¿Qué son las enfermedades crónicas no transmisibles? ¿Qué son las enfermedades crónicas no transmisibles? Las ECNT, son enfermedades de larga duración cuya evolución es generalmente lenta. Representan una verdadera epidemia que se incrementa debido al envejecimiento de la población y aumento de la esperanza de vida al nacer y los modos de vida actuales que acentúan el sedentarismo, la mala alimentación y la obesidad entre otros (transición epidemiológica y demográfica). Estos factores han aumentado debido a los profundos cambios, como mencionamos anteriormente, en los ambientes físicos y sociales que han modificado nuestra forma de trabajar, recrearnos y movilizarnos, generando modos de vida que incrementan las probabilidades de desarrollar alguna enfermedad crónica. En su conjunto, representan grandes desafíos en el abordaje de los procesos salud–enfermedad. Pero lo más importante es que son evitables trabajando los estilos de vida de las personas. Importante: respecto a COVID, hablamos de la pandemia del Covid-19, pero… estamos transcurriendo una verdadera sindemia3 donde se encuentra unido lo social y lo biológico. Se refiere a problemas de salud sinérgicos que afectan la salud de una población (económico y social). Sufrimos la sinergia entre un mal infeccioso agudo y las enfermedades crónicas no transmisibles. Las dos pandemias. Estamos observando una sindemia donde los altos niveles de estas enfermedades crónicas nos predisponen a tener un pronóstico no tan favorable en caso de estar expuestos a esta infección. Además, los peores desenlaces se han dado en personas con ENT. Otro aspecto importante para las personas con condiciones crónicas de salud es que tienen que aprender a reconocer los factores que limitan su vida, de manera individual y colectiva, para obtener herramientas que apoyen a su modificación, trabajando con el concepto de autocuidado y automanejo. La prevalencia de enfermedades crónicas aumentó drásticamente en los últimos cincuenta años. Para tener una aproximación a la problemática, es importante tener en cuenta que, en la actualidad, entre el 30 y el 70% de las personas con enfermedades crónicas no recibe los cuidados adecuados a su condición e incluso abandona su tratamiento. En los países desarrollados la adherencia terapéutica en personas que padecen enfermedades crónicas promedia solo el 50%.
¿Qué datos epidemiológicos tenemos respecto a estas enfermedades en el mundo y en Argentina? ¿Qué datos epidemiológicos tenemos respecto a estas enfermedades en el mundo y en Argentina? Datos mundiales aportados por la OMS nos muestran: • Las enfermedades no transmisibles (ENT) matan a 41 millones de personas cada año, lo que equivale al 71% de las muertes que se producen en el mundo. • Cada año mueren por ENT 15 millones de personas de entre 30 y 69 años de edad; más del 85% de estas muertes “prematuras” ocurren en países de ingresos bajos y medianos. • Las enfermedades cardiovasculares constituyen la mayoría de las muertes por ENT (17.9 millones cada año), seguidas del cáncer (9.0 millones), las enfermedades respiratorias (3.9 millones) y la diabetes (1.6 millones). • Estos cuatro grupos de enfermedades son responsables de más del 80% de todas las muertes prematuras por ENT. Al igual que el resto del mundo, en Argentina estas enfermedades y sus factores de riesgo están en un preocupante aumento. Existen varias encuestas nacionales realizadas por el Ministerio de Salud de la Nación, que nos muestran estos datos.
Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) Esta encuesta se realizó en personas adultas de más de 18 años de edad, en 4 ediciones, correspondientes a los años: 2005–2009–2013 y 2018, para Enfermedades No Transmisibles y sus factores de riesgo. En líneas generales se observa que si bien durante el periodo estudiado se ha avanzado en la reducción del consumo de sal y tabaco, otros factores de riesgo como la inactividad física, una alimentación no saludable, el sobrepeso y la obesidad, la hipertensión y la diabetes presentan grandes desafíos para su abordaje y estamos todavía muy lejos de las cifras deseadas. Veamos sus principales indicadores y resultados:
Respecto a indicadores de actividad física, alimentación y peso corporal. Respecto a indicadores de actividad física, alimentación y peso corporal. Elaboración propia a partir de datos obtenidos de la ENFR, Ministerio de Salud de la Nación. • Los indicadores de actividad física baja y exceso de peso tuvieron diferencias estadísticamente significativas respecto a valores de 2013. • El consumo de sal al cocinar o uso del salero en la mesa ha disminuido en el periodo estudiado. • Solo el 6% de la población adulta cumple con la recomendación de consumo de 5 porciones de frutas y verduras al día. • 6 de cada 10 adultos en Argentina tiene exceso de peso (definido como sobrepeso + obesidad). Desde 2005 a 2018 la obesidad aumentó 74%. Recordamos que la medida se calcula a través del índice de masa corporal (IMC): que relaciona el peso en kilos con la altura en metros (al cuadrado). Respecto a indicadores de tabaco. Elaboración propia a partir de datos obtenidos de la ENFR, Ministerio de Salud de la Nación. Observamos que el consumo de tabaco, la exposición al humo de tabaco ajeno en el hogar y en el trabajo tuvieron diferencias estadísticamente significativas respecto al mismo indicador de 2013. Respecto a indicadores de prevalencia de factores de riesgo intermedios: Elaboración propia a partir de datos obtenidos de la ENFR, Ministerio de Salud de la Nación. Observamos un gran aumento de glucemia en población total, con diferencias estadísticamente significativas respecto a 2013.
Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS) Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS) Otra encuesta relacionada con indicadores de salud y alimentación es la ENNyS. Existen dos ediciones de esta encuesta. La primera ENNyS fue realizada entre los años 2004 y 2005, exclusivamente, en niños mayores de 6 meses a 5 años, embarazadas y mujeres en edad fértil, mientras que la ENNyS 2 realizada en 2018–2019 fue realizada en niños, niñas y adolescentes (NNyA) de ambos sexos de 0 a 17 años y en adultos de ambos sexos de 18 años y más. Algunos de los indicadores más relevantes en relación a menores de 5 años: Respecto a lo relevado en la segunda edición de la encuesta observamos para NNyA entre 5 a 17 años, que la prevalencia de exceso de peso alcanza al 41.1% y se lo contempla como el principal problema relacionado a la alimentación. Esta encuesta también evaluó la frecuencia de consumo de alimentos recomendados y no recomendados, según el quintil4 de ingresos.
Encuesta Mundial de Salud Escolar (EMSE) Encuesta Mundial de Salud Escolar (EMSE) Esta encuesta releva datos de niños, niñas y adolescentes de 13 a 15 años, estudiantes de escuelas públicas. Se realizaron 3 ediciones en los años 2007, 2012 y 2018. Si vemos los datos obtenidos de indicadores como peso corporal e inactividad física, observamos: Elaboración propia a partir de datos obtenidos de la EMSE. Observamos que solo el 16.9% de estudiantes de 13 a 15 años, estuvieron activos al menos 60 minutos por día durante los últimos 7 días. Y que solo el 37.9% de los estudiantes fueron 3 o más días a la semana a clases de educación física en la escuela durante el último año escolar.
Programa Nacional de Salud Escolar Programa Nacional de Salud Escolar Entonces, como reflexión de este apartado podemos concluir que los hábitos de vida influyen y mucho en la salud de los individuos y poblaciones. Los factores de riesgo determinan el estado de salud de las personas.
Los hábitos. ¿Qué son? Los hábitos. ¿Qué son? Veamos a continuación el tema de los hábitos. Estos son el resultado de una acción o conducta que repetimos frecuentemente de forma automática. Se reiteran de manera sistemática y tienen un grado de regularidad que se confunde con la vida del individuo que los realiza. Todas las personas tienen arraigados una serie de hábitos con gran influencia en sus vidas. Es por ello que es de suma importancia fijar la atención en las conductas recurrentes que se han incorporado. Muchas de estas son totalmente inconscientes, por lo que es necesario algún grado de introspección para identificarlas. Otras, en cambio, pueden notarse con mayor facilidad. Existen para nuestra salud malos hábitos versus buenos hábitos. Los buenos hábitos son aquellos que acompañan la posibilidad de desarrollar objetivos que mejoran la calidad de vida y salud de las personas. Por ejemplo el hábito hacer ejercicio, de mantener la higiene, alimentarse de manera saludable, no fumar, el descanso, entre los más importantes. Por el contrario, los malos hábitos tienen consecuencias negativas para nuestras vidas e impactan directamente en la salud y el bienestar. Algunos de ellos son notoriamente dañinos y difíciles de eliminar. Por ejemplo el fumar, el beber en exceso, alimentación no saludable, entre otros. Según Stephen R. Corvey, como vemos en el esquema, los hábitos son una intersección entre conocimiento, capacidad y deseo. Para convertir algo en hábito necesitamos los tres elementos. Son configuraciones que se almacenan en el ganglio basal de nuestro cerebro, para que ejecutemos ciertas acciones de manera automática y sin la necesidad de pensar.
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