LA CORONA CONTRA LA HISTORIA
JOSÉ CANGA ARGÜELLES
Y LA REFORMA DEL REAL
PATRIMONIO VALENCIANO
Carmen García Monerris
UNIVERSITAT DE VALÈNCIA 2005
Este libro, en su fase final ha contado con una subvención
de la Conselleria de Cultura, Educació i Ciència de la Generalitat Valenciana,
dentro de sus convocatorias de ayuda I+D+I (Código: GV04B-189)
y del Ministerio de Educación y Ciencia apoyado con fondos FEDER (HUM 2004-04527).
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© Carmen García Monerris, 2004
© De la presente edición: Universitat de València, 2004
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Diseño de la maqueta: Inmaculada Mesa
Ilustración de la cubierta: Francisco de Goya, El Sueño de la razón produce monstruos
Diseño de la cubierta: Celso Hernández de la Figuera
ISBN: 84-370-6166-0
Realización ePub: produccioneditorial.com
A Eduardo, mi marido,y a mi hijo Josep Lluís,
por nuestra tupida red de complicidades
entre el dolor y el amor.
“Ahora me parece que sé de fuente cierta que no hay vida sin gasto, ni riesgo, y en consecuencia sin sorpresa, y que la sorpresa y el gasto […] no sólo forman parte de toda la vida, sino que son la vida misma en su verdad última.”
L. Althusser, El porvenir es largo
“[…] cada sociedad genera el tipo de impostura que, por así decir, se merece. Y nuestra sociedad, que en sí misma constituye una impostura […] jurídica, literaria, humana […] no ha hecho otra cosa que producir, de manera natural, obvia, la impostura contraria.”
L. Sciascia, El archivo de Egipto
“[…] que más que a defender sus derechos conspirarán a continuar los perjuicios del Erario con las usurpaciones de los derechos sagrados del Rey.”
ÍNDICE
A MODO DE INTRODUCCIÓN
1. UN HIDALGO EN EL «CORAZÓN» DE LA MONARQUÍA
AÑOS DE JUVENTUD Y DE FORMACIÓN
ECONOMÍA, POLÍTICA Y ADMINISTRACIÓN
2. EL UNIVERSO PATRIMONIALISTA DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVIII: EL REINO «BIEN ORDENADO» DE VICENTE BRANCHAT
RESTABLECER CON NORMAS
EL TRATADO Y SU SIGNIFICACIÓN
3. MARTÍNEZ DE IRUJO: UN CONTADOR EN SU OFICIO
LA LUCHA POR LO GUBERNATIVO
EL ENEMIGO DENTRO
4. DILEMA EN TIEMPOS DE CRISIS
¿REFORMA O DESAMORTIZACIÓN?
FINALMENTE, ARRIENDO
ARRIENDOS Y ARRENDADORES
5. LA INGENIERÍA DE UNA REFORMA IMPOSIBLE
ORDENAR PARA REFORMAR
ORDENAR LOS PROCEDIMIENTOS: EL CANTO DE CISNE DE LA VÍA JUDICIAL
6. UN REAL PATRIMONIO COMPLEJO Y DIVERSO
UN PATRIMONIO CON MUCHOS «RAMOS»
DOS NUEVOS FRENTES: LA REGALÍA DE AMORTIZACIÓN Y LOS TERCIOS-DIEZMOS
OTROS DERECHOS
7. LA RADIOGRAFÍA DE UN VIEJO PATRIMONIO
UN PATRIMONIO CON MUCHOS «ARTEFACTOS»
¿A QUIÉNES DENUNCIAMOS?
