Carlos Avellaneda - Yo y el otro en busca del nosotros

Здесь есть возможность читать онлайн «Carlos Avellaneda - Yo y el otro en busca del nosotros» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Yo y el otro en busca del nosotros: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Yo y el otro en busca del nosotros»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

¿Cómo vivimos nuestros vínculos? ¿Nos abrimos a los otros o nos protegemos de ellos? Son muchos los que en estos tiempos de tanta aceleración y ocupación sienten que no existen para sus allegados, que no son vistos. Las personas parecen vivir centradas en sí mismas, en sus necesidades, obligaciones, proyectos o temores. Aun cuando hagan mucho por los demás, lo hacen sin mirarlos, sin reconocerlos ni dejarse afectar por el misterio del «otro». Cada vez cuesta más reconocer al «otro» y confirmarlo como persona única e irrepetible, acogerlo por ser quien es y como es. ¿Cómo tenemos que vivir nuestro vínculo con los demás? Las reflexiones presentadas en esta obra abordan con lucidez todas las relaciones humanas, incluida la relación con Dios. Surgen así las preguntas: ¿Dios es un «otro» para nosotros? ¿Somos nosotros un «otro» para él? Con una mirada esclarecedora se nos llama a vivir el encuentro de nuestro «yo» con el «otro» en el seno del «nosotros».

Yo y el otro en busca del nosotros — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Yo y el otro en busca del nosotros», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Dios es el Otro cuya alteridad es infinita, él es el “totalmente Otro”. Sin embargo, su distancia es máxima cercanía ya que Dios nos ama como nadie puede hacerlo. El Señor nos ama simplemente porque somos nosotros, cada uno un “otro” único para Él. Si vivimos confiando en su amor por nosotros, podremos reconocerlo entonces como nuestro “Otro Salvador”, aquél que redime nuestras alteridades dañadas. Dios nos devuelve con su mirada 39 desinteresada y liberadora la confianza en nuestra alteridad, es decir, la confianza en lo que somos. Ya no tenemos que estar acomplejados ni envanecidos por nuestra vida. La mirada de Dios es constituyente de nuestra identidad más profunda, aquella que nos permite vivir nuestra condición de “otro” para los demás de manera segura y confiada.

El elogio de la alteridad

¿Qué podemos hacer para que el narcisismo que impregna nuestra cultura no se convierta en nuestro propio modo de vivir? ¿Cómo evitar quedar atrapados en nuestro propio yo, difuminando así la presencia de los demás en nuestra vida? ¿Cómo abrirnos a tantos otros que nos necesitan? ¿Y cómo entender aquellas desafiantes palabras de Jesús sobre renunciar a nosotros mismos (Mat 16,24)? ¿Podremos ser felices de ese modo?

Necesitamos aprender a vivir la alteridad dando primacía al “otro” en nuestra vida, pero una alteridad que sea inclusiva de nuestro propio “yo”. Que yo pueda vivir con otros, para otros y gracias a otros, siendo yo. Esto es lo que llamamos una relación de amor. Al amar, el “yo” se afirma en su propia negación, porque somos más nosotros mismos yendo hacia los otros y no hacia nosotros. No se trata de la negación a ser nosotros mismos, sino a vivir para nosotros mismos. Amar significa ser yo, siendo para otro.

Así como el amor de Dios es fundante de nuestra identidad más profunda, el verdadero amor humano a su modo también funda y confirma nuestra alteridad. Cuando yo soy verdaderamente amado, me reconocen y aprecian en mi alteridad: yo soy yo y puedo serlo ante el otro porque él me ama. Y cuando amo a otro, también lo confirmo en su alteridad: es otro, puede ser él o ella ante mí porque he aprendido a acogerlo tal como es.

Una gran parte de los malestares en nuestros vínculos amorosos se debe al hecho de que nos sentimos rechazados por aquellos que dicen que nos aman y también forzados a cambiar, como si no pudiéramos ser nosotros con los otros. “Estamos cansados de que nuestras esposas nos quieran cambiar para ser como ellas quieren que seamos”, decía un hombre en un grupo de matrimonios de largos años de casados; y añadía: “Ya somos grandes, que nos acepten”. Este típico reclamo masculino es comprensible, pero haciendo justicia a muchas mujeres, es necesario decir que detrás de los pedidos a sus maridos no necesariamente están ellas con sus expectativas insatisfechas, también está el genuino interés por sus esposos. Las mujeres saben qué es bueno para ellos y por eso se lo piden. Ya profundizaremos más adelante en esta cuestión. Otra parte de los malestares en nuestras relaciones proviene de la sensación de ahogo y control provocada por los que nos quieren; sus actitudes invasivas, posesivas o demandantes en exceso nos sofocan, privándonos de la autonomía más elemental. “El amor personal –decía Romano Guardini– no comienza con un movimiento hacia el otro, sino con un retroceso ante él.” Amar es hacer el “espacio” para que el otro sea ante mí y así pueda ser él conmigo. Este dejar al otro ser él no puede ser una concesión, se trata más bien de una condición del verdadero amor. Un vínculo amoroso bien vivido transmite libertad y a la vez protección.

