Angy Skay - Y quiéreme

Здесь есть возможность читать онлайн «Angy Skay - Y quiéreme» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Y quiéreme: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Y quiéreme»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Cuando el amor golpea devastadoramente tu corazón y se hace paso sin pedir permiso, la pasión y el desenfreno ciegan detalles muy significativos de una pareja. Detalles que cuando salen a la luz atormentan. Bryan no podrá vivir sin ella, pero ¿y ella? ¿podrá vivir con inesperados y sorprendentes percances que transcurrirán, dejándola fuera de lugar? Conoceremos a Annia por completo, sin embargo, ¿qué pasa con Bryan? Esta historia abrirá muchos caminos y, con ellos, demasiadas dudas. Tras el impresionante Provócame, llega la esperada segunda parte de la Serie Solo por ti. ¿Podrás quererme?

Y quiéreme — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Y quiéreme», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—¿Que no me lo tome así?

Dejo la taza en la mesa con fuerza.

—¡Eh! No te enfades conmigo. Si no, haber tenido más cuidado —me regaña malhumorada.

—Tienes razón, soy una estúpida. —Miro el suelo.

—No te preocupes. Me tienes para lo que necesites, y lo sabes. De todas formas, espera a hacerte la prueba. Puede ser que luego no sea nada.

—Ojalá no sea nada, Brenda, ojalá.

A los diez minutos, Ulises aparece con la bolsita de la farmacia y me pongo más nerviosa aún. Como hay una debajo de la casa de Brenda, no ha tardado nada en volver. ¡Joder! Me levanto y le quito la bolsa de las manos de malas maneras. Él me mira aún peor.

—Joder, lo siento, pero estoy muy nerviosa —me disculpo.

—Está bien, no te preocupes —me contesta Ulises, dándome un beso—. Anda, ve y háztela.

—¿Quieres que te acompañe? —se ofrece Brenda.

—No, quiero hacerlo sola.

—Está bien.

Me dirijo al cuarto de baño y me siento en la taza del váter.

No sé cómo he podido llegar a esto. «Bueno, claro que lo sabes, ¡idiota!». La mano me tiembla cuando saco la prueba del envoltorio. ¡Ay, Dios! Empiezo a rezar —algo que nunca hago—, pidiéndole a Dios que me salga negativo.

No, no puedo estar embarazada, ¡joder! Miro las instrucciones diez veces. Vale, dos rayitas: positivo; una rayita: negativo.

—Que salga una raya, que salga una raya, por Dios… —murmuro con los ojos cerrados.

Echo un chorrito de pis encima de la punta blanca de la tira, la tapo como indican las instrucciones y de un manotazo la dejo encima del lavabo. Me limpio y me levanto de la taza para empezar a dar vueltas por el baño. «Vueltas» es dar dos pasos y volver a hacer lo mismo pero al revés, porque el baño es diminuto.

En las instrucciones pone que hay que esperar cinco minutos, pero la curiosidad me puede. Sujeto el palo como si se tratara de una araña peluda y lo miro al borde del infarto.

Dos rayitas…

¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Y más mierda!

Toc, toc.

—¿Va todo bien? —me pregunta Ulises.

—Sí… —le digo desganada—. Ahora salgo.

Después de quince minutos más, decido que por mucho que esté aquí, tarde o temprano tendré que salir; no me queda otra. Y, efectivamente, como yo pensaba, cuando abro la puerta, están los dos interrogándome con la mirada.

—Estoy embarazada —les digo con un hilo de voz. Creo que ni lo han escuchado.

—¿Qué? —me pregunta Ulises.

—Lo que has oído —le contesto de malas maneras.

—Lo has dicho para ti misma. Si pudieras hablar más alto… —dice desesperado.

—¡Que sí, joder, sí, estoy embarazada!

—Oh, Dios. —Brenda se lleva las manos a la cabeza.

—Madre mía… —Ulises se toca el pelo.

Yo, en cambio, me abro paso entre ellos y me siento en el taburete de la cocina. Ya no me salen ni las lágrimas. Me cojo la barbilla y empiezo a hacer círculos en mis labios con el dedo índice.

¡Embarazada! ¡Joder!

Llega Brenda y se sienta a mi lado. Ulises se pone de pie frente a mí.

—¿Qué vas a hacer? —me pregunta él con mucho tacto.

—¿Qué quieres que haga? —le contesto molesta.

—Any, no tienes por qué tenerlo —musita Brenda.

—¿Estás diciéndome que aborte? —La fulmino con la mirada.

—Es una opción.

—No haré eso —sentencio.

—Pues entonces, cielo, creo que lo tienes bastante claro —comenta Ulises, cogiendo mi mano.

