Agradecimientos
Deseo agradecer a quienes apoyaron este proyecto desde sus inicios como tesis doctoral en la Universidad de Maryland, así como su primera publicación y esta segunda edición.
Agradezco especialmente a José Rabasa, quien me inició irremediablemente de colonialista, a Regina Harrison, quien me guió acertadamente para sacar adelante el proyecto, y a Álvaro Félix Bolaños, quien fue un gran mentor. Igualmente, quiero agradecer a los jurados del Premio Nacional de Historia de Colcultura 1997, Antony McFarlane, Aída Martínez y Eduardo Posada, por el reconocimiento de mi labor y por sus valiosos comentarios sobre este estudio, a William Jaramillo y al Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, hoy el Instituto Colombiano de Antropología e Historia, cuyo respaldo hizo posible la primera edición.
Este libro es producto del diálogo con los colegas y amigos encontrados a lo largo del trayecto, entre ellos Joanne Rappaport, Maureen Ahern, Betty Osorio, Carmelita Millán, Rolena Adorno, Cristo Figueroa, Santa Arias, Hubert Pöppel, María Eugenia Osorio, Edison Neira, Sara Castro Klarén, Paul Firbas, Raúl Marrero, Elizabeth Davis, Carlos Jáuregui, Ralph Bauer, Luis Miguel Córdoba Ochoa, Jaime Humberto Borja, Rodrigo Cacho, Emiro Martínez Osorio y, finalmente, María Piedad Quevedo, gracias por el apoyo a esta segunda edición.
Gracias a los colegas en la Universidad de Arkansas, Jimmy Horton, Steve Bell y Sergio Villalobos. A los estudiantes del seminario de colonial de la maestría en literatura colombiana en la Universidad de Antioquia, el seminario de épica y humanismo en la Universidad Eafit y a los estudiantes de posgrado aquí en Arkansas. A mi familia, a mis padres, Álvaro y Beatriz, a Michel Bail, a mis tíos Sergio Restrepo, Iván Restrepo, Hugo Montoya y a mis hermanos.
Agradezco inmensamente a mi esposa Catalina y a mis hijos Camila y Rafael, cuyos logros y alegrías me han rescatado una y otra vez de mis andanzas por ese siglo lejano y sórdido de las Elegías .
Introducción
¿Qué significaba escribir una historia en verso épico a finales del siglo XVI en el Nuevo Reino de Granada? Esta es la pregunta fundamental que examina este libro sobre las Elegías de varones ilustres de Indias de Juan de Castellanos. Para contestarla, emprendemos una indagación que interpola el análisis del texto mismo con una contextualización. Un contexto que, sin embargo, no es visto como un telón de fondo, algo fijo o “real”, sino como un espacio culturalmente constituido en el cual participan formativamente las Elegías. Adicionalmente, se trata de un contexto que no necesariamente está “afuera” de las Elegías , sino también en el interior del texto mismo, en el cual podemos encontrar los discursos y valores que conforman el mundo colonial, entre ellos: la legislación, la historia, la literatura, la etnografía, la cartografía y la religión. La presencia de estos discursos y valores en el texto de Castellanos no solo nos ofrece una ventana al mundo colonial, sino que hace evidente que las Elegías participan en el proceso general de creación y el sostenimiento del orden colonial neogranadino.
Por consiguiente, no se trata de un estudio global sobre la obra y su autor, para lo cual el lector podrá dirigirse a varios trabajos de tal índole. 1Se trata, en cambio, de un trabajo que se enfoca en ciertos aspectos que ilustran cómo este texto interviene en un momento histórico específico para fundamentar un orden señorial en el Nuevo Reino de Granada. Con este objetivo en mente, los temas de enfoque son la escritura de la historia, la autoconstrucción de una identidad aristocrática marcial, la demarcación de la alteridad y la inscripción de una territorialidad colonizada. Esta aproximación a las Elegías desde diferentes ángulos busca replantear una lectura de la obra de Castellanos que no se limite a los marcos de las disciplinas como la Historia y la Literatura. Se propone, en cambio, una indagación que dé cabida a la complejidad de los textos y contextos coloniales. La unidad de este libro no radica en una sucesión de capítulos, sino en resaltar las múltiples formas en las cuales las Elegías están intricadas en un presente histórico específico.