Pero el amor no sólo reconoce al otro respetándolo como tal, sino que lo acoge en un vínculo de pertenencia que es recíproca. Al amar no sólo digo “sí” a la alteridad, también y sobre todo digo “sí” a la pertenencia (Steindl-Rast, 2013). Es un sí al otro como mío y un sí a pertenecerle como suyo. Cuando decimos “él es mi amigo”, “ella es mi esposa” o “él es mi hermano”, aludimos a esa mutua pertenencia: el otro es mío por el amor que le tengo, y al amarlo, yo mismo me desapropio de mí hacia él haciéndome suyo. Que el otro sea mío –mi amigo, mi esposa, mi hermano– significa una sola cosa: que yo soy suyo, ya que por amor decidí vivir para él. Este amor nos vincula de tal modo que yo sigo siendo yo uniéndome íntimamente al otro que sigue siendo otro, y a la vez nos pertenecemos mutuamente disfrutando de ese hecho. Cuando gozamos de ser nosotros perteneciendo amorosamente a otro, nos sentimos felices de estar vivos, nuestra vida está llena de sentido.

El verdadero amor preserva nuestra alteridad y la de la persona amada haciendo así posible la verdadera comunión. Unirme a otro significará renunciar a mis fantasías y exigencias sobre él. Unidos sólo pueden estar dos seres siendo cada uno verdaderamente sí mismo. Nadie puede estar realmente unido a otro mientras esté apegado a su fantasía sobre él o sobre sí mismo. Todos sabemos que la idealización del otro en la primera etapa del amor (en el noviazgo, con los hijos recién nacidos, con una nueva comunidad o grupo de pertenencia) debe evolucionar hacia otra etapa más realista. De lo contrario corremos el riesgo de rechazar al otro porque no es el ideal que nosotros creíamos. Amar de verdad es acoger al otro en su real identidad, para lo cual necesitamos reconocer y acoger la nuestra. Identidad, alteridad y comunión son la dinámica del amor auténtico. Sin un sentimiento saludable de la propia identidad, la perspectiva del otro, su alteridad, quedará distorsionada y la comunión con él no será viable a largo plazo.

Fíjense cómo se originan muchas parejas. Lo hacen con sentimientos que podríamos expresar así: “el otro me hará feliz”, “con ella seré feliz”, “estuve sola mucho tiempo, pero con él a mi lado vino la felicidad”. Después de algunos años de matrimonio algunas de esas parejas llegan a sentir más o menos esto: “esta persona me arruinó la vida”, “si sigo a su lado me amargará para siempre”, “su presencia me hizo imposible la felicidad”. Si al principio hombres y mujeres atribuyen su felicidad al “otro”, no es raro que con el tiempo terminen acusándolos de su infelicidad. Darle tanto poder al otro sobre nosotros quizás se deba a un sentimiento devaluado de nuestro yo.

Es como si dijéramos: “yo no puedo ser feliz, no encuentro nada en mí que me permita serlo, pero el otro es mi salvación, gracias a él mi vida cambió mágicamente”. Al poner nuestra vida en manos del otro de modo infantil, pasivo y dependiente, es muy probable que no seamos capaces de construir juntos una comunión adulta y responsable. Finalmente acabaremos convirtiendo al otro en el único culpable de lo que nos pasó. Un sentimiento devaluado de sí mismo (identidad) lleva a percibir de modo equivocado al otro (alteridad) y la relación con él será conflictiva (comunión). Como dijimos antes, identidad, alteridad y comunión son la fórmula sutil del verdadero amor.

Cuando aprendemos a amar, la alteridad no es la fuente del conflicto, sino la condición para el vínculo entre nosotros y los otros que, por supuesto, a veces podrá ser relajado y otras, no tanto. Y en el acto de amarnos unos a otros nos afirmamos cada uno en su propia identidad. Al amar y dedicarse a un hijo, la madre es más ella misma y también el hijo es más él mismo sintiéndose amado. La identidad se configura y enriquece por el vínculo amoroso donde la alteridad es vivida en comunión. Lo que amenaza mi identidad no es el hecho de que el otro sea otro, sino que estamos viviendo mal nuestra relación: eso es lo que me pone en riesgo o me mortifica. Por eso, antes de querer cambiar al otro, sería más fecundo construir con él un vínculo tan saludable como sea posible; de este modo los dos podremos ser nosotros mismos y convivir en paz. Por otra parte, el amor de uno a otro será la gran fuerza transformadora para convertirse no en lo que el otro quiere, sino en lo que cada uno está llamado a ser. Nuestra vocación personal es ir realizándonos por el amor que recibimos y que damos, viviendo estrechamente unidos unos con otros. Por eso, cuando hablo de respetar la alteridad, no me refiero a resignarnos tristemente a que el otro sea lo que es, presintiendo que nunca cambiará sus aspectos defectuosos. Asumir la alteridad y aceptar al otro tal como es representa el primer acto del amor a él, precisamente aquél que lo ayudará a crecer y ser más él mismo. El amor ayuda a cambiar a las personas pero nunca logrará convertirlas en lo que no son ni pueden ser.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Yo y el otro en busca del nosotros»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Yo y el otro en busca del nosotros» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Carly Phillips - En Busca Del Pasado
Carly Phillips
Alberto Ignacio Vargas Pérez - En busca del cuerpo personal
Alberto Ignacio Vargas Pérez
José Güich Rodríguez - Del otro lado del espejo
José Güich Rodríguez
Virginia M. Axline - Dibs en busca del sí mismo
Virginia M. Axline
Paco Tarazona - En busca del Papo
Paco Tarazona
Ricardo Bentancur - En busca del amor perdido
Ricardo Bentancur
Karl-Oswald Böhmer Muñoz - Rebeca y Ankalli en busca del agua
Karl-Oswald Böhmer Muñoz
Отзывы о книге «Yo y el otro en busca del nosotros»

Обсуждение, отзывы о книге «Yo y el otro en busca del nosotros» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x