8. HISTORIA DE UN EMPAPELAMIENTO COLECTIVO
LA LITURGIA
AL LÍMITE DE LOS ARGUMENTOS: BRANCHAT REESCRITO
9. UN MUNDO TAMBALEANTE
EL PRAGMATISMO DE LOS ENFITEUTAS
LOS INTERESES DE LOS AYUNTAMIENTOS
EL «LARGO BRAZO» DEL PATRIMONIO REAL
10. CORRUPTOS Y PODEROSOS: EL FINAL DE UNA FANTASÍA RACIONALIZADORA
ARRENDADORES IMPERTINENTES Y EMPLEADOS INDOLENTES
SE DESATA LA TORMENTA
11. SEGUIR GANANDO TIEMPO
APROVECHAR LA OCASIÓN
LOS RESCOLDOS DE UNA GRAN HOGUERA
FUENTES MANUSCRITAS E IMPRESAS
A MODO DE INTRODUCCIÓN
Como casi siempre ocurre, una cosa es el libro que se piensa y otra bien distinta el finalmente escrito. El fenómeno en sí carece de cualquier misterio, no tiene la menor importancia y, por tanto, no exige demasiadas explicaciones. Los historiadores o quienes directa o indirectamente se dedican a oficios que tengan que ver con la escritura y el discurso sabemos que es la lógica de éste la que acaba atrapándonos, la que establece las servidumbres, prioriza y selecciona contenidos e, incluso, marca límites y exclusiones. Nada nuevo, nada no sabido. Tal vez por ello yo no me siento en la necesidad de explicar el libro que he escrito. Sin embargo, como me he pasado muchos años, seguramente demasiados, imaginándomelo, no me resisto a abandonarlo y quiero hablar de aquello que pensé que podría ser, de cómo fue gestándose y alimentándose en mi cabeza. A fin de cuentas, pienso que, de alguna manera, algo del libro pensado se ha transmitido a este concreto; diría, incluso, que no se puede explicar uno sin el otro. Hace ya tiempo que los psicoanalistas saben de la importancia de la fantasía como determinación o preparación de la realidad.
Detenerme en ese aspecto me permite, además, cubrir ese flanco narcisista que ya anunciara Montaigne en el prólogo a sus Ensayos cuando afirmó que él mismo era la materia de su libro. No pretendo en absoluto llegar a tanto: entre mis defectos no figura, afortunadamente para los que me rodean, la inmodestia. Pero tampoco quiero renunciar a la pequeña parte de mí misma que me toca en la empresa y debo afirmar que algo de mí hay en ella, sin que me preocupe la cantidad. Es muy cansado y fatigoso estar desapareciendo continuamente, diluirse en aquello que se hace para, finalmente, acabar por no reconocer ni siquiera a nuestras criaturas. Esta obra, producto último de unas circunstancias y moldeada por la dinámica de la escritura, se explica también por todo aquello que yo estuve pensando de ella y sobre ella. De ello, por tanto, voy a hablar, y del personaje que está detrás del telón de toda esta historia y cuya reconstrucción ha dado la impresión en algunos momentos que corría paralela a la mía propia. Porque este libro, efectivamente, es también la historia de una relación, la que he establecido con el protagonista principal de la misma, José Canga Argüelles (1771-1842).
Mi primer contacto con el que fuera contador general del Ejército en Valencia viene de lejos. Tropecé literalmente con él allá por el año 1979 cuando, en calidad de becaria de investigación adscrita al Departamento de Historia Económica de la Universidad de Valencia, realizaba mi tesis doctoral. El tema de la tesis, tan accidental como seguramente mi propia estancia en una Facultad de Económicas, no hacía presuponer nada de lo que después ocurrió. Me dedicaba, como tantos otros historiadores e historiadoras fieles a la moda historiográfica del momento, a analizar un señorío valenciano con sus consabidas series de arrendamientos de derechos, su poco peculiar renta feudal, sus inevitables conflictos con diversos agentes sociales y sus necesarios esfuerzos de adaptación a una coyuntura histórica que en ese momento se caracterizaba por el denominado problema de «la transición del feudalismo al capitalismo».
Pese a esta común y bien generalizada ocupación, siempre disfruté, no obstante, de cierta ventaja comparativa: era el mío un «señorío» muy particular, puesto que su titular era el propio rey y formaba parte de un conjunto mucho más amplio, el Real Patrimonio en el antiguo Reino de Valencia. La Albufera de Valencia, objeto concreto de mi estudio, era, en efecto, en el siglo XVIII, no sólo uno de los «estados» más rentables del territorio valenciano, sino la auténtica «joya de la Corona» del conjunto de bienes patrimoniales del monarca. Mirado con cierta perspectiva, siempre tuve la sensación agradable de que era a través de esta peculiar perspectiva por la que yo podría aportar algo original a un esfuerzo colectivo que desde hacía cierto tiempo estaba empeñado en el descubrimiento de nuestras identidades sociales y políticas en la época contemporánea. Mi tesis doctoral, a la postre, no iba a suponer sólo ni principalmente el descubrimiento de un peculiar espacio agrario y de su dinámica social y económica entre los siglos XVIII y XIX, sino la puesta sobre la mesa de la importancia de la institución patrimonial para la historia valenciana, de su relación con el absolutismo dieciochesco y de su capacidad condicionante de alguna de las decisiones de la posterior sociedad y política liberal.
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