—Tu padre parece ser un buen hombre.
—Claro, ¿qué crees? ¿Que lo amo y lo admiro por nada? Hago lo posible por ganarme su atención, pero él sólo tiene ojos para Kuwat, a quien también amo y admiro, pero que por momentos quisiera que no existiese. Dichoso de ti, que no tienes hermanos.
No –pensó Amsil, sin rencores hacia la vida– , no tengo hermanos que me arrebaten el cariño de un padre, pero durante años tampoco tuve padre ni algo a lo que pudiera llamar familia .
—Para que Ayah estuviera orgulloso de mí, empecé a entrenar h arimau silat –continuó Darma en tono amargo–, pero qué puede importarle a él.
—Disculpa: ¿empezaste a entrenar qué?
— Harimau silat . Es un sistema de lucha practicado por nuestra gente allá en Sumatera, de donde vinieron mis padres. Por supuesto, Kuwat lleva años practicándolo y yo no paso de ser un pésimo principiante.
Amsil no supo qué contestar. Sabía que muchas veces uno no es tan malo haciendo algo como le hacen creer. Había vivido esa situación en carne propia, pero sabía también de la frustración de saberse derrotado por circunstancias ajenas a su voluntad.
—Si crees en algún dios, rézale mucho–sugirió–, y sólo sigue luchando.
—Es que tengo miedo de que cuando se entere de... lo que soy, Ayah me eche de casa–respondió Darma
—Tal vez esos... garamantes los llamaste, creo... te hospedarían en su hogar. Seguramente vivir en el desierto no es lo ideal, pero...
—La... falta de techo es lo de menos; el desdén de mi familia es lo que me preocupa y lo que me dolería.
—Gurlok dice que nos vendría bien un sitio privado donde pudiéramos conversar tranquilos Guntur, tú, mis Tatas y yo. ¿Se te ocurre alguno?
Darma se encogió de hombros.
—En Guatrache , tal vez; pero eso sólo si Kuwat no decidiera acompañarnos, y es difícil que no lo haga–respondió.
—¿Qué tiene de especial ese boliche, que todos parecen citarse ahí?.
—Es muy popular entre los inmigrantes. Empezó como un proyecto muy pequeño a cargo de tres... mapuche y entonces se llamaba... Koña Rüpü. Fue creciendo de a poco, pero cuando el Magnífico subió al poder y esa loca asesina de Kulbîr empezó perseguir a los extranjeros, sobre todo a los... mapuche , se acusó a los dueños de conspirar contra el Rey Gato , basándose en que... Koña Rüpü significa Sendero de los guerreros y al supuesto armamento que encontraron en el lugar: aunque no lo quieras creer, tenedores y cuchillos. Se hicieron redadas en la cantina y tanto los dueños como varios clientes fueron a prisión varias veces. Eso nos rebeló. Los dueños rebautizaron a su cantina como Guatrache , que significa Gente gorda , y asociaron a su negocio a gente de... Rapanui, Ayiti, Vibolia y Paraguay. Al ser tantos los dueños, y aunque su clientela aumentó y ahora el lugar es enorme, mucho no ganan y varias veces estuvieron a punto de cerrar. Pero como a todos nos gusta el lugar y nos indignó esa persecución hacia los... mapuche, los apoyamos como podemos; hasta los... garamantes vienen desde su desierto de vez en cuando.
—Tú y Guntur podrían ir esta noche con nosotros, entonces.
—Pero es que nosotros sólo vamos los viernes a la noche y muy ocasionalmente los domingos al mediodía. Cinta baila jaipong 17 allí a veces. Otras toca el suling 18 en una banda de gamelan degung 19 que han formado ella y unos amigos . Llamaría la atención del resto de la familia que fuéramos cualquier otro día; quiero evitar eso.
—Bueno, quizás podamos ir el viernes. Veremos.
La casa de Bambang era como casi cualquier otra de La Tipûmbue Invisible , cosa extraña teniendo en cuenta la nacionalidad y etnia de sus moradores. Srivijaya es, o era (aclaro por si ya no existiera cuando la guerra de los dioses haya concluido) un conglomerado de cientas, quizás miles de etnias, y aquella a la que pertenecían Bambang y su familia era la etnia minang o minangkabau . En aquellos lugares de Asia, en ciertos pueblos se estilaba que varias familias compartieran una misma vivienda. Así se hacía también entre los minang , cuyas viviendas recibían el nombre de rumah gadang , es decir, casa grande , o bogonjong rumah , o sea, casa de techo espiralado . Esas construcciones funcionaban a la vez como residencias, salas de reuniones y actividades rituales. La madera era el material predominante en su construcción.
Algunos minang , aun en su tierra natal, preferían las viviendas individuales, pero por lo general éstas mantenían muchos detalles arquitectónicos propios de las rumah gadang . Las migraciones, dentro de su mismo país o hacia el extranjero, eran habituales entre los minang ; pero yo no sabría decir qué tipo de vivienda elegían en sus respectivos destinos, y sólo sé que la de Bambang no era muy diferente en aspecto de cualquier otra vivienda humilde de Tipûmbue, salvo por su mayor tamaño. Decían algunos que era imposible asemejarla a una rumah gadang porque en Largen no había materiales adecuados; pero creo que incluso aunque así fuera en parte, Bambang y Cahaya deben haber querido que externamente no se diferenciara mucho de otras tantas del país que los había acogido.
El caso es que la mayoría de las viviendas pobres de Tipûmbue, por influencia aymara 20, tenían paredes de adobe sujetas por madera y techos a dos aguas construidos en paja o coirón21; pero había cerramientos en las aberturas, y sólo en esto se diferenciaban de la típica vivienda aymara . Así era también el hogar de Bambang aunque, como se ha dicho, superior en tamaño a la mayoría de las casas de los alrededores.
Aquel mismo día, durante el almuerzo, Ifis había contado a Azrabul, Gurlok y Amsil muchas cosas relacionadas con aquella vivienda y sus habitantes. Nadie, jamás, había sido recibido allí, excepto ocasionales forasteros recién llegados a la ciudad que, aunque luego hablaron encantados del dueño de casa y de sus hijos, siempre se negaron rotundamente a revelar detalles del interior. Se habían enojado mucho al ser interrogados sobre la intimidad de un hogar donde se les había recibido tan hospitalariamente. Pero las historias se deforman al ir pasando de boca en boca; y el enojo de los interrogados, en descripciones posteriores, se había convertido en temor por las consecuencias de hablar sobre un tema vedado. La conclusión popular sobre el asunto era tétrica: aquellos huéspedes habían visto u oído algo horrible, de lo que no querían hablar .
La irrupción a la vivienda e inmediata fuga de tres ladrones en cierta noche particularmente oscura había reforzado esta versión. De todas las víctimas posibles, los malhechores habían elegido a Bambang y su familia porque al ser más grande la casa tenían esperanzas de alzar más botín, y también porque al verlos a pleno día les habían parecido demasiado bonachones y, por lo tanto, inermes. Pero habían huido aterrados y a gritos tras ser atacados –dijeron– por una especie de enorme monstruo o demonio. Ningún vecino fue testigo del ataque y a la vez todos lo fueron, sobre todo a medida que pasaba el tiempo y personas que vivían a varias cuadras empezaban diciendo que habían visto algo extraño desde lejos y, tras mucho repetir sus respectivas versiones, terminaban presenciando la huida de los delincuentes en primera fila . Lo cierto fue que al menos algunos reportaron haber oído ruidos inexplicables y horribles al momento del suceso, por lo que se había abierto una investigación.
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