Contenido
Portada
Introducción
Las bases teóricas de la obra
Contexto histórico social
¿Por qué la religión?
La racionalidad según Weber
La sociología de la comprensión como método
La ejecución de la obra
El uso de las fuentes en La ética protestante y el espíritu del capitalismo
Definición del concepto «capitalismo» según Weber
La función de las traducciones de la Biblia
Martín Lutero como traductor
Los argumentos de Weber
La importancia creciente de la profesión en un mundo secular
Las características de la revolución burguesa en Alemania
¿Por qué surge la doctrina de la predestinación divina?
La influencia del Humanismo
Juan Calvino y su búsqueda de una teología propia
Las consecuencias psicológicas de una doctrina de la providencia
La ascesis intramundana y el ethos puritano
Las modificaciones de la doctrina de la predestinación
El ethos religioso de los grupos disidentes
Los puritanos
Los amigos de Dios, llamados «cuáqueros»
Los bautistas
La espiritualidad introspectiva del pietismo
Los metodistas
Los fundamentos del metodismo
Las consecuencias prácticas del metodismo
La función de la literatura edificante
El autor de El progreso del peregrino: John Bunyan
Richard Baxter y el cuidado del despilfarro del tiempo
El freelancer religioso: Benjamin Franklin
La modificación del ethos mediante lecturas piadosas
Respuesta a Max Weber
¿A qué se debe el éxito de La ética protestante y el espíritu del capitalismo?
La aparición del individuo como ciudadano en la Europa medieval
La sociedad tradicional y la sociedad moderna según Weber
El cambio en la consideración de la riqueza desde la Antigüedad hasta el capitalismo temprano
El problema de la usura
El carácter cambiante del trabajo en la sociedad del capitalismo temprano
¿Qué queda de La ética protestante y el espíritu del capitalismo?
Bibliografía
Anexos
Anexo 1
Anexo 2
Anexo 3
Créditos
Te damos las gracias por adquirir este EBOOK.
Visita www.uarm.edu.pey conoce más sobre nuestras publicaciones y programas.
Introducción
¿Ha sido determinante el factor religioso para la diferencia económica entre América del Norte y América del Sur? Y, de haber sido así, ¿se encontraría su origen en alguna de las distintas confesiones religiosas que practicaban sus habitantes, como el protestantismo rígido de los pioneros, quienes conquistaron la parte del norte del inhóspito continente americano, o la voluptuosidad de un catolicismo barroco asentado en la parte sur, de vida en abundancia, misas ostentosas y feudalismo colonial tardío? Pensadores como José Carlos Mariátegui, en su famosa obra Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, y Alejo Carpentier, en Concierto barroco, daban crédito a la primera explicación. Así, pues, más allá de si uno está de acuerdo o no con esta postura, ella ejercía —y aún lo hace— cierta atracción; por eso, no está demás preguntarse cuál es el origen de esta tesis.
Cabe considerar que el ensayo La ética protestante y el espíritu del capitalismo, de Max Weber, publicado entre 1904 y 1905, generó inmediata controversia. Teóricos como el sociólogo alemán Reinhard Bendix ¿y da esta afirmación en la obra de 1964? calificaron la discusión en torno a la obra de Weber y su propuesta teórica como el debate ideológico más grande del siglo XX.
Podemos afirmar, junto con José Medina Echevarría, que aunque el nombre de Weber tiene hoy prestigio universal, esta afirmación no significa un acercamiento justo a su pensamiento porque «[…] algo como un destino adverso le persigue aun en su propia gloria, pues nimba, las más de las veces, a lo que es en realidad una figura desconocida ante la que sería tan incorrecto como delator omitir gestos reverenciosos. Aún peor, lo que de su obra ha pasado al público y se repite en las aulas no deja de ser una deformación o caricatura de su propio pensamiento. Exceptuados los contados estudiosos de su obra completa, para los demás, el nombre de Max Weber suele ir unido casi con exclusividad al esquema de su interpretación de los orígenes del capitalismo» (Medina Echeverría, 1997). Las dos referencias alertan acerca de un problema. Weber no es un autor de rápidas conclusiones y fácil acceso; su lectura requiere una cierta dedicación para captar el sentido de sus afirmaciones.
El difícil acceso a los textos de Weber no impide una amplia recepción. Ella tuvo lugar de manera indirecta, pues sirvió de referencia a ideas obviamente sugerentes que repitieron sus tesis —tal como lo advierte Medina Echevarría— impulsando actitudes por influencia de una ética específica, la misma que puede haber favorecido el desarrollo de una sociedad capitalista.
Sin embargo, al momento de aplicar dicha tesis, se corre el peligro de simplificar y abreviar lo que su autor aporta a la historia del pensamiento. «Pero el esquema, a fuerza de arrastrarse por los manuales, llega al público a menudo convertido en un auténtico disparate que se reitera con la desenvoltura a que convida toda simplicidad. Cierto que aquí se repiten los azares que lleva consigo la popularización de pensamientos complejos y plantea una vez más el problema de los peligros de toda la cultura aguada para hacerla asimilable. Pero en el caso de Weber la deformación se remonta a fuentes secundarias que —por obra de investigadores muy estimables— surgieron, sin embargo, con un pecado de parcialidad. Y esto en el doble sentido de consideración parcial, no completa, o de visión prejuzgada por intereses polémicos» (Medina Echevarría, 1977).
Nuestro trabajo se ubica exactamente en este espacio ambivalente entre la historia de las malas interpretaciones y la simplificación de su obra, en la búsqueda del entendimiento de lo que el autor quería comunicar. La parcialidad en este intento nos parece inevitable porque el mismo Weber no es autor de consenso. Por el contrario, su pensamiento representa una corriente ideológica con la cual no todos estamos de acuerdo, en tanto él se define como liberal, es decir, en una posición netamente eurocentrista, manifestada en las dos preguntas principales planteadas en su obra La ética protestante y el espíritu del capitalismo. En primer lugar, ¿a qué se debe la diferencia en el desarrollo entre Occidente y las demás culturas? Y en segundo lugar, ¿cómo debemos imaginar los procesos históricos más allá de lo abstracto? ¿Cuál es el aporte del individuo a esos procesos? Las respuestas sugerentes y convincentes que el autor ofrece a estas preguntas prácticas dan la impresión de ser de fácil expresión y reproducción en el imaginario de los lectores. Por lo demás, nos parece importante reflexionar sobre por qué el boom weberiano es de muy reciente data y de especial impacto en las corrientes del pensamiento del subcontinente latinoamericano.
Nuestro interés en el ensayo La ética protestante y el espíritu del capitalismo es muy puntual.
Читать дальше