, explicándome su día a día, hacían que me sintiera alguien importante en su vida. Ese carteo, con ilusión incluida, duró unos tres años, más alguna llamada telefónica vía centralita, donde de vez en cuando se colaba la voz de la operadora de turno, que decía: «¿Hablan?». Y tú le contestabas cabreadísima: «Sí, sí», pensando qué puñetas le interesaba la conversación que estábamos manteniendo. Vamos, que hablar a larga distancia en aquella época venía a ser una conversación a tres. Su voz tan dulce se guardaba en mi oído hasta la siguiente conferencia.

Rondaba el año 1968. Massiel ganó el festival con la canción La, la, la, la misma que tenía que haber cantado Joan Manuel Serrat, un nuevo cantante que se empezaba a dar a conocer. Él quería cantarla en catalán, pero la organización no quiso, dándosela a ella para cantarla. Recuerdo que estábamos todos delante de la tele, apoyándola cantando la canción, ella con su vestido de flores, que, al ser la tele en blanco y negro, no sabíamos del color que era.

En los cines se estrenó la película 2001: Odisea en el espacio, dirigida por Stanley Kubrick. Según mi mentalidad y la de mis amigas, creíamos que para el año 2001 todos los coches volarían, pero mi ilusión era poder tener una televisión como el reloj de muñeca y poder ver todos los programas a la hora que se me antojara. Era tan aficionada a la televisión que coleccionaba los TP (Teleprograma), revista que llevaba la programación de cada semana.

Como os decía, esta relación se mantuvo durante tres años. El buen mozo hizo la mili de dieciocho meses. Recuerdo que en cierta ocasión me envió una foto vestido con el traje de Regulares, color marrón. ¡Se veía impresionante! Tan enamorada estaba que coloqué la foto encima de la mesita de noche. Menuda bronca pillé de mi madre cuando la vio.

—¿Quién es este chico?

—Mi novio —respondí yo, toda nerviosa.

—¿Cómo va a ser tu novio? ¿De dónde ha salido?

—Vive en Ceuta y es cuñado de mi compañera de trabajo.

—¿Desde cuándo se tiene un novio a mil kilómetros de distancia sin conocerlo? Haz el favor de quitar esa foto. ¡No seas inocente!

A partir de entonces la foto quedó relegada al cajón, donde nadie más que yo podía verla. Las cartas llegaban a casa de Carmen para que en mi casa no supieran que seguía adelante esa relación. Carta a carta, conferencia a conferencia, acabó la mili y la carrera. Por supuesto, durante todo ese tiempo le fui dando mi apoyo y cariño en los momentos bajos.

Por fin decidió venir a verme; estuvo más o menos una semana. Se quedó en casa de su hermano y pasaron varios días hasta poder vernos. Me extrañó mucho, pero entendí que quería estar con su familia. Llegó el tan esperado momento de conocernos; los nervios a flor de piel. Quedamos para ir al cine y fuimos a ver una película de estreno, Las Leandras, de Rocío Dúrcal. Me había puesto mis mejores galas, falda y blusa, mi pelo perfecto y los ojos con sombra y perfilados con lápiz. La entrada al cine fue caótica, todo el mundo empujaba y del roce, como era de esperar, surgió un beso en la boca. ¡Mi primer beso! Realmente no sabía ni cómo hacerlo, así que me dejé llevar.

Durante la película intentó meter la mano debajo de mi blusa, pero no lo consiguió; con un beso consideré que ya era bastante. Además, la mentalidad de entonces era que hasta que no subiera a tu casa no estaba bien hacer algo más que un beso. Se acabó la película y noté en él algo raro. Al día siguiente volvimos a quedar, pues ya se volvía a su Ceuta querida. Lo noté mucho más frío, algo desconcertante, diferente a las cartas. Llegó la hora de despedirnos y me dijo:

—Lo siento, Laura, pero no eres la mujer que yo esperaba. Hay algo en ti que no acaba de gustarme; prefiero dejarlo antes de hacerte más daño.

¡Y se quedó tan pancho! Mi cara era un poema, no daba crédito a lo que me estaba diciendo. ¡Después de tres largos años! No lo entendía, pero pensaba que había hecho lo correcto. Mi conciencia estaba tranquila.

Lógicamente, caí en una depresión. Destrozada de nuevo, volvía a desengañarme un hombre. Era mi destino seguir buscando a mi príncipe azul, porque así estaba escrito: toda princesa necesita su príncipe, a quien mimar, cocinar y cuidar; si no, se te pasaba el arroz y te quedabas para vestir santos.

EL PRÍNCIPE QUE SE CONVIRTIÓ EN RANA

Corrían los años 70. Ya con dieciocho años a mis espaldas y dos desengaños, me centré en mi profesión. Vi un anunció solicitando una administrativa para contabilidad; al llevar cuatro años en mi actual trabajo, pensé que quizá podía tener posibilidades. Me llamaron para pasar la entrevista y, dado el ambiente machista que regía en mi familia, no pude ir sola y mi padre se presentó conmigo. En la entrevista no dieron importancia a ese hecho. Nos atendió el jefe de personal.

—Lo siento, pero el puesto para el departamento de contabilidad ya está cubierto. Pero tenemos una vacante como secretaria de dirección.

—¿En qué consiste el puesto?

—Básicamente, en contestar el teléfono, pasando las llamadas al director, tomar nota, redactar las cartas y pasar los datos contables a máquina.

—Bien, ¿cuándo nos comunicarán si me aceptan? Tengo que dar un mes de preaviso en la gestoría donde trabajo.

—En una semana tendrás una respuesta.

En aquel momento pensé que era muy extraño que no me hicieran ninguna prueba, pero debían de considerar que reunía todas las condiciones para el puesto… Nos despedimos. A mi padre le parecieron bien tanto el sueldo como la seriedad y la importancia de la empresa. El sueldo era importante y por aquel entonces mi padre no podía trabajar y mi sueldo era necesario para mantener a la familia.

Tal como dijeron, a la semana recibí una carta donde me comunicaban que me incorporaba a primeros de mes, así que me despedí de mi anterior trabajo con pena: allí había empezado con catorce añitos y, sin saber apenas nada, había conseguido llevar todo el tema laboral de varias empresas. El trato tanto con los trabajadores como con las empresas había sido siempre bastante cordial y eso me hizo coger experiencia con el trato al personal.

Por aquel entonces ser secretaria de dirección estaba muy bien visto, daba categoría. Cuando mis padres contaron a los vecinos la noticia, les felicitaron. En la planta baja de la empresa estaban la producción, con las diferentes máquinas, el almacén y el taller de mantenimiento; en la planta superior estaban las oficinas: por un lado, el personal administrativo, con diferentes despachos en función de la jerarquía —entiéndanse directores de departamentos con sus respectivas secretarias—, donde los despachos eran más bien reducidos; los grandes de los directores generales de la compañía estaban en la otra ala de las oficinas. Junto a ellos había una sala grande donde se encontraba la secretaria particular de cada uno. En uno de ellos me encontraba yo. ¡Impresionante! No podía creerlo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «¿Jugamos a princesas?»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «¿Jugamos a princesas?» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «¿Jugamos a princesas?»

Обсуждение, отзывы о книге «¿Jugamos a princesas?» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x