1 ...7 8 9 11 12 13 ...29 GRÁFICO 1.5 . Sistema sociocultural
El nexo entre el imperativo funcional de adaptación y el subsistema operacional de la economía se evidencia cuando se tiene en cuenta que en este modelo a este subsistema se asigna, como responsabilidad sine qua non , el hacerse cargo de la producción y distribución de bienes y servicios para satisfacer las necesidades de la gente que conforma la totalidad del sistema social. En esta dirección, y para propósitos de este capítulo, no hace falta ir más allá de lo que ya se ha dicho sobre cómo hemos venido funcionando desde que el humano se volvió bípedo, es decir, bajó de los árboles. Es necesario subrayar que teóricamente no hay ninguna razón para que sistemas sociales diferentes tengan que responder en forma igual a las exigencias del problema económico de siempre. Como se verá más adelante, históricamente la humanidad ha recurrido a cuatro maneras de resolver dicho problema: la tradición, el mandato de una autoridad central, el sistema de mercado y las economías mixtas. En la actualidad, aun naciones muy próximas en sus formas de ser y actuar frecuentemente abordan este tema con las particularidades sociales e históricas de cada una de ellas, lo que incluye espacios de variada amplitud para sus convergencias y divergencias. Por otra parte, interesa destacar que, según esta conceptualización, no queda la menor duda de que “no solo de pan vive el hombre” 16y que cualquier cosa que tenga que ver con la economía tiene que ver también con el resto de la estructura social.
La afinidad del imperativo funcional de consecución de objetivos con el subsistema operacional de la política radica en que para llegar a los propósitos que colectivamente se quieran obtener, el recurso indispensable con el que se tiene que contar es el poder . Para que cualquier sistema social funcione es indispensable establecer jerarquías de responsabilidades, que deben ir de la mano con sus correspondientes jerarquías de autoridad. Al igual que en el subsistema económico, a priori no hay ninguna razón para que los sistemas sociales tengan que adoptar modelos coincidentes de responsabilidadautoridad. No obstante, en la práctica, sobre todo países con recorridos históricos relativamente cortos con alguna frecuencia han trasladado a sus geografías modalidades concebidas en otros países o de inesperada novedad en determinados tiempos. Como clara ilustración del primer caso está la Constitución de los Estados Unidos, que en 1787 incorporó a su institucionalidad a los tres poderes del Estado, que los enciclopedistas franceses proponían en sus escritos: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Como ejemplo del segundo tenemos a la Constitución de la República del Ecuador de 2008, que agregó a estos tres poderes las funciones Electoral y de Transparencia y Control Social.
El vínculo entre el imperativo funcional de la integración y el subsistema cultural y de valores se encuentra en la necesidad de que un sistema social tiene de convertir individualidades sueltas en una colectividad con un alto grado de identidad propia, a fin de asegurar su permanencia como tal. Se trata, por ejemplo, de convertir once personajes que corren tras un balón en un equipo de fútbol con sinergia, con una efectividad colectiva superior al total de la suma de las habilidades individuales, como lo que sucedió con la selección ecuatoriana de fútbol cuando, después de innumerables intentos, se clasificó a tres campeonatos mundiales. Hay quienes sostienen que estos logros se obtuvieron porque hubo suficientes compatriotas que, con devoción sin precedentes, se encomendaron a numerosos santos de prestigio; sin embargo, para muchos de nosotros la respuesta es diferente y se puede poner en los siguientes términos. En los tres casos exitosos —que se espera no serán los últimos—, primó la intensidad de la coherencia con la que los jugadores se desempeñaron durante las eliminatorias. Esta coherencia surgió de una “cultura de grupo” que quienes estuvieron a cargo de la preparación de la selección alcanzaron a forjar para que hiciera parte intrínseca del desempeño de cada uno de los jugadores. Los criterios de Schein, uno de los tratadistas más distinguidos sobre el tema, ayudan a entender lo anterior. “La cultura de un grupo se puede definir como [...] un patrón compartido de supuestos aprendidos por el grupo en el proceso de resolver sus problemas de adaptación externa y de integración interna y que han funcionado lo suficientemente bien como para considerarlos válidos y, por tanto, susceptibles de ser enseñados a los nuevos miembros”. 17Parece que nos faltó lo último en las eliminatorias de 2010 y 2016, en las que no nos clasificamos.
El imperativo funcional de administración de tensiones y su estrecha correlación con el subsistema institucional surge de la necesidad de generar y mantener la estabilidad interna de un sistema social. Con el tiempo, las costumbres, las leyes y las instituciones han sido los mecanismos tradicionales para generar este resultado. Se trata no solo de establecer reglas del juego, sino también de estructurar organismos que se encarguen de hacerlas funcionar, y dado el caso, tengan legítimo poder para sancionar cuando estas se incumplan o se violen. El Ecuador de los años noventa ilustra qué puede suceder cuando se atenta en contra de la institucionalidad. En 1994, la Ley de Instituciones Financieras oficializó la tenencia de cuentas bancarias en dólares y, al hacerlo, cercenó de un tajo el alcance de la política monetaria del Banco Central. Para 1996, un estudio publicado por esta institución presentó evidencias claras de que el sistema bancario privado ecuatoriano tenía problemas serios de capitalización y liquidez, pero no hay ninguna información sobre si las autoridades correspondientes hicieron algo al respecto. 18A finales de 1998, la Ley de Reordenamiento en materia económica en el área tributaria y financiera eliminó el impuesto a la renta y creó el impuesto a la circulación de capitales, lo cual hizo que de la noche a la mañana los pagos en cheque fueran reemplazados, en proporciones históricas, por pagos en efectivo.
1.3. SOLUCIONES AL PROBLEMA ECONÓMICO A TRAVÉS DE LA HISTORIA
Históricamente, los humanos, en su búsqueda de respuestas al problema económico, han recurrido a las siguientes modalidades: la tradición, el mandato de una autoridad todopoderosa, el sistema de mercado y las economías mixtas. En el caso del Ecuador y de varios otros países de América andina, debido a las consecuencias que surgieron por el encuentro abrupto entre los españoles y nuestras civilizaciones aborígenes, es menester agregar una quinta: las estructuras dualistas. 19
TRADICIÓN
Es con seguridad la opción más antigua que aún persiste en Ecuador en nuestras nacionalidades indígenas. Consiste en llevar a cabo las tareas de producción y de distribución en formas establecidas en el pasado distante, verificadas a través de procesos de ensayo y error y conservadas por la poderosa inercia de la costumbre. De este modo, la tradición tiene la singular ventaja de que cuando se trata de producir y distribuir, todo el mundo sabe no solo lo que corresponde hacer sino cuánto va a recibir como resultado de sus esfuerzos. La aceptación incuestionable del pasado hace que estas responsabilidades se cumplan tal como fueron establecidas por varias generaciones, frecuentemente desde tiempos inmemoriales. A las generaciones del presente no les toca cambiarlas sino más bien mantenerlas y entregarlas intactas a las generaciones venideras. Los ejemplos de la efectividad de esta práctica están en la presencia contemporánea de grupos humanos que han sobrevivido sin mayor evolución desde la Edad de Piedra hasta nuestros días, en hábitats en extremo inhóspitos como es el caso de los aborígenes de Australia y los bushman del desierto del Kalahari.
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