Para el estudio de las temáticas mencionadas arriba, las Elegías son un texto con gran potencial debido a su heterogeneidad: se trata de una extensa narración con una definida intención historicista escrita en verso épico (la mayor parte en octavas reales), modelada, aunque no sin distancia crítica, en La Araucana de Alonso de Ercilla, cuyas tres partes fueron publicadas en 1569, 1578, 1589 respectivamente. Además de la epopeya y la historia, en este texto convergen múltiples formas discursivas que ponen en relieve la complejidad de la escritura de la historia. Es decir, permite cuestionar la historia como texto. Adicionalmente, las Elegías presentan una cuidadosa y calculada representación de los guerreros españoles e indígenas, lo cual permite examinar el proceso de construcción de la identidad y la demarcación de la alteridad, visto en el contexto del ejercicio del poder colonial. Se discutirá qué significa que en las Elegías se presenten a los conquistadores como figuras cidianas, el prototípico guerrero medieval, y a los indígenas como guerreros indisciplinados o salvajes. Por último, las Elegías permiten replantear las implicaciones políticas de la representación del espacio-colonial, no solo por sus detalladas descripciones de la topografía americana, sino también por la inclusión de mapas y la integración del discurso cartográfico de la época en su narración.
Castellanos y el Nuevo Reino tras el giro lingüístico
El presupuesto fundamental de este libro es que el lenguaje no refleja, sino que constituye la realidad. Este no es considerado algo neutral, sino que emerge siempre en contextos de poder. Tal presupuesto está basado principalmente en el posestructuralismo de Roland Barthes y Michel Foucault, pero también en otros que llevan estos planteamientos a otros campos como la Historia (Hayden White, Dominick LaCapra), la Etnografía (Clifford Geertz, James Clifford) o la Cartografía (James Duncan, J. B. Harley). Este nuevo paradigma de las ciencias sociales ha sido llamado el giro lingüístico : se percibe la vida social como algo organizado en términos de símbolos, signos y significados que han de comprenderse para entender la organización de determinada cultura. 2
Este paradigma, también conocido con un nuevo historicismo , abre nuevas direcciones para el estudio de las Elegías y de su contexto, el Nuevo Reino de Granada, y permite indagar en los códigos y valores que organizan y sustentan la sociedad colonial. Se complementan, de este modo, las investigaciones historiográficas que se han enfocado en lo económico, las instituciones sociales como la encomienda, el resguardo, la mita urbana, las comunidades religiosas, etc. 3
En cuanto a las Elegías , este paradigma permite superar la tendencia, con algunas excepciones, de la crítica de Castellanos de separar lo histórico (lo factual) y lo literario (lo estético, lo formal), lo cual trataré más adelante, en el capítulo I. Proponemos, en cambio, un estudio que integre ambos aspectos, siguiendo lo sugerido por Dominick LaCapra, siendo sensibles a la complejidad discursiva de los documentos, pero sin quedarse en una aproximación meramente formalista, limitada a los mecanismos internos del texto. 4
El discurso colonial: repolitización de las prácticas culturales en contextos de colonización
Desde las últimas dos décadas del siglo XX, el proceso de colonización de las Américas ha sido reexaminado por los estudios poscoloniales , un campo cuyo enfoque es la producción discursiva europea y sus relaciones con el proceso de colonización de otras partes del mundo, como África, India y América. 5Edward Said propone examinar la amplia gama de conocimientos que Europa ha generado sobre el Oriente y el papel que este saber y sus respectivas disciplinas han jugado en el proceso de colonización. 6Estos planteamientos son retomados por Peter Hulme para hablar de la experiencia de las Américas. Hulme delinea los marcos culturales que estructuran la visión de la América de Colón: 7por una parte, el tráfico económico con el Oriente y la China mongola genera una serie de textos, imágenes e imaginarios de suprema importancia en los diarios y cartas de Colón; por otra parte, una tradición europea de imágenes y narraciones sobre razas monstruosas y salvajes, proveniente de Heródoto, también está latente en el diario del Almirante de la Mar Océano, donde emergen las descripciones de hombres con hocico de perro, cola de caballo y que comen carne humana. Estas dos tradiciones enmarcan el proyecto colonizador esbozado ya en las Capitulaciones de Santa Fe , emitidas el 17 de abril de 1492, mediante las cuales los Reyes Católicos le asignaban títulos y privilegios a Colón sobre las islas descubiertas. 8
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