—Pero yo… Yo no sé ser madre.

—Escucha, Any, que no tuvieras la mejor familia, no significa que tú no vayas a ser una buena madre —me dice Brenda mientras me arrulla el rostro con sus manos.

—Deberías llamar a un médico e ir cuanto antes. Seguramente estarás de un mes y poco —se preocupa Ulises.

—Sí, voy a llamar a Nina.

Me levanto y me dirijo a coger mi teléfono. No sé cómo va a tomárselo. Seguro que bien, pero tengo claro que no quiero que se entere nadie más, de momento.

—Hola —la saludo sin ganas.

—Hola, Nana, ¿qué tal?

—Siéntate y escúchame atentamente —le pido con seriedad.

—¿Qué ocurre? Estás asustándome.

—Haz lo que te digo, por favor —le suplico.

—Está bien, estoy sentada, ¿qué ocurre?

—No quiero que lo que voy a decirte se lo digas a nadie, ¿me has oído?

—Sí, por Dios. Nana, ¿estás bien? —Está preocupándose.

—Estoy embarazada.

—¡¿Qué?! —chilla al otro lado del teléfono.

—Me he hecho una prueba esta mañana. Necesito que llames a tu tocólogo para ir cuanto antes. No sé ni desde cuándo no me baja la regla —le digo apresuradamente.

—Dios mío… ¿Bryan lo sabe?

—¡No! Y no va a enterarse, por la cuenta que te trae —la advierto.

—Tranquila, está bien. Dame dos minutos, no cuelgues.

Escucho cómo se levanta y se pone a hablar con alguien. Miro a Ulises y a Brenda, que están los dos expectantes, observándome.

—¿Nana? ¿Estás ahí?

—Sí, dime.

—El doctor Márquez dice que puede verte mañana sobre las diez. Es el único hueco que tiene hasta diciembre.

—De acuerdo. Adelantaré el vuelo ahora mismo.

—¿Quieres que vaya contigo?

—No, quiero ir sola. Y, por favor, no le digas nada a nadie.

—Por supuesto, cuídate. Y llámame cuando llegues a Londres.

—Lo haré.

Colgamos y me pongo manos a la obra para cambiar mis billetes. Por teléfono no paran de ponerme pegas porque es muy tarde para modificar el vuelo, así que mi fiel amigo Ulises se pega un viaje al aeropuerto y finalmente lo consigue.

Ya no me da tiempo a pasarme por las oficinas de Real Gold Marbella, así que lo dejo para la próxima vez que vuelva. Llamo a Manuel y le digo que tengo que salir de inmediato. Se preocupa, pero lo calmo enseguida.

Recojo mis cosas y lo dejo todo listo. Salgo de mi habitación y entro en el salón para cenar, puesto que me he tirado todo el día cambiando vuelos, recogiendo cosas e intentando calmar a Nina, que me ha llamado como unas diez veces más.

—He preparado pollo asado —me informa Ulises.

—Está bien. Tengo bastante hambre.

—Madre mía. —Brenda se tapa la cara con las manos.

—¿Qué ocurre? —le pregunto antes de meterme un trozo de pollo en la boca.

—Que anoche bebiste mucho. Eso no es bueno para el bebé.

—No lo sabía, Brenda, y mejor que no salga de aquí.

—¿Vas a decírselo a él? —me pregunta Ulises, cogiendo mi mano.

—¿Cómo? Llevo sin hablar con él cerca de dos meses. ¿Cómo le llamo para decirle esto? Solo hemos charlado una vez por mensajes antes de venir aquí, y cuando nos vimos en casa de mi hermana, no nos dijimos ni una palabra… ¿Qué hago? —Evito hacer el comentario de que lo único que hicimos fue acostarnos sin descanso.

—Tendrás que decírselo, porque es el padre —me recuerda.

—Ya lo sé, Ulises. Lo llamaré y le diré: «Hola, soy Any. Nada, solo te llamaba para decirte que estoy embarazada». ¡Por favor, Ulises!

—Pues, aunque no lo hagas por ahora, no me gustaría enterarme de que no se lo has dicho. No lo veo justo.

—Se lo diré, se lo diré. Pero a su tiempo. No me agobiéis con el tema Bryan, por favor. Es lo que menos necesito ahora. —Resoplo.

—Está bien, lo siento.

Nos abrazamos durante un rato. Ulises siempre tan cariñoso. Cómo los echo de menos cuando estoy en Londres. Son los mejores amigos que se pueden tener.

Конец ознакомительного фрагмента.

Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Y quiéreme»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Y quiéreme» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Y quiéreme»

Обсуждение, отзывы о книге «Y quiéreme